Desgarrada la nube; el arco iris brillando ya en el cielo, y en un fanal de lluvia y sol el campo envuelto. Desperté. ¿Quién enturbia los mágicos cristales de mi sueño? Mi corazón latía atónito y disperso. ...¡El limonar florido, el cipresal del huerto, el prado verde, el sol, el agua, el iris...! ¡el agua en tus cabellos!... Y todo en la memoria se perdía como una pompa de jabón al viento.
Antonio Machado
Que la poesía, la música y los buenos sentimientos se impongan a las guerras, las rencillas y los egos de las personas, que los buenos triunfen sobre los malos, feliz aterrizaje para todos en el nuevo año.
Eñe de coño o cigüeña que nos trae, eñe la cizaña o la guadaña que nos lleva, eñe la niña que nos enfría, eñe la leña que nos calienta.
Eñe la caña con que pescamos, eñe el paño que nos calienta, eñe el moño que aún baila jota, eñe la maña que maña ostenta, eñe la uña que nos araña, eñe extremeña.
Eñe de caño de fuente, eñe de cuña que injerta, eñe de añicos, eñe de mierda, o eñe de niño, que somos todos los que aún latimos por un poema.
Todo es muy simple mucho más simple y sin embargo aún así hay momentos en que es demasiado para mí en que no entiendo y no sé si reírme a carcajadas o si llorar de miedo o estarme aquí sin llanto sin risas en silencio asumiendo mi vida mi tránsito mi tiempo.
Idea Vilariño(Montevideo, 1920-2009)
La vida, en general, es sencilla pero nosotros nos empeñamos en complicarla. Todo, salvo la muerte, tiene solución y siempre podremos gritar que puede salir el sol.
Mientras vamos marchando, marchando a través del hermoso día Un millón de cocinas oscuras y miles de grises hilanderías
Son tocados por un radiante sol que asoma repentinamente Ya que el pueblo nos oye cantar: ¡Pan y rosas! ¡Pan y rosas!
Mientras vamos marchando, marchando, luchamos también por los hombres Ya que ellos son hijos de mujeres, y los protegemos maternalmente otra vez Nuestras vidas no serán explotadas desde el nacimiento hasta la muerte Los corazones padecen hambre, al igual que los cuerpos: ¡dennos pan, pero también dennos rosas!
Mientras vamos marchando, marchando, innumerables mujeres muertas Van gritando a través de nuestro canto su antiguo reclamo de pan Sus espíritus fatigados conocieron el pequeño arte y el amor y la belleza ¡Sí, es por el pan que peleamos, pero también peleamos por rosas!
Mientras vamos marchando, marchando, traemos con nosotras días mejores El levantamiento de las mujeres significa el levantamiento de la humanidad Ya basta del agobio del trabajo y del holgazán: diez trabajan para que uno repose ¡Queremos compartir las glorias de la vida: pan y rosas, pan y rosas!
No debes, en ningún caso, dejarte llevar por la nostalgia, aunque sea dulce y suave. Tampoco guardes pájaros muertos en los cajones. Las caricias perdidas no existen, pero sí existen las que están por venir, no debes llenar su espacio con plumas grises. Podría ocurrir que alguna noche el viento volviera a cantar su nombre, y pensarás que estás indefensa sin sus abrazos. El viento no es de fiar porque cambia las cosas. Solo cierra las ventanas y grita que eres fuerte. Y que el amor te abraza. Que el viento gira y baila y no tiene quien lo guarde, pero tú sí. Que no se te vuelva a olvidar que te tienes a ti misma. Y eso es más amor que el que cabe en la caja de Pandora.
Desde que anunciaron su disolución allá por 2011 han sonado en varias ocasiones en el blog y, cada vez que los oigo, lamento profundamente que hayan desaparecido, aunque siempre podremos disfrutar de ellos a través de sus grabaciones.
Cuando encontré nuestra canción de hoy, leyendo su historia, enseguida pensé en ponerla en este momento dada la cercanía de las fechas navideñas. Voy a explicarme, pues no es que se trate de un villancico ni haga alusión a la navidad.
El artículo que encontré que hablaba de esta canción, y de algunas otras, hacía referencia a la mala interpretación que se hace de su letra y del espíritu del tema y ahí fue cuando inmediatamente la relacioné con las fiestas que se acercan. El espíritu de su celebración, en su origen, nada tiene que ver con la deriva consumista que tiene, al menos en el mundo occidental y "civilizado".
