La chica que cierra el mes de Agosto en el blog, es de rancio abolengo, proviene de una familia aristocrática y en la actualidad es una afamada escultora británica.
Su nombre es Emily Young y es hija de Wayland Hilton Young, segundo Baron Kennet. Su abuela, Kathleen Scott, fue alumna de Auguste Rodin, viuda del famoso explorador Robert Falcon Scott y posteriormente se casaría con el abuelo paterno de Emily, el primer barón Kennet.
El segundo barón Kennet frecuentaba, en los años 60, el UFO CLUB, local nocturno de Londres, donde Pink Floyd actuaba cada noche en sus inicios. Su hija adolescente, Emily, también era asidua del garito y ahí fue donde conoció a Syd Barret que se inspiró en ella para componer la canción que suena.
Roger Waters, Nick Mason, Richard Wright y Syd Barret, como cerebro creativo de la banda, ponían en esos años las bases de lo que se daría en llamar rock sinfónico y psicodelia que tanta influencia tendría posteriormente en numerosas bandas integrantes del movimiento contracultural.
Aunque en un principio, Syd dijo que para componer el tema se inspiró en una experiencia que había tenido bajo los efectos del LSD en que vio a una chica en un bosque, posteriormente diría que no era cierto y fuentes bien informadas son las que han dado el nombre de Emily Young como musa de la canción. En el club era conocida como la chica psicodélica.
Al bueno de Syd puede que su cerebro le jugara una mala pasada, de hecho sus experiencias con el LSD terminarían por destruirlos a ambos; sería expulsado de la banda debido a discusiones permanentes con el resto de miembros, causadas, sobre todo, por su situación mentalmente inestable. Sufrió algún colapso en alguna actuación y, aunque su cuerpo estuviera aquí, su mente había iniciado definitivamente el viaje a otra dimensión.
La canción supuso el segundo single de Pink Floyd y aseguran que Barret tocó la guitarra slide, durante la grabación, con una regla de plástico y que algunas partes del teclado fueron ralentizaras para conseguir un efecto sonoro. Asimismo, el dibujo de la portada del single es del propio Syd.
Disfrutad pues de los orígenes de esta leyenda de la música mientras imagináis a Emily bailando al ritmo del rock psicodélico del fluido rosa entre humos y vapores de sustancias espirituosas y psicotrópicas.
¡Salud y que la música os eleve hasta el infinito!