martes, 28 de abril de 2020

Believe it or not - Joey Scarbury




Los justos

Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.


Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 1899-Ginebra, 1986)




Se nos marcha este abril confinado y eterno, y buscando un tema que acompañara a este poema de Borges, me tropecé con esta canción que era la sintonía de una serie de televisión de mis años mozos (si, es cierto, ha llovido desde entonces, pero ¿qué queréis?, es lo que tiene nacer antes).

Los más jovencitos igual os reís pero los que seguro que lo hacen son los que recuerdan, como yo, de qué serie estamos hablando (como pasatiempo para el que no lo sepa ya tenéis ocupado un rato buscando y leyendo sobre la serie, incluso puede que encontréis algún sitio donde verla, jeje).

Un  profesor de instituto, normal y corriente, se agencia un traje de superhéroe que le da poderes y se dedica, junto a un agente del FBI, a deshacer entuertos e intentar que triunfe la justicia.

Estos tiempos que vivimos nos han demostrado que los verdaderos superhéroes no necesitan traje ni capa, los verdaderos superhéroes son las personas normales, comunes y corrientes que hacen su trabajo en las condiciones que sean que, curiosamente, nunca son las que deberían ser, teniendo en cuenta la importancia del trabajo que realizan. La pena es que solo nos damos cuenta cuando llegan circunstancias excepcionales como las que sufrimos en estos días.

En nuestra mano está cambiar esas circunstancias y que no se nos olvide, cuando todo esto haya pasado, de dónde venimos, quienes y qué cosas conforman lo verdaderamente importante. Tanto Borges en su poema como Joey Scarbury en su canción abundan en la idea del maestro Eduardo Galeano, cuando dijo que mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo; no dejéis nunca de creer en ello.

¡Salud y fuerza para creer que se puede combatir la injusticia y cambiar el mundo!


sábado, 25 de abril de 2020

Is this love - Bob Marley




Te quiero

Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;

te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;

te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;

te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;

te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.

Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.

   Luis Cernuda (Sevilla,1902-México,1963)


miércoles, 22 de abril de 2020

Hold the line - Toto




Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo:

un tiempo para nacer,

y un tiempo para morir;
un tiempo para plantar,
y un tiempo para cosechar;
un tiempo para matar,
y un tiempo para sanar;
un tiempo para destruir,
y un tiempo para construir;
un tiempo para llorar,
y un tiempo para reír;
un tiempo para estar de luto,
y un tiempo para saltar de gusto;
un tiempo para esparcir piedras,
y un tiempo para recogerlas;
un tiempo para abrazarse,
y un tiempo para despedirse;
un tiempo para intentar,
y un tiempo para desistir;
un tiempo para guardar,
y un tiempo para desechar;
un tiempo para rasgar,
y un tiempo para coser;
un tiempo para callar,
y un tiempo para hablar;
un tiempo para amar,
y un tiempo para odiar;
un tiempo para la guerra,
y un tiempo para la paz.


Eclesiastés 3, 1-8


domingo, 19 de abril de 2020

The man who sold the world - Nirvana





«Antonio José Bolívar Proaño sabía leer, pero no escribir. A lo sumo, conseguía garrapatear su nombre cuando debía firmar algún papel oficial, por ejemplo en época de elecciones, pero como tales sucesos ocurrían muy esporádicamente casi lo había olvidado. 

Leía lentamente, juntando las sílabas, murmurándolas a media voz como si las paladeara, y al tener dominada la palabra entera la repetía de un viaje. Luego hacía lo mismo con la frase completa, y de esa manera se apropiaba de los sentimientos e ideas plasmados en las páginas. 

Cuando un pasaje le agradaba especialmente lo repetía muchas veces, todas las que estimara necesarias para descubrir cuan hermoso podía ser también el lenguaje humano.»

.................................................................................................................

«-¿Verdad que sabe leer, compadre?
-Algo.
-¿Y que está leyendo?
-Una novela. Pero quédate callado. Si hablas se mueve la llama, y a mí se me mueven las letras.
El otro se alejó para no estorbar, mas era tal la atención que el viejo dispensaba al libro, que no soportó quedar al margen.
-¿De qué se trata?
-Del amor.
Ante la respuesta del viejo, el otro se acercó con renovado interés.
-No jodas. ¿Con hembras ricas, calentonas?
El viejo cerró de sopetón el libro haciendo vacilar la llama de la lámpara.
-No. Se trata del otro amor. Del que duele.»