Lo cierto es que, lo que puede parecer un tema de amor de Michael Stipe y sus amigos (en una frase de la letra dice que "esta canción es para la que amo"), en realidad es un canto a la maldad y a la traición de la mente humana (más adelante la letra recalca que "esta es la que dejé atrás, un simple objeto para pasar el tiempo").
Hoy otras canciones que también han sido malinterpretadas, algunas han sonado en el blog y vamos a hacer una breve referencia de ellas. Por ejemplo, "Born in the U.S.A.", del boss, ha sido en ocasiones teñida de un patriotismo que en absoluto es lo que pretende la letra de Bruce, más bien al contrario, el espíritu del tema es poner de manifiesto lo vacío y vano que se encuentra el tan cacareado "sueño americano".
Por su parte, "Every Breath You Take", la fantástica canción de The Police tiene un punto de control de una ex que roza el acoso y que se encuentra muy lejos de la ensoñación del amor que parece transmitir su melodía.
Lou Reed en su "Perfect day", en realidad, y a pesar de lo que pueda parecer, está cantándole a una sustancia de la que depende su existencia, es decir, es un canto a una adicción.
En realidad es los que tiene la música, al igual que el arte en general, que su autor pone una intención cuando lleva a cabo su obra y luego el oyente, espectador o admirador de esa obra la interpreta según su particular visión o su estado de ánimo y puede adquirir un sentido totalmente contrario al que pretendía el artista...¡viva el arte y la música!.
Sea cual sea el sentido que le dais a lo que escucháis ¡salud y música, siempre!.
Los que en el mejor de los casos quieren hacer la revolución para la Historia para la lógica para la ciencia y la naturaleza para los libros del próximo año o el futuro para ganar la discusión e incluso para salir por fin en los diarios y no simplemente para eliminar el hambre de los que tienen hambre para eliminar la explotación de los explotados.
Es natural entonces que en la práctica revolucionaria cedan sólo ante el juicio de la Historia de la moral, el humanismo, la lógica y las ciencias los libros y los periódicos y se nieguen a conceder la última palabra a los hambrientos, a los explotados que tienen su propia historia de horror su propia lógica implacable y tendrán sus propios libros su propia ciencia naturaleza y futuro.
Cuando se caía un trozo de pan al suelo, los adultos obligaban a los niños a recogerlo y a darle un beso antes de devolverlo a la panera, tanta hambre habían pasado sus familias en aquellos años en los que murieron todas esas personas queridas cuyas historias nadie quiso contarles.
Los niños que aprendimos a besar el pan hacemos memoria de nuestra infancia y recordamos la herencia de un hambre desconocida ya para nosotros, esas tortillas francesas tan asquerosas que hacían nuestras abuelas para no desperdiciar el huevo batido que sobraba de rebozar el pescado. Pero no recordamos la tristeza.
La rabia sí, las mandíbulas apretadas, como talladas en piedra, de algunos hombres, algunas mujeres que en una sola vida habían acumulado desgracias suficientes como para hundirse seis veces, y que sin embargo seguían de pie. Porque en España, hasta hace treinta años, los hijos heredaban la pobreza, pero también la dignidad de sus padres, una manera de ser pobres sin sentirse humillados, sin dejar de ser dignos de luchar por el futuro.
Donde no haya princesas, ni tristes, ni bellas, ni ñoñas, ni indefensas, ni lánguidas, ni tediosas, ni dulcemente encantadoras… Cuéntame un cuento Donde no haya príncipes azules que las quieran rescatar. Ni salvar, ni vengar. Ni proteger y cuidar con la excusa de amar. Cuéntame un cuento. Donde no haya torres en castillos, solitarios, fríos y aislados. Con grandes fosos, caballeros guardianes u ogros. Cuéntame un cuento, o mejor, el cuento, me lo cuento yo. Había una vez una dama, fuerte, libre, bella, inquieta, que un día, por querer, quiso dejar de ser princesa. Los tules, encajes y perlas se le antojaban cadenas. Y ella, espíritu libre quería mucho más. Soñaba con viajar, escribir, pensar, trabajar. Sabía que podía hacer mucho más por los demás, que exhibir su cara bonita o aprender a bordar.
