WILLARD
Búscala.
Por todas partes.
En los cajones de tu casa.
En las estanterías de Carrefour.
Búscala en la playa, entre las algas negras.
En las tapas de los yogures.
En tus bolsillos.
Búscala en los bosques.
En las madrigueras.
En las ciénagas.
Escarba.
Húndete.
Mánchate.
Búscala en los campos de fútbol