Teoría de los buenos deseos
Que no te falte tiempo
para comer con los amigos,
partir el pan,
reconocerse en las miradas.
Deseo, que la noche
se te transforme en música,
y la mesa en un largo
sonido de campanas.
Que nada te desvíe,
que nada te disturbe,
que siempre tengas algo
de hoy para mañana.
Y que lo sepas dar
para regar las plantas,
para cortar la leña,
para encender el fuego,
para ganar la lucha,
para que tengas paz.
Que es la grave tarea
que me he impuesto esta noche,
hermano mío.
para comer con los amigos,
partir el pan,
reconocerse en las miradas.
Deseo, que la noche
se te transforme en música,
y la mesa en un largo
sonido de campanas.
Que nada te desvíe,
que nada te disturbe,
que siempre tengas algo
de hoy para mañana.
Y que lo sepas dar
para regar las plantas,
para cortar la leña,
para encender el fuego,
para ganar la lucha,
para que tengas paz.
Que es la grave tarea
que me he impuesto esta noche,
hermano mío.
Hamlet Lima Quintana (Argentina, 1923-2002)
Mirando hacia atrás, el año que termina solo puede ser calificado como aciago y catastrófico en el más amplio sentido de ambos términos.
La vacuna, nos hace abrigar esperanzas de que el siguiente será mejor y de que poco a poco, sumando la responsabilidad de todos y de cada uno de nosotros, iremos retornando a la tan ansiada normalidad, un poquito mejorada, a ser posible.
Me considero una persona optimista y, sin negar la realidad, creo que una actitud positiva ante la vida ayuda a sortear los inconvenientes que esta nos pone en el camino.
The Zombies, en el año 1968, nos decían que este será nuestro año, ¿y por qué no puede ser éste el nuestro? Pues eso, como decía mi admirado Mario Benedetti, contra el optimismo no hay vacunas, vamos a ser optimistas y pensar que el año que empieza será el nuestro, el año de toda la raza humana y de todo el planeta Tierra.
Con mis mejores deseos para todos, ¡salud y que nada ni nadie haga que dejéis de ser optimistas!