« ¡Ya empezó! ¡Un motín!, pensó. Por fin, los proles se sacudían el yugo; pero cuando llegó al sitio de la aglomeración vio que una multitud de doscientas o trescientas mujeres se agolpaban sobre los puestos de un mercado callejero con expresiones tan trágicas como si fueran las pasajeras de un barco en trance de hundirse. En aquel momento, la desesperación general se quebró en innumerables peleas individuales. Por lo visto, en uno de los puestos habían estado vendiendo sartenes de lata. Eran utensilios muy malos, pero los cacharros de cocina eran siempre de casi imposible adquisición. Por fin, había llegado una provisión inesperadamente. Las mujeres que lograron adquirir alguna sartén fueron atacadas por las demás y trataban de escaparse con sus trofeos mientras que las otras las rodeaban y acusaban de favoritismo a la vendedora. Aseguraban que tenía más en reserva.
Aumentaron los chillidos. Dos mujeres, una de ellas con el pelo suelto, se habían apoderado de la misma sartén y cada una intentaba quitársela a la otra. Tiraron cada una por su lado hasta que se rompió el mango. Winston las miró con asco. Sin embargo, ¡qué energías tan aterradoras había percibido él bajo aquella gritería! Y, en total, no eran más que dos o tres centenares de gargantas. ¿Por qué no protestarían así por cada cosa de verdadera importancia?
Escribió: Hasta que no tengan conciencia de su fuerza, no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado, no serán conscientes. Éste es el problema.»
...
Aumentaron los chillidos. Dos mujeres, una de ellas con el pelo suelto, se habían apoderado de la misma sartén y cada una intentaba quitársela a la otra. Tiraron cada una por su lado hasta que se rompió el mango. Winston las miró con asco. Sin embargo, ¡qué energías tan aterradoras había percibido él bajo aquella gritería! Y, en total, no eran más que dos o tres centenares de gargantas. ¿Por qué no protestarían así por cada cosa de verdadera importancia?
Escribió: Hasta que no tengan conciencia de su fuerza, no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado, no serán conscientes. Éste es el problema.»
...
«...En realidad, se
sabía muy poco de los proles. Y no era necesario saber mucho de ellos.
Mientras continuaran trabajando y teniendo hijos, sus demás actividades
carecían de importancia. Dejándoles en libertad como ganado suelto en la
pampa de la Argentina, tenían un estilo de vida que parecía serles
natural. Se regían por normas ancestrales. Nacían, crecían en el arroyo,
empezaban a trabajar a los doce años, pasaban por un breve período de
belleza y deseo sexual, se casaban a los veinte años, empezaban a
envejecer a los treinta y se morían casi todos ellos hacia los sesenta
años. El duro trabajo físico, el cuidado del hogar y de los hijos, las
mezquinas peleas entre vecinos, el cine, el fútbol, la cerveza y sobre
todo, el juego, llenaban su horizonte mental. No era dificil mantenerlos
a raya. Unos cuantos agentes de la Policía del Pensamiento circulaban
entre ellos, esparciendo rumores falsos y eliminando a los pocos
considerados capaces de convertirse en peligrosos; pero no se intentaba
adoctrinarlos con la ideología del Partido. No era deseable que los
proles tuvieran sentimientos políticos intensos. Todo lo que se les
pedía era un patriotismo primitivo al que se recurría en caso de
necesidad para que trabajaran horas extraordinarias o aceptaran raciones
más pequeñas. E incluso cuando cundía entre ellos el descontento, como ocurría a veces, era un descontento que no servía para nada porque, por carecer de ideas generales, concentraban su instinto de rebeldía en quejas sobre minucias de la vida corriente."
Fragmentos de "1984" de George Orwell
Fragmentos de "1984" de George Orwell
El proyecto MK Ultra era un programa de la CIA, ilegal y secreto (como casi todo lo que hace la CIA) basado en el control mental y destinado a encontrar nuevas sustancias y procedimientos para utilizarlos en interrogatorios como método de tortura para conseguir que el torturado confesara lo que ellos quisieran (que fuera la verdad era secundario).Se supone que comenzó en la década de los 50 y que dejó de utilizarse en 1973, pero ¡vaya usted a saber!
El diccionario de la Real Academia de la Lengua define distopía como "Representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana".
La distopía que nos propone George Orwell en "1984", publicado en 1948, describe una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana pero, ¿es ficticia?. Tal vez lo fuera en el momento de su publicación, pero a día de hoy en los inicios del siglo XXI, ¿podemos considerarla ficticia o era una descripción de un futuro relativamente lejano y que constituye nuestro presente?
Un auténtico visionario el señor George Orwell...
¡Salud, música y que seamos siempre conscientes de que todos juntos tenemos la fuerza para mejorar las cosas, para cambiar el mundo!