«Buenas noches Madrid, capital de
la fraternidad, aquí seguimos, llamando a las puertas del cielo.
Hace 76 años, muy cerca de esta
plaza, mi tío abuelo le dijo a su hermana: Pase lo que pase, siempre nos
quedarán los jardines de Atocha. Estaba a punto de perder una guerra y pocos
meses después, mi tío fue fusilado en Valencia.
Aquel hombre era un panadero
socialista, uno de los muchachos de la motorizada que siempre acompañaban a don
Indalecio Prieto. Las hermanas de aquel hombre nos criaron a mi madre y a mí, y
siempre nos hablaron de los jardines de Atocha, nunca nos hablaron desde el
rencor y la venganza sino desde el amor.
Se dice que los héroes de la
patria son los que mueren y matan en guerras; no estoy de acuerdo. Los actos
heroicos que hacen patria no son gestos que pasen a la historia sino gestos
cotidianos. Una abuela que estalla de alegría al ver a su nieta, aseada y bien
calzada, con sus libros de texto en la mochila, correr hacia ella cuando sale
de una escuela pública bien equipada, es la imagen de un país decente, eso es
lo que hace patria.
Esta noche quiero homenajear a
los héroes y heroínas anónimos que con sus pequeños gestos nos han enseñado lo
que significa cambiar un país. La abuela que enseña a sus nietos que los
juguetes se comparten, el militante que se quita horas de sueño para pegar
carteles en su barrio, la jueza que aplica el derecho sabiendo que es la última
garantía de los débiles frente a los poderosos, el enfermero que sabe que su
ternura es la dignidad de la anciana enferma, la profesora que se esfuerza para
que, a pesar de los recortes, todos los niños aprendan y sean felices
aprendiendo, el policía que no pierde la paciencia y aguanta lo que haga falta
para hacer su trabajo sin llevarse la mano al cinto, el empleado de banca que
se niega a vender preferentes, la trabajadora en huelga que no pierde la
sonrisa, el abogado de oficio que se deja la piel por su defendido, el pequeño
empresario que trata a sus empleados como compañeros, el abuelo que estira su
pensión para pagarle la matrícula a su nieta; tras esos gestos cotidianos están
los héroes que cambian un país, la revolución no está en las banderas, está en
lo pequeño, como los jardines de Atocha.
La jornada de hoy es histórica,
se abre un nuevo periodo político en nuestra historia que pone fin al sistema
del turno. El 15M señaló el inicio de una nueva transición en nuestro
país
protagonizada por la gente, en momentos como este, el excedente democrático de nuestra
historia, se abre paso.
Se oyen esta noche las voces del
pueblo de Madrid resistiendo la invasión, se escucha la voz del general Riego
defendiendo, espada en mano, la Constitución, la voz de Torrijos desembarcando
en Málaga, se oyen las voces de los liberales y demócratas de la Gloriosa, la
voz de Joaquím Costa y las voces de la Institución Libre de Enseñanza, la voz
de Rosalía de Castro y la risa irónica de Valle-Inclán, se escucha la voz de la
clase trabajadora y de las mujeres luchando por la extensión del sufragio, se
escuchan las voces de los reformadores republicanos, las voces de Clara Campoamor,
de Margarita Nelken, de Dolores Ibárruri, de Federica Montseny, de Victoria
Kent, las voces de Miguel Hernández, de Federico García Lorca, de Machado y de
Alberti, las voces de los mineros asturianos, la voz de Companys diciendo a
Madrid: os habla vuestro hermano, la voz de Durruti, de Largo Caballero, de
Azaña, de Pepe Díaz y de Andreu Nin, las voces políglotas de los voluntarios
internacionales que por haber defendido nuestra patria serán españoles para
siempre.
Se escuchan las voces de los que
empuñaron las banderas de la libertad frente al terror, las voces de los presos
de la dictadura, las voces de la clase trabajadora que ganó con huelgas sus
derechos, se escuchan voces en euskera, en catalán, en gallego, se escucha la
voz inmortal de Carlos Cano cantando a los emigrantes, las voces de Serrat, de
Paco Ibáñez, de Rosa León, de Imanol, de Lluis Llach y también la voz de
Soledad Bravo y de Pep Botifarra, se escuchan las voces y se leen las palabras
de Manolo Vázquez Montalbán y de todos aquellos que lucharon por un futuro
mejor, junto a las voces de los que esta noche sois protagonistas del cambio
histórico en España.
Quiero dar las gracias a mi
familia, a todos mis compañeros y a todos los que estáis aquí, pero sobre todo
a las gentes y a los pueblos de España; hay mucho trabajo que hacer a partir de
mañana y no será fácil, pero algo ha cambiado, nunca más una España sin sus
pueblos y sus gentes, hoy aquí nos comprometemos a empujar un nuevo compromiso
histórico que defienda la justicia social y la decencia, la democracia debe
llegar a la economía para que no se sigan vulnerando los derechos humanos y la
dignidad. Esta noche vuelve a escucharse la voz inmortal de Salvador Allende,
la historia es nuestra y la hacen los pueblos. Sí, se puede.»
Pablo Iglesias Turrión (noche del 20 de Diciembre de 2015)
Puede que se dejara llevar por el entusiasmo de un resultado electoral histórico, pero ¡qué coño!, me identifico con cada una de sus palabras, me reconozco en cada uno de sus deseos, mis raices están ahí, vengo de ese sitio, en mi mochila viajan conmigo esas ideas, esas personas y lo que representan y deseo fervientemente un pais mejor para mis hijas y su generación...¡ojala seamos capaces de conquistar el paraiso!
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