Aprendió a no ser princesa, Aprendió a creer en su propia belleza. Aprendió a amar su cuerpo imperfecto Porque era perfecto en su totalidad. Aunque no entrara en corsets imposibles ni en zapatos de cristal. Aprendió a mimarse y a cuidarse. A regalarse sin fechas, como una Alicia especial. Disfrutaba sus canciones, sus adornos, sus poesías, sus amantes y su mar. Conoció brujas buenas que le hablaban de los misterios y secretos que los demás le callaban. Escuchaba, preguntaba, contestaba, compartía… lloraba y reía. ¡Cuánto amaba a sus mujeres!, ¡cuántas vidas en sus vidas! Mujeres hadas, mujeres lobas, a veces incluso mujeres hienas. Siempre sabias, siempre brujas. Junto a ellos supo entonces del poder de las mujeres, de las diosas de la tierra, de las de sangre y arena. ..Y entonces entendió… Entendió el por qué del miedo, Entendió el por qué del odio, Entendió el por qué del dolor… Duele lo que se nos resiste, duele lo desconocido, duele lo que deseamos ..y no podemos poseer… Dolor que no le fue ajeno, dolor que también sufrió. Ella también quiso y no obtuvo, y fue deseada y escapó. Ese es el peaje de la vida: Crees, piensas, decides, sientes, yerras, sufres, celebras, coges, sueltas, odias, perdonas... AMAS… VIVES. ¡VIVES! No una vida de princesa. Porque tú no eres “su princesa” TÚ eres Tuya, no de nadie. Hada, bruja, loba, ninfa, madre, hija, compañera, diosa, reina, hechicera".
Tú no sabías nada y eras tú quien la llevaba de la mano.
Y así tú seguirás, sin reparar en tu ventaja: que eres tú quien la lleva, quien la doma y la amortaja, caminando.
Eres un espacio que se vuelve sin espina y que se pierde en la alegría de volverse.
Pero ya tu voz se está quedando, ya tu mano está grabando todo un nombre con sus dientes.
Quién que no haya visto la tristeza con sus cuatro mil cabezas puede oírte con descanso.
Quién que no haya amado largamente y convivido con lo extraño de este tiempo sin remansos.
Te conocí pegado a la pared del cielo un día.
Ibas llevando entonces bajo el brazo una guajira y caminando, caminando.
Silvio Rodríguez (dedicado a Pablo Milanés, 1969)
Fundadores y emblemáticos representantes de la Nueva Trova Cubana, siempre fueron amigos.
En los últimos tiempos se habían distanciado por las distintas visiones que tenían sobre la revolución cubana y hacía donde debía dirigirse.
Silvio se ha despedido en redes, de su amigo Pablo, con este poema que le dedicó allá por el año 1969.
Alcanzó la gloria tocando espinas, a uno y otro lado, pero sobre todo le cantó al amor como sólo él era capaz de hacerlo; la música pierde uno de sus más excelsos poetas, la poesía pierde uno de sus más insignes músicos.
Que la tierra te sea leve, compañero.
In memoriam Pablo Milanés Arias (Cuba, 1943-España, 2022)
Los funcionarios, no funcionan. Los políticos hablan, pero no dicen. Los votantes votan, pero no eligen. Los medios de información desinforman. Los centros de enseñanza, enseñan a ignorar. Los jueces, condenan a las víctimas. Los militares están en guerra contra sus compatriotas. Los policías no combaten los crímenes, porque están ocupados en cometerlos. Las bancarrotas se socializan, las ganancias se privatizan. Es más libre el dinero que la gente. La gente, está al servicio de las cosas.
En una cajita de fósforos se pueden guardar muchas cosas.
Un rayo de sol, por ejemplo (pero hay que encerrarlo muy rápido, si no, se lo come la sombra) Un poco de copo de nieve, quizá una moneda de luna, botones del traje del viento, y mucho, muchísimo más.
Les voy a contar un secreto. En una cajita de fósforos yo tengo guardada un lagrima, y nadie, por suerte la ve. Es claro que ya no me sirve Es cierto que esta muy gastada. Lo se, pero que voy a hacer tirarla me da mucha lastima
Tal vez las personas mayores no entiendan jamas de tesoros Basura, dirán, cachivaches no se porque juntan todo esto.
No importa, que ustedes y yo igual seguiremos guardando palitos, pelusas, botones, tachuelas, virutas de lápiz, carozos, tapitas, papeles, piolín, carreteles, trapitos, hilachas, cascotes y bichos.
