sábado, 28 de noviembre de 2020

Synchronicity II - The Police





AL DESTINO


Siempre fuiste para mí más real que Dios.
Montando el atrezo de una tragedia,
martilleando los clavos
con solo unos pocos amigos invitados a mirar.

Solo para parecer cercano hiciste coja a una chica guapa
y arrollaste a un niño con una moto.
Se me ocurren un montón de ejemplos similares.
Lo dicho: cómo ambos nos seguimos encontrando.

La máquina de chicles que predice el futuro en Chinatown
puede que tenga la respuesta,
una vieja y chirriante puerta abriéndose en una película de terror,
un paquete de cartas que olvidé en una playa.

Puedo sentir cómo te acurrucas a mi lado por la noche,
con tu aliento caliente –tus manos frías–,
y yo, como si fuera un piano antiguo colgado
de una ventana al extremo de una soga.

                                                                Charles Simic (Belgrado, 1938)


miércoles, 25 de noviembre de 2020

It must be love - Madness




Eso era amor 

Te veía
llegar,
cruzar la puerta,
darme un besazo en el morro,
mirarme a los ojos
de esa manera única,
como solo tú miras
a los ojos: rompiendo el calendario.

Te veía
hacer esas cosas sencillas
que tú haces
para que el mundo
entre en razón;

y no sabía
a quién
darle las gracias.

Karmelo C. Iribarren (San Sebastián, 1959)


domingo, 22 de noviembre de 2020

Son of a preacher man - Dusty Springfield




Hoy suena en el blog todo un clásico, un tema de los que reconoces apenas escuchas los primeros acordes y comienzas a tararear la música e incluso, si tu nivel de inglés lo permite, comienzas a cantar (¡qué coño! si al fin y al cabo, como dice José Mota, el ingles es inventado, y lo estás cantando igual).

Mary Isabel Catherine Bernadette O'Brien comenzó su carrera en 1959 en un grupo llamado The Lana Sister's y posteriormente, junto a su hermano Dion, fundó un grupo de folk que se llamó The Springsfields del que tomaría su apellido artístico para siempre.

El grupo tuvo gran éxito en EEUU y posteriormente, en 1963, Dusty comenzó su carrera en solitario. Cosechó grandes éxitos durante los siguientes años e incluso presentó un programa dedicado al soul en la televisión británica.

Su maravillosa voz la convirtió en un icono de la cultura y la moda londinense de los 60 y es una de las más insignes representantes de las cantantes blancas con voz de negra. Cliff Richard la llamaba "la negra blanca".

A finales de los 60, apareció el rock psicodélico y la cultura hippie, su carrera se fue apagando  y para revitalizarla grabó su quinto disco de estudio, que se llamó Dusty in Memphis. El tema de hoy forma parte de este disco que, aunque no tuvo gran éxito de público, la crítica lo señaló como su mejor trabajo y, a menudo, ha sido incluido entre los mejores de la historia del rock.

Este tema fue ofrecido inicialmente por sus creadores a Aretha Franklin que rechazó grabarlo (era hija de un predicador y le pareció que podría ser tomado como una falta de respeto). Poco después, la reina del soul grabaría su propia versión del temazo que nos ocupa que, sin embargo, pasó a la historia en la voz de Dusty Springfield.

Además de su carrera musical, hay que destacar su compromiso y activismo en favor de causas nobles. En 1964 se negó a participar en un concierto en Sudáfrica si no dejaban entrar a personas de raza negra y fue deportada del país. También tuvo algún incidente con la casa real británica y en 1970, cansada de rumores y comentarios malintencionados declaró abiertamente su bisexualidad, algo que no era habitual ni sencillo en esos años.

Sea como fuere lo cierto es que se atrevió a usar su fama y su éxito para intentar mejorar el mundo, luchando en favor de la justicia social y de la libertad individual de cada ser humano para ser lo que se quiera ser.

¡Salud, disfrutad de la música y no perdáis ocasión para intentar mejorar vuestro mundo más cercano! 


jueves, 19 de noviembre de 2020

Should i stay or should i go - The Clash




Hay una canción de los Beatles (ya ha sonado en el blog) que dice que vivir es fácil con los ojos cerrados. Pero no se puede vivir eternamente con los ojos cerrados, hay que abrirlos al mundo y la vida.

Se podría decir que vivir no es fácil, pero no es menos cierto que nosotros, a veces, no facilitamos las cosas, al contrario, en numerosas ocasiones las hacemos más complicadas de lo que nos gustarían.

La vida, entre otras cosas, es decidir, y esas decisiones se toman teniendo en cuenta las circunstancias de cada uno y los posibles resultados y efectos derivados de nuestra elección.

A veces tomamos decisiones trascendentales en segundos, guiados por el corazón, arrastrados por un impulso que no nos deja dudar y, otras dedicamos horas de vida, e incluso de sueño, a las decisiones más nimias e intrascendentes que, sin embargo, se nos presentan  ante nuestros ojos como cruciales (todos tenemos nuestras filias y nuestras fobias y es complicado luchar contra ellas)

La felicidad depende, en buena medida, del porcentaje de aciertos en las decisiones tomadas. Si acertamos seguimos adelante silbando una canción y si fallamos seguimos adelante dando vueltas al error cometido intentando aprender de él para no repetirlos.

Lo malo es cuando el corazón te marca un camino, la cabeza te dicta lo contrario y tú sabes fehacientemente que, elijas lo que elijas, te vas a equivocar (eso, al menos, es lo que te dice tu cerebro influido por tus y sus circunstancias).

Disculpad el onanismo cerebral pero algo ha debido sentarme mal, debo tener una decisión atravesada en el lóbulo prefrontal derecho.

¡Salud y que decidáis siempre lo mejor posible!

lunes, 16 de noviembre de 2020

Ciudad sin sueño - Enrique Morente y Lagartija Nick




Ciudad sin sueño

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan las cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.

No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño:
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.

Un día
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.

Otro día 
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!

Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.

                                 Federico García Lorca

viernes, 13 de noviembre de 2020

Hop on it - Joe Louis Walker




...salgamos de una vez. Salgamos a buscar camorra, a defender causas nobles, a recobrar tiempos olvidados, a despilfarrar lo que hemos ahorrado, a luchar por amores imposibles. A que nos peguen, a que nos derroten, a que nos traicionen. Cualquier cosa es preferible a esa mediocridad eficiente, a esa miserable resignación que algunos llaman madurez.

Alejandro Dolina (El libro del fantasma)

martes, 10 de noviembre de 2020

Soy una feria - Gracia Montes




Con un golpe de timón, el blog se adentra en las procelosas aguas de la copla. No os preocupéis, no me he dado un golpe ni me he quedado "sonao" (lo primero es seguro, lo segundo no me atrevería a desmentirlo rotundamente).

Lo que ocurre es que, al fin y al cabo, esta música también forma parte de la banda sonora de mi vida y los recuerdos y emociones asociados a ella, forman parte de la mochila que llevo al hombro donde guardo lo que soy y lo que me hace ser quien soy.

Esta música sonaba en la radio que tenía puesta mi madre mientras hacía sus labores (a fe mía que me ha quedado antigua la expresión, ¡joder pues anda que esta!), también sonaba en la radio de mi abuelo cuando iba a su casa a visitarlo, y en las cintas del coche de mi tío cuando regresaba en verano, desde Barcelona, a pasar unos días con nosotros; pero sobre todo me recuerda al magnetófono de cintas que se trajo otro de mis tíos de Alemania, que ocupaba toda una maleta y que de vez en cuando, él y mi padre lo sacaban y ponían música.

Juanito Valderrama, Antonio Molina, Bambino, Concha Piquer, Antoñita Moreno, Rafael Farina, La Niña de la Puebla, Rosa Morena y tantos otros que, si bien hoy me hacen recordar , con emoción y nostalgia, una época maravillosa donde era feliz sin saberlo, lo cierto es que en ese momento huía en cuanto sonaban los primeros acordes de esa música vieja y antigua que eran los calificativos que, mi edad y mi supuesta modernez, le adjudicaban a tan genuino y español género.

Hoy me pone los vellos de punta y me trae recuerdos de cosas y de personas que, desgraciadamente, ya no están con nosotros.

Pero bueno, no me quiero poner ñoño y cursi, pues el tema que suena habla precisamente de  que para afrontar los sinsabores de la vida es mejor poner una sonrisa y tomarse la vida, no a cachondeo, pero tampoco demasiado en serio.

El otro día, haciendo "zapping" me topé con la fantástica serie de Paco León, "Arde Madrid" y en los títulos de crédito sonaba la canción que ambienta hoy el blog.

¡Salud, que disfrutéis de las personas que os acompañan en la vida, de la música y que tengáis siempre por bandera una sonrisa para mostrar!

Hoy quiero dedicar especialmente esta entrada y el espíritu de mis palabras a una buena amiga que afronta un momento muy difícil y que de poner sonrisas a la vida sabe un montón. Un beso enorme, Lupe, ya verás que muy pronto nos contamos y cantamos y, sobre todo, nos reímos de la vida.

sábado, 7 de noviembre de 2020

Human - The Killers




No eres tus años
ni la talla que usas,
no eres tu carga
o el color de tu cabello.
No eres tu nombre
o hoyuelos en tus mejillas,
eres todos los libros que has leído
y todas las palabras que dices
eres tu voz somnolienta en la mañana
y las sonrisas que tratas de ocultar
eres la dulzura de tu risa
y cada lágrima derramada,
eres las canciones que gritas tan fuerte
cuando sabías que estabas solo
también eres los lugares donde has estado
y el único que realmente llamas casa,
eres todo en lo que crees
y la gente que amas
eres las fotografías en tu habitación
y el futuro que pintas.
Estás hecho de tanta belleza
pero tal vez todo esto se te escape
desde que decidiste ser
todo lo que no eres

Ernest Hemingway


miércoles, 4 de noviembre de 2020

Paranoid android - Radiohead




En la extraordinaria película "El nombre de la rosa" (Jean-Jacques Annaud, 1986) basada en la novela del mismo título de Umberto Eco, hay una escena que se desarrolla en el scriptórium de la abadía en que se produce este diálogo entre Guillermo de Baskerville, franciscano llamado por el Prior para investigar la muerte de un joven monje y Jorge de Burgos, el anciano y ciego antiguo bibliotecario.

Varios monjes ríen mientras uno de ellos se sube a un taburete huyendo de un pequeño ratón, cuando irrumpe el viejo Jorge de Burgos

Jorge de Burgos: ¡¡Verba vana aut risui apta non loqui!! *

Espero que mis palabras no os hayan irritado hermano Guillermo. He oído a unas personas que reían de cosas risibles, los franciscanos, sin embargo, pertenecéis a una orden donde la risa se contempla con indulgencia. 

Guillermo de Baskerville: Sí, es cierto, San Francisco de Asís tenía mucha tendencia a la risa 

Jorge: La risa es un viento diabólico que deforma las facciones y hace que los hombres parezcan monos 

Guillermo: Los monos no ríen…la risa es un atributo humano 

Jorge: Como el pecado, Cristo nunca rio 

Guillermo: ¿Podemos asegurarlo? 

Jorge de Burgos: En ningún momento de las Escrituras se dice que riera. 

Guillermo: Tampoco en ningún momento se dice que no lo hizo. Si hasta se sabe que los santos se valían del humor para ridiculizar a los enemigos de la fe. Por ejemplo, cuando los paganos sumergieron a San Mauro en agua hirviendo, él se quejó de que su baño estaba frío, el sultán metió su mano en él y se la escaldó

Jorge: Un santo sumergido en agua hirviendo no bromea con gracias infantiles, reprime sus gritos y sufre por la verdad 

Guillermo: No obstante, Aristóteles dedicó su segundo libro de Poética al humor como instrumento de la verdad 

Jorge: ¿Habéis leído esa obra?

Guillermo: No, claro que no, se perdió hace muchos siglos

Jorge: ¡No se perdió, jamás fue escrita! ¡Porque la Providencia no desea que se glorifiquen las cosas fútiles 

Guillermo: ¡Oh eso es discutible, yo pienso…

Jorge: ¡YA BASTA! ¡Esta abadía está entristecida por el dolor y vos pretendéis turbar nuestra pena con burlas vanas!

No pronunciar palabras vanas o que exciten la risa


Thomas Sean Connery in memoriam


domingo, 1 de noviembre de 2020

Tell me there's a heaven - Chris Rea




"Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín plantado. Algo que tu mano tocara de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor, que tú plantaste, tú estarás allí. “No importa lo que hagas –decía-, en tanto que cambies algo respecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ellos tus manos. La diferencia entre el hombre que se limita a cortar el césped y un auténtico jardinero está en el tacto. El cortador de césped igual podría no haber estado allí, el jardinero estará allí para siempre.”

Ray Bradbury ("FAHRENHEIT 451")