Con un golpe de timón, el blog se adentra en las procelosas aguas de la copla. No os preocupéis, no me he dado un golpe ni me he quedado "sonao" (lo primero es seguro, lo segundo no me atrevería a desmentirlo rotundamente).
Lo que ocurre es que, al fin y al cabo, esta música también forma parte de la banda sonora de mi vida y los recuerdos y emociones asociados a ella, forman parte de la mochila que llevo al hombro donde guardo lo que soy y lo que me hace ser quien soy.
Esta música sonaba en la radio que tenía puesta mi madre mientras hacía sus labores (a fe mía que me ha quedado antigua la expresión, ¡joder pues anda que esta!), también sonaba en la radio de mi abuelo cuando iba a su casa a visitarlo, y en las cintas del coche de mi tío cuando regresaba en verano, desde Barcelona, a pasar unos días con nosotros; pero sobre todo me recuerda al magnetófono de cintas que se trajo otro de mis tíos de Alemania, que ocupaba toda una maleta y que de vez en cuando, él y mi padre lo sacaban y ponían música.
Juanito Valderrama, Antonio Molina, Bambino, Concha Piquer, Antoñita Moreno, Rafael Farina, La Niña de la Puebla, Rosa Morena y tantos otros que, si bien hoy me hacen recordar , con emoción y nostalgia, una época maravillosa donde era feliz sin saberlo, lo cierto es que en ese momento huía en cuanto sonaban los primeros acordes de esa música vieja y antigua que eran los calificativos que, mi edad y mi supuesta modernez, le adjudicaban a tan genuino y español género.
Hoy me pone los vellos de punta y me trae recuerdos de cosas y de personas que, desgraciadamente, ya no están con nosotros.
Pero bueno, no me quiero poner ñoño y cursi, pues el tema que suena habla precisamente de que para afrontar los sinsabores de la vida es mejor poner una sonrisa y tomarse la vida, no a cachondeo, pero tampoco demasiado en serio.
El otro día, haciendo "zapping" me topé con la fantástica serie de Paco León, "Arde Madrid" y en los títulos de crédito sonaba la canción que ambienta hoy el blog.
¡Salud, que disfrutéis de las personas que os acompañan en la vida, de la música y que tengáis siempre por bandera una sonrisa para mostrar!
Hoy quiero dedicar especialmente esta entrada y el espíritu de mis palabras a una buena amiga que afronta un momento muy difícil y que de poner sonrisas a la vida sabe un montón. Un beso enorme, Lupe, ya verás que muy pronto nos contamos y cantamos y, sobre todo, nos reímos de la vida.
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