En una cajita de fósforos se pueden guardar muchas cosas.
Las cosas no tienen mamá.
María Elena Walsh
El corazón es esa cajita de fósforos donde guardamos nuestros tesoros más preciados y también algunos secretillos no tan agradables. Debemos guardar muchos de los primeros para que lo alimenten y se encuentre satisfecho y ninguno de los últimos que hacen que nuestro corazón se encuentre hambriento de felicidad.
¨¿Pero qué es esto? ¿Otra vez España? ¿Otra vez la Andalucía mundial? Es el amarillo de Cádiz con un grado más, el rosa de Sevilla tirando a carmín y el verde de Granada con una leve fosforescencia de pez... La Habana surge entre cañaverales y ruidos de maracas, cometas divinas y marimbos... Y surgen los negros con los ritmos que yo descubro típicos del gran pueblo andaluz, negritos sin drama que ponen los ojos en blanco y dicen ¨nosotros somos latinos¨.¨
¨La llegada a La Habana ha sido un acontecimiento, ya que esta gente es exagerada como pocas. Pero Habana es una maravilla, tanto la vieja como la moderna. Es una mezcla de Málaga y Cádiz, pero mucho más animada y relajada por el trópico. El ritmo de la ciudad es acariciador, suave, sensualísimo, y lleno de un encanto que es absolutamente español, pero de lo más característico y más profundo de nuestra civilización.¨
¨Yo naturalmente me encuentro como en casa. Ya vosotros sabéis lo que a mi me gusta Málaga, y esto es mucho más rico y variado. Por ahora no sé deciros más. A cada momento tengo la impresión de encontrarme a los amigos detrás de la esquina y a cada momento tengo que pensar que estoy en el mar Caribe, en las hermosísimas Antillas, para no hacerme en Vélez o en Motril. El mar es prodigioso de colores y luz. Se parece al Mediterráneo, aunque es más violento de matices...¨
Federico García Lorca (Federico García Lorca en Nueva York y La Habana: cartas y recuerdos)
al borde de la noche se levantan como esas voces que a lo lejos cantan sin que se sepa qué, por el camino.
Livianamente hermanos del destino, dióscuros, sombras pálidas, me espantan las moscas de los hábitos, me aguantan que siga a flote entre tanto remolino.
Los muertos hablan más pero al oído, y los vivos son mano tibia y techo, suma de lo ganado y lo perdido.
Así un día en la barca de la sombra, de tanta ausencia abrigará mi pecho esta antigua ternura que los nombra.
Soy ya tan viejo y se ha muerto tanta gente a la que yo he ofendido y ya no puedo encontrarla para pedirle perdón. Ya no puedo hacer otra cosa que arrodillarme ante el primer mendigo y besarle la mano. Yo no he sido bueno... quisiera haber sido mejor. Estoy hecho de un barro que no está bien cocido todavía. ¡Tenía que pedir perdón a tanta gente...! Pero todos se han muerto. ¿A quién le pido perdón ya? ¿A ese mendigo? ¿No hay nadie más en España... en el mundo, a quien yo deba pedirle perdón?...
Voy perdiendo la memoria y olvidando todas las palabras... Ya no recuerdo bien... Voy olvidando... olvidando... olvidando... pero quiero que la última palabra, la última palabra, pegadiza y terca, que recuerde al morir sea ésta: Perdón
Me voy a ir, así, sin decir nada. Alguna vez mi madre me dijo que las personas que se van avisando, en realidad no quieren irse, quieren que las detengan, que las tomen, que las quieran. Así que me voy, en silencio, quitándome los zapatos para que no escuches mis pasos. Entendiendo que las únicas despedidas son la que no se dicen, las que no se viven, las que no llevan palabras de por medio y, sobre todo, sabiendo que uno nunca se va de donde le quieren y de donde le miran con música, magia y arte... Por eso he decidido irme.
Te están echando en falta tantas cosas. Así llenan los días instantes hechos de esperar tus manos, de echar de menos tus pequeñas manos, que cogieron las mías tantas veces.
Hemos de acostumbramos a tu ausencia.
Ya ha pasado un verano sin tus ojos y el mar también habrá de acostumbrarse.
Tu calle, aún durante mucho tiempo, esperará, delante de tu puerta, con paciencia, tus pasos.
No se cansará nunca de esperar: nadie sabe esperar como una calle.
Y a mí me colma esta voluntad de que me toques y de que me mires, de que me digas qué hago con mi vida, mientras los días van, con lluvia o cielo azul, organizando ya la soledad.
Si sobrevives, si persistes, canta sueña, emborráchate.
Es el tiempo del frío: ama, apresúrate. El viento de las horas
barre las calles, los caminos.
Los arboles esperan: tú no esperes, éste es el tiempo de vivir, el único.
Jaime Sabines (México, 1926-1999)
El amor después del amor
Un tiempo vendrá en el que, con gran alegría, te saludarás a ti mismo, al tú que llega a tu puerta, al que ves en tu espejo y cada uno sonreirá a la bienvenida del otro, y dirá, siéntate aquí. Come. Seguirás amando al extraño que fuiste tú mismo. Ofrece vino, Ofrece pan. Devuelve tu amor a ti mismo, al extraño que te amó toda tu vida, a quien no has conocido para conocer a otro corazón que te conoce de memoria. Recoge las cartas del escritorio, las fotografías, las desesperadas líneas, despega tu imagen del espejo. Siéntate. Celebra tu vida.
Antes algunos hombres se sentaban a fumar y a mirar la tierra despacio. Antes muchos hombres se sentaban a fumar y poco a poco comprendían la tierra. Ahora no se puede fumar cuando viene la noche. Ahora ya no queda tabaco ni esperanza.
Ya han debido de pasar el cielo y la tierra y todas las casas están vacías. Han debido de pasar el cielo y la tierra porque todas las casas están vacías. La madre ya no quiere volver a sus cazuelas. Aquí toda la gente está muy triste.
Ahora vendrá Dios con su madero. Dicen que viene Jesucristo con su madero. Bien, que venga con su madero.
Cuando venga Jesucristo con su madero, vamos a verle la chaqueta vieja. Cuando venga Jesucristo a vivir con nosotros, habrá que verle el corazón cansado.
Aquí ya no hay otra majestad que el dolor. Sí, buen amigo, ya no hay más en la tierra.
¿Quién construyó Tebas, la de las siete puertas? En los libros están los nombres de los reyes. ¿Los reyes arrastraban los bloques de piedra? Y Babilonia, tantas veces destruida,
¿quién la reconstruyó una y otra vez? ¿En qué casas de la dorada Lima vivían los que la levantaron? La tarde en que se dio por terminada la gran muralla china ¿adónde fueron los albañiles? La imponente Roma está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los edificó? ¿Sobre quiénes triunfaron los césares? ¿Los habitantes de Bizancio, cantada en mil alabanzas, vivían todos en palacios? Si aún en la legendaria Atlantis, la noche en la que la tragó el mar los que se ahogaban aullaban reclamando sus esclavos. El joven Alejandro conquistó la India. ¿Él solo? César derrotó a los galos. ¿Ni siquiera llevaba a un cocinero consigo? Felipe de España lloró cuando se hundió su armada. ¿Nadie más lloró ese día? Federico II venció en la Guerra de los Siete Años. ¿Quién venció además de él? Cada página una victoria. ¿Quién cocinaba el festín? Cada diez años un gran hombre. ¿Quién pagaba los gastos?
No quiero que los besos se paguen ni la sangre se venda ni se compre la brisa ni se alquile el aliento.
No quiero que el trigo se queme y el pan se escatime.
No quiero que haya frío en las casas, que haya miedo en las calles, que haya rabia en los ojos.
No quiero que en los labios se encierren mentiras, que en las arcas se encierren millones, que en la cárcel se encierre a los buenos.
No quiero que el labriego trabaje sin agua que el marino navegue sin brújula, que en la fábrica no haya azucenas, que en la mina no vean la aurora, que en la escuela no ría el maestro.
No quiero que las madres no tengan perfumes, que las mozas no tengan amores, que los padres no tengan tabaco, que a los niños les pongan los Reyes camisetas de punto y cuadernos.
No quiero que la tierra se parta en porciones, que en el mar se establezcan dominios, que en el aire se agiten banderas que en los trajes se pongan señales.
No quiero que mi hijo desfile, que los hijos de madre desfilen con fusil y con muerte en el hombro; que jamás se disparen fusiles que jamás se fabriquen fusiles.
No quiero que me manden Fulano y Mengano, que me fisgue el vecino de enfrente, que me pongan carteles y sellos que decreten lo que es poesía.
No quiero amar en secreto, llorar en secreto cantar en secreto. No quiero que me tapen la boca cuando digo NO QUIERO...
«Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias mas que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino, por el contrario son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá, afirmar sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada»
Ayn Rand (San Petersburgo, 1905 - Nueva York, 1982)
Alisa Zinóvievna Rosenbaum, más conocida como Ayn Rand, fue una filósofa y escritora rusa nacionalizada estadounidense que se hizo famosa, entre otras cosas, por ser defensora a ultranza del capitalismo más feroz. Creadora del objetivismo, una teoría filosófica que defiende "la virtud del egoísmo" que sostiene que el hombre tiene derecho a la búsqueda de su felicidad sin tener en cuenta el sufrimiento de los demás.
La frase que aparece hoy en el blog, se supone que está definiendo las sociedades soviéticas y socialistas pero, ¿no describe a la perfección también al sistema capitalista?
Pues eso, se me viene a la mente la frase que pronuncia, creo que Gandalf aunque no lo puedo asegurar, en "El señor de los anillos" y que dice algo así como "no es bueno hablar de ciertas cosas cuando las sombras reinan en el mundo".
¡Salud y, de momento, que reine la negra noche de Deep Purple!
Buscando canciones para el mes de septiembre, la que suena hoy fue la primera que me vino a la mente y, en principio, era la elegida para dar la bienvenida al mes del retorno a la realidad y la vuelta al ritmo de trabajo con sus horarios y sus inflexibilidades. Luego la fui posponiendo y al final será una despedida al referido mes que se va para no volver.
Cuando Allee Willis recibió la llamada del líder de Earth, Wind and Fire, Maurice White, para que compusiera el siguiente disco del grupo, este ya era conocido a nivel mundial con varios álbumes editados y algunos de ellos con la categoría de disco de platino.
Allee inmediatamente dijo que sí y lo que, en principio, consideraba una experiencia más acabó siendo, según ella "una experiencia increíblemente completa" pues se sumergió en la espiritualidad que emanaba de la música y la forma de entender la vida de Maurice y terminó cambiando la concepción que tenía de la vida e incluso de la música.
El líder de Earth, Wind and Fire sentía una gran atracción por la metafísica y estaba influido por las filosofías orientales, con una visión muy positiva de la vida y todo eso lo transmitía en sus letras y su música.
Nuestra canción de hoy es la primera que Willis compuso para la banda y acabó siendo uno de los temas más icónicos y conocidos del grupo de Chicago y, lo cierto, es que transmite un buen rollo y una energía increíblemente positiva, hasta el punto que parece que anuncia el inicio de la primavera en lugar del otoño.
Maurice White cuenta que la canción evoca una historia de amor que vivió en un mes de septiembre aunque el 21 que citan en la canción, en realidad es porque sonaba mejor con el ritmo de la canción. Tanto Alle como Maurice reconocen que probaron varias fechas y que al final se decidieron por el 21 pues sonaba "fonéticamente perfecto".
De todas formas, supongo que cuando se evoca un amor, al igual que cualquier otro acontecimiento pasado, lo más importante no es la fecha concreta sino la emoción y el sentimiento que nos provoca el recuerdo de lo vivido.
Así pues, ¡que suene September de los Earth, Wind and Fire y que viva el amor, la música, septiembre y la madre que los parió!
los atardeceres de espliego y luciérnagas, cuando, al salir del cine, paseábamos por las afueras del pueblo y nos uníamos —excúsame, por favor, la palabra— por la cintura y nos besábamos y todo, entre silencios, ruborizados de tanto atrevimiento. Ahora lo recuerdo clara y fríamente —nada más puedo hacer— y veo tus ojos dulcísimos y te siento jadear, temerosa y dócil, pero ya no me recorre la espalda aquel escalofrío de entonces, ni hallo la redondez de tus pechos en las manos. Ahora ordeno palabras: un juego, un ejercicio; y soy plácidamente feliz, tal vez profundamente feliz. Ahora las venas se me han endurecido tanto que no siento latir la sangre. Ahora sólo recuerdo. Y recordar no es vivir de nuevo.
Miquel Martí Pol (Roda de Ter, 1929 - Vic, 2003 )
La llegada del otoño, con su falta de luz y presencia de frío suele ser un tiempo propicio para dejarnos arrastrar por la melancolía. Si bien de vez en cuando apetece, e incluso es conveniente, visitar, con el recuerdo, los viejos lugares y situaciones donde uno fue feliz, no es bueno dejarse atrapar por la nostalgia y que esta arraigue en nuestro corazón.
La música de "aquellos maravillosos años" pone banda sonora a un fantástico poema que nos habla de eso, recordar está bien pero no es volver a vivir.
Hubo primero extremos movimientos de tropas en el cielo. Legiones apretadas de vencejos y ansiosas golondrinas parecían, entre gritos de júbilo, estar preparando su anábasis. De ayer a hoy el aire se vació de vuelos. Qué extraña su partida. El silencio que han dejado cubre los negros árboles y montes como cubren de sábanas los muebles, fantasmales y blancas, de un palacio. Incluso se diría que los últimos en partir se olvidaron de cerrar la puerta de los campos, y ruedan por el suelo, como papeles rotos en un final de fiesta, desoladas hojas secas y abrojos. Siguen sin cosechar algunas uvas maduras en la parra y el perfume opulento del nardo se pierde entre las zarzas. Lo llamamos otoño. Alguien aquí tenía que quedarse y rendir cuentas de momentos tan frágiles, alquien también que cuando llegue el día de salir al encuentro del invierno y rendirle la plaza de la vida, le diga con voz firme: “Nada de cuanto vengas a llevarte es en verdad valioso; la alegría la dimos a los pájaros, y está a salvo”.
se te llenan de sótanos los labios y es relativo el cielo después de haberte visto preguntarle a la vida.
Pero también el cielo, arrugado y preciso como tu cazadora adolescente, quiere estar entreabierto, brillar recién amado, descansando en la hierba el peso de su larga cabellera de nubes.
Por septiembre se te llenan de humo los síes en la boca.
Cada migaja que te toca que te despierta que te cala punza su memoria en tu piel.
¡Sal! ¡Sal a la lluvia! Como a una derrota, como a una alegría. Que el hueco del corazón lo llene el prodigio del agua. Que te moje la gota que rozó aquel beso, que limpió la herida del ciervo, que en el terraplén alivió la muerte del soldado.
¡A la lluvia! ¡Sal a la lluvia! Que se embeba de ti, que se amalgame con tus lágrimas.
Regresará un día, y otro, y mil, hasta que la ventura la deje en la comisura de unos labios e inunde una boca de lluvia de memoria tuya.
"Un ser humano es una parte de la totalidad que llamamos Universo, una parte limitada en el tiempo y en el espacio. Sin embargo, se experimenta a sí mismo, sus pensamientos y sus sentimientos como algo separado del resto; una forma de ilusión óptica de la conciencia.... La ilusión es una forma de prisión que limita nuestros deseos personales y nuestra preocupación por unas pocas personas que están cerca de nosotros. Nuestra tarea debe ser liberarnos de esa prisión, extendiendo nuestro círculo de compasión hasta abrazar la totalidad de las criaturas vivientes y la totalidad de la naturaleza en la plenitud de su belleza."
“Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males: el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. En una economía así, los medios de producción son poseídos por la sociedad y utilizados de una forma planificada. Una economía planificada que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad distribuiría el trabajo a realizar entre todos los capacitados para trabajar y garantizaría un sustento a cada hombre, mujer, y niño. La educación del individuo, además de promover sus propias capacidades naturales, procuraría desarrollar en él un sentido de la responsabilidad para sus compañeros-hombres en lugar de la glorificación del poder y del éxito que se da en nuestra sociedad actual”
Cada uno se va como puede, unos con el pecho entreabierto, otros con una sola mano, unos con la cédula de identidad en el bolsillo, otros en el alma, unos con la luna atornillada en la sangre y otros sin sangre, ni luna, ni recuerdos.
Cada uno se va aunque no pueda, unos con el amor entre dientes, otros cambiándose la piel, unos con la vida y la muerte, otros con la muerte y la vida, unos con la mano en su hombro y otros en el hombro de otro.
Cada uno se va porque se va, unos con alguien trasnochado entre las cejas, otros sin haberse cruzado con nadie, unos por la puerta que da o parece dar sobre el camino, otros por una puerta dibujada en la pared o tal vez en el aire, unos sin haber empezado a vivir y otros sin haber empezado a vivir.
Pero todos se van con los pies atados, unos por el camino que hicieron, otros por el que no hicieron y todos por el que nunca harán.