Fragmentos de "Un viejo que leía novelas de amor" 
Luis Sepúlveda (Chile, 1949 - Oviedo, 2020)


jueves, 16 de abril de 2020

De paso - Luis Eduardo Aute




LA EDAD NO DEPENDE DE LOS AÑOS SINO DE LOS DAÑOS Y DESENGAÑOS 



nimiEDAD: el primer respiro.


brevEDAD: los años de la infancia.

zafiEDAD: los años adolescentes.

humEDAD: los años promiscuos.

terquEDAD: los años en posesión de la verdad.

contrariEDAD: los años en posesión de la duda.

notoriEDAD: los años en busca del éxito.

seriEDAD: los años responsables.

levEDAD: los años frívolos.

variEDAD: los años fugitivos del aburrimiento.

suciEDAD: los años posteriores.

gravEDAD: los años decadentes.

solEDAD: los años últimos

piEDAD: el último suspiro


            Luis Eduardo Aute (Manila, 1943 - Madrid, 2020) in memoriam


lunes, 13 de abril de 2020

Forever young - Alphaville





Juventud

La juventud no es una época de la vida; es un estado mental. No consiste en tener mejillas sonrosadas, labios rojos y piernas ágiles. Es cuestión de voluntad; implica una cualidad de la imaginación, un vigor de las emociones, es la frescura de las profundas fuentes de la vida.

Juventud es el predominio temporalmente del arrojo sobre la pusilanimidad de los apetitos, del ímpetu aventurero sobre el apego a la comodidad. Esta actitud a menudo se encuentra más en un hombre de 60 años que en un muchacho de 20 años. Nadie envejece meramente por el número de años que ha cumplido. Envejecemos cuando desertamos de nuestros ideales.

Los años pueden arrugar la piel pero cuando se renuncia al entusiasmo, le salen arrugas al alma. Las preocupaciones, el temor, la falta de confianza en uno mismo, encogen el corazón y aniquilan el espíritu.

Lo mismo a los sesenta años que a los dieciséis, en todo corazón humano palpitan el ansia por lo maravilloso, el constante apetito como de niño por lo que ha de venir y la alegría inherente al juego de la vida. En el centro del corazón – del tuyo y del mío – existe una estación de radio. Mientras recibas mensajes de belleza, esperanza, alegría, valor y fuerza, tanto de los hombres como del infinito seguirás siendo joven.

Cuando se abatan tus antenas, cuando las nieves del cinismo y el hielo del pesimismo cubran tu espíritu, entonces si habrás envejecido aunque sólo tengas 20 años. Pero mientras tus antenas sigan en alto, dispuestas a captar las ondas del optimismo hay esperanza de que mueras joven, aún cuando seas un octogenario.

Samuel Ullman (Alemania, 1840 - EEUU, 1924)


viernes, 10 de abril de 2020

Will you be there - Michael Jackson




Hace años, un estudiante le preguntó a la antropóloga Margaret Mead cuál consideraba ella que era el primer signo de civilización en una cultura. El estudiante esperaba que Mead hablara de anzuelos, ollas de barro o piedras de moler.

Pero no. Mead dijo que el primer signo de civilización en una cultura antigua era un fémur que se había roto y luego sanado. Mead explicó que en el reino animal, si te rompes una pierna, mueres. No puedes huir del peligro, ir al río a beber agua o buscar comida. Eres carne de bestias que merodean. Ningún animal sobrevive a una pierna rota el tiempo suficiente para que el hueso sane.

Un fémur roto que se ha curado es evidencia de que alguien se ha tomado el tiempo para quedarse con el que se cayó, ha vendado la herida, le ha llevado a un lugar seguro y le ha ayudado a recuperarse. Mead dijo que ayudar a alguien más en las dificultades es el punto donde comienza la civilización.

Ira Byock (New Jersey, 1951)


martes, 7 de abril de 2020

The load out / Stay - Jackson Browne



Corría el año 1953 cuando un adolescente de 15 años llamado Maurice Williams compuso "Stay", una canción en la que le pide a su novia, cuando llega la hora en la que tiene que volver a casa, que se quede un poquito más.

En 1960, Maurice y su grupo, The Zodiacs, la graban en una maqueta y comienzan a recorrer casas discográficas para que fuera lanzada al mercado, hasta que Herald Records atendió su solicitud pero les puso algunas condiciones, debería ser grabada en tonos más altos que la original y la frase "echemos otro cigarrillo" debería ser cambiada para que la canción fuera más políticamente correcta (ya sabéis, los americanos y su particular moral).

La grabaron y se convirtió en la canción más corta en alcanzar el nº 1 en las listas de éxitos de los EEUU.

Años después, según una leyenda que circula por internet, Jackson Browne daba un concierto y al final estaba tocando "The load out" , un tema en el que habla de la importancia que tiene para un músico la presencia de su público y que este coree sus canciones; entonces, siempre según la leyenda, el público, suponemos que por variadas y desconocidas razones, comenzó a marcharse del espacio donde se desarrollaba el concierto.

En ese momento Jackson comenzó a improvisar una versión de "Stay" que parece que gustó al personal pues dice la leyenda en cuestión que el público hizo caso a Browne y volvió a sus asientos y se quedó un poco más.

Desde ese día, "The load out" y "Stay" suena siempre juntos, como si fueran una única canción, en el final de los conciertos de Jackson Browne y así la escuchamos hoy en el blog. Ambos temas están incluidos en el disco "Running on empty" de 1977.

© El Roto
En la canción destaca, además de la música y la voz de Browne, el famosísimo falsete de David Lindley y la poderosa voz de Rosemary Butler, sin los cuales la canción no sería la misma.

En este momento me apetece gritar "QUÉDATE", quédate entre nosotros para siempre, gritarle a ese espíritu de unidad y solidaridad que se ha establecido entre nosotros en este confinamiento inevitable para preservar nuestra salud y que nos ha hecho ver las  cosas de otra manera.

Quédate con nosotros para siempre, le grito a ese agradecimento sincero a los sanitarios, al personal de limpieza, transportistas, fuerzas y cuerpos de seguridad, nacionales, autonómicos y locales, a todos los  trabajadores de supermercados y tiendas y a todos esos voluntarios que, incluso sin ser su obligación, están trabajando y haciendo cosas porque sí, porque les apetece o lo sienten como su responsabilidad, en definitiva a todos los trabajadores en general, porque son los que en las maduras y, sobre todo, en las duras siempre están ahí dando la cara y lo que haga falta.

Quédate con nosotros para siempre, a ese sentimiento de que se pueden hacer las cosas de otra manera, de que lo importante son las personas y vivir en armonía con la madre naturaleza.

Quédate con nosotros para siempre, aunque acabe la cuarentena, que acabará, le grito a esa sensación que se ha establecido entre nosotros de que ibamos por el camino equivocado, que no puede ser más importante un banco que un ser humano ni un balance de beneficios más importante que el bienestar de las personas, que hay que tener una sanidad pública y de calidad, al margen de la coyuntura económica de cada momento.

En fin, solo quiero desear que no se nos olviden estas emociones  que sentimos estos días y que intentemos cambiar las cosas como homenaje a todos los que hemos perdido en el camino.

!Salud y que ese espíritu, ese agradecimiento, ese sentimiento permanezcan con nosotros para siempre¡

sábado, 4 de abril de 2020

The scientist - Coldplay




Empatía viral

Y así un día se llenó el mundo con la nefasta promesa de un apocalipsis viral y de pronto las fronteras que se defendieron con guerras se quebraron con gotitas de saliva, hubo equidad en el contagio que se repartía igual para ricos y pobres, las potencias que se sentían infalibles vieron cómo se puede caer ante un beso, ante un abrazo. 

Y nos dimos cuenta de lo que era y no importante, y entonces una enfermera se volvió más indispensable que un futbolista, y un hospital se hizo más urgente que un misil. Se apagaron luces en estadios, se detuvieron los conciertos, los rodajes de las películas, las misas y los encuentros masivos y entonces en el mundo hubo tiempo para la reflexión a solas, y para esperar en casa que lleguen todos y para reunirse frente a fogatas, mesas, mecedoras, hamacas y contar cuentos que estuvieron a punto de ser olvidados. 

Tres gotitas de mocos en el aire, nos han puesto a cuidar ancianos, a valorar la ciencia por encima de la economía, nos han dicho que no solo los indigentes traen pestes, que nuestra pirámide de valores estaba invertida, que la vida siempre fue primero y que las otras cosas eran accesorios. 

No hay un lugar seguro, en la mente de todos nos caben todos y empezamos a desearle el bien al vecino, necesitamos que se mantenga seguro, necesitamos que no se enferme, que viva mucho, que sea feliz y junto a una paranoia hervida en desinfectante nos damos cuenta que, si yo tengo agua y el de más allá no, mi vida está en riesgo. 

Volvimos a ser la aldea, la solidaridad se tiñe de miedo y a riesgo de perdernos en el aislamiento, existe una sola alternativa: ser mejores juntos. 

Si todo sale bien, todo cambiará para siempre. Las miradas serán nuestro saludo y reservaremos el beso solo para quien ya tenga nuestro corazón, cuando todos los mapas se tiñan de rojo con la presencia del que corona, las fronteras no serán necesarias y el tránsito de quienes vienen a dar esperanzas será bien recibido bajo cualquier idioma y debajo de cualquier color de piel, dejará de importar si no entendía tu forma de vida, si tu fe no era la mía, bastará que te anime a extender tu mano cuando nadie más lo quiera hacer. 

Puede ser, solo es una posibilidad, que este virus nos haga más humanos y de un diluvio atroz surja un pacto nuevo, con una rama de olivo, desde donde empezará de cero. 

Edna Rueda Abrahams (médica y escritora)


miércoles, 1 de abril de 2020

You don't know how it feels - Tom Petty




Debí

Las cosas que dejaron de pasarme
las llevo en la memoria como espinas.
Aquellos pecaditos que no hice
me duelen como nadie se imagina.

No olvidaré jamás el beso inmenso
que dejamos de darnos en la esquina,
aquel que nos tragamos para siempre
porque andaba acechando una vecina.

Debí haberme fugado de mis clases
para irme a la balsa de los peces
a darme un baño largo y relajado
como tú me dijiste tantas veces.

Debí haber saltado aquella verja
para robar manzanas al manzano,
por mucho que dijera mi maestro,
¡era un pecado sano!

Cuántas noches de luna habré perdido,
la de lluvias que habré desperdiciado
debajo del brasero de mi casa
por miedo a no coger un resfriado...

Por lo buena que he sido en esta vida,
por tantos disgustillos que no he dado,
por todos los pecados que no hice,
espero que Dios me haya perdonado.

          Magdalena Sánchez Blesa