Nervioso, pero sin duelo a toda la concurrencia por la mala voz suplico perdón y condescendencia. Con mi cara de ataúd y mis mariposas viejas yo también me hago presente en esta solemne fiesta. ¿Hay algo, pregunto yo más noble que una botella de vino bien conversado entre dos almas gemelas? El vino tiene un poder que admira y que desconcierta transmuta la nieve en fuego y al fuego lo vuelve piedra. El vino es todo, es el mar las botas de veinte leguas la alfombra mágica, el sol el loro de siete lenguas. Algunos toman por sed otros por olvidar deudas y yo por ver lagartijas y sapos en las estrellas. El hombre que no se bebe su copa sanguinolenta no puede ser, creo yo cristiano de buena cepa. El vino puede tomarse en lata, cristal o greda pero es mejor en copihue en fucsia o en azucena. El pobre toma su trago para compensar las deudas | Si me dieran a elegir El ciego con una copa ve chispas y ve centellas y el cojo de nacimiento se pone a bailar la cueca. El vino cuando se bebe con inspiración sincera sólo puede compararse al beso de una doncella. Por todo lo cual levanto mi copa al sol de la noche y bebo el vino sagrado que hermana los corazones. Nicanor Parra (Chile, 1914-2018) |
jueves, 29 de junio de 2023
Old red wine - The Who
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