El pasado 5 Marzo, Jesús de la Rosa Luque, líder, teclista, voz y compositor de la mayoría de las canciones de uno de los grupos más míticos de la historia de la música de este país, hubiera cumplido 71 años.
El 13 de Octubre de 1983 regresaba a casa después de dar un concierto en San Sebastián, a beneficio de las víctimas de las inundaciones que se habían producido en el País Vasco en agosto de ese año.
En Villariezo, su coche chocó frontalmente con una furgoneta y un día después fallece en un hospital de Burgos, tras varias operaciones para intentar salvar su vida.
Ese día, en aquella carretera de la provincia de Burgos, terminó la trayectoria musical de Triana y comenzó a forjarse su leyenda.
Triana nació en 1974 con la unión de Jesús de la Rosa, Eduardo Rodríguez Rodway y Juan José Palacios "Tele" acompañados inicialmente por unos jovencísimos Lole Montoya y Manuel Molina que abandonarían el grupo muy al inicio para formar el famoso dúo flamenco.
Con una trayectoria corta pero exitosa, publicaron 6 discos de estudio y un disco en directo en el año 1981.
Los expertos clasifican su trayectoria en dos etapas; la primera abarca sus tres primeros discos y se podría denominar de rock progresivo, donde comienza el germen de lo que se llamaría rock andaluz y abre el camino para otras bandas que vendrían posteriormente como Alameda y Medina Azahara, entre otros. Esta etapa es la que le confiere a Triana su relevancia y significado en la música llegando a convertirse en un icono.
La segunda etapa incluye sus tres siguientes discos y en ella se produce un giro hacia un rock más comercial y menos personal a pesar de que continúan regalándonos auténticas maravillas como "Tu frialdad".
Su éxito llegó fundamentalmente a través de sus conciertos, pues como curiosidad cabe decir que de su primer disco "Triana" (aunque es conocido como El Patio) apenas vendieron 50 ejemplares en los primeros 6 meses.
A pesar de que en los camerinos, según cuentan algunos allegados al grupo, todo eran risas y cachondeo, en el escenario se transformaban y se dedicaban a tocar su música sin hablar ni interactuar de ninguna manera con el público lo que le proporciona esa especie de seriedad y mística que atrae a sus más fieles seguidores.
Tras la muerte de Jesús, Triana desapareció, según el pacto al que habían llegado los tres miembros fundadores de la banda, aunque en 1994, Tele, el batería, comenzó a actuar con su banda bajo el nombre de Triana, llegando a grabar un par de discos. Tele murió en 2002 y cinco años más tarde, los miembros de su banda siguieron actuando bajo el nombre original y Eduardo Rodríguez Rodway, único superviviente de los auténticos Triana y retirado de la música desde 1987, tras una corta carrera en solitario, amenazó con demandar a los usurpadores del legado del trio sevillano. Finalmente el pasado mes de Enero, formalizó su demanda contra ellos por llevar a cabo lo que supone "un auténtico acto de suplantación de identidad del grupo musical originario y extinguido".
Cuestiones judiciales, e indudablemente monetarias, que no restan ni un ápice de trascendencia a la música de uno de los grupos más relevantes del panorama musical español de los últimos cincuenta años.
Gonzalo García Pelayo, fundador del sello discográfico GONG y productor de varios de sus discos, en una entrevista habló de ellos diciendo que "sonaban como si King Crimson fuese andaluz" y en otro artículo que he leido mientras preparaba esta entrada llegaban a decir que la canción que suena hoy es el "Starway to heaven" español, por su larga duración, sus cambios de ritmo y por lo que significó en la forma de hacer rock.
No sé si estas afirmaciones pueden resultar un tanto exageradas pero lo que es indudable es que haciendo la música que llevaban dentro, sin renunciar a sus raices y a lo que sentían, consiguieron adaptar ese sentimiento al rock and roll y con una forma muy personal de interpretar la música dieron origen a todo un género.
El tema que ambienta el blog es la primera canción de su primer disco, por tanto, perdón por la parrafada, ¡salud y que disfrutéis del origen de un mito, del nacimiento de una leyenda y, por ende, de su música!
Con una trayectoria corta pero exitosa, publicaron 6 discos de estudio y un disco en directo en el año 1981.
Los expertos clasifican su trayectoria en dos etapas; la primera abarca sus tres primeros discos y se podría denominar de rock progresivo, donde comienza el germen de lo que se llamaría rock andaluz y abre el camino para otras bandas que vendrían posteriormente como Alameda y Medina Azahara, entre otros. Esta etapa es la que le confiere a Triana su relevancia y significado en la música llegando a convertirse en un icono.
La segunda etapa incluye sus tres siguientes discos y en ella se produce un giro hacia un rock más comercial y menos personal a pesar de que continúan regalándonos auténticas maravillas como "Tu frialdad".
Su éxito llegó fundamentalmente a través de sus conciertos, pues como curiosidad cabe decir que de su primer disco "Triana" (aunque es conocido como El Patio) apenas vendieron 50 ejemplares en los primeros 6 meses.
A pesar de que en los camerinos, según cuentan algunos allegados al grupo, todo eran risas y cachondeo, en el escenario se transformaban y se dedicaban a tocar su música sin hablar ni interactuar de ninguna manera con el público lo que le proporciona esa especie de seriedad y mística que atrae a sus más fieles seguidores.
Tras la muerte de Jesús, Triana desapareció, según el pacto al que habían llegado los tres miembros fundadores de la banda, aunque en 1994, Tele, el batería, comenzó a actuar con su banda bajo el nombre de Triana, llegando a grabar un par de discos. Tele murió en 2002 y cinco años más tarde, los miembros de su banda siguieron actuando bajo el nombre original y Eduardo Rodríguez Rodway, único superviviente de los auténticos Triana y retirado de la música desde 1987, tras una corta carrera en solitario, amenazó con demandar a los usurpadores del legado del trio sevillano. Finalmente el pasado mes de Enero, formalizó su demanda contra ellos por llevar a cabo lo que supone "un auténtico acto de suplantación de identidad del grupo musical originario y extinguido".
Cuestiones judiciales, e indudablemente monetarias, que no restan ni un ápice de trascendencia a la música de uno de los grupos más relevantes del panorama musical español de los últimos cincuenta años.
Gonzalo García Pelayo, fundador del sello discográfico GONG y productor de varios de sus discos, en una entrevista habló de ellos diciendo que "sonaban como si King Crimson fuese andaluz" y en otro artículo que he leido mientras preparaba esta entrada llegaban a decir que la canción que suena hoy es el "Starway to heaven" español, por su larga duración, sus cambios de ritmo y por lo que significó en la forma de hacer rock.
No sé si estas afirmaciones pueden resultar un tanto exageradas pero lo que es indudable es que haciendo la música que llevaban dentro, sin renunciar a sus raices y a lo que sentían, consiguieron adaptar ese sentimiento al rock and roll y con una forma muy personal de interpretar la música dieron origen a todo un género.
El tema que ambienta el blog es la primera canción de su primer disco, por tanto, perdón por la parrafada, ¡salud y que disfrutéis del origen de un mito, del nacimiento de una leyenda y, por ende, de su música!
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