miércoles, 16 de diciembre de 2020

Can't you see - The Swamp Riders Band




Sí, soy uno de ellos.

Creo firmemente en la República y odio la monarquía y defiendo que nadie puede estar por encima de nadie por su lugar de nacimiento.

Creo que la ley debe ser la misma para todos y que todos debemos ser iguales ante la ley, acabando de una vez con los privilegios de la clase dirigente ( entiéndase no sólo políticos, sino grandes multinacionales y esa entelequia a la que, eufemísticamente, llamáis mercado).

No es posible que en cada crisis los ricos se hagan más ricos y los pobres se hagan más pobres.

No comparto que cuando hay que recortar siempre se haga por la parte más débil y nunca se le quiten privilegios a las clases dominantes.

No me creo que cuando murió el dictador, murieran con él todos los franquistas que había en España. Lamentablemente siguen mandando los de siempre y siguen pisoteando a los de siempre.

Apoyo firmemente a los que tratan de cambiar todo este entramado y , aunque a veces, pueda parecer que el cambio va muy lento, quiero creer que este es ya imparable.

Creo firmemente que deben ser removidas todas las cunetas de este país y dar sepultura digna y con honores a las víctimas del golpe de Estado de 1936 y de la posterior dictadura cruel y sanguinaria. Hay que restituir la memoria y la dignidad de los luchadores por la República y la libertad. 

No creo que esto sea reabrir viejas heridas, pues no se puede reabrir lo que nunca se ha cerrado.

Creo que es necesario cambiar la Constitución Española de 1978 y adaptarla a la nueva realidad de nuestro país y no creo que haya que considerarla una especie de documento sagrado que no puede ser modificado (de hecho cuando ha interesado se ha cambiado de forma sibilina y exprés).

Odio profundamente a los patriotas de pulserita y cinturón que se les llena la boca de España y que llevan su dinero a paraísos fiscales para no pagar impuestos en su amada patria. 

Patriotas que acuden a  manifestaciones montados en sus coches de lujo para defender, no sus derechos sino sus privilegios, que piensan que sus beneficios son para ellos y sus pérdidas hemos de pagarlas entre todos.

Patriotas que se creen con derecho de pernada y que consideran que su estatus le viene otorgado por la gracia de dios, y que considera ilegítimo a todo gobierno que cuestione siquiera el orden establecido.

Me resisto a aceptar que los que salen de su tierra, huyendo de la guerra y la miseria en busca de un futuro digno poniendo en peligro sus vidas, deban ser tratados como animales o abandonados a su suerte pereciendo en el intento, ante nuestra desidia e inacción.

Me alegra enormemente encontrarme ideológicamente tan lejos de vosotros como vosotros lo estáis de los conceptos solidaridad y justicia social.

Sí, soy uno de esos de hijos de puta a los que os gustaría fusilar, pero tened cuidado porque somos millones y os estaremos esperando, nuestros votos y nuestras razones podrán con vuestro odio y vuestro fascismo.

¡Salud para esos millones de hijos de puta y República para todos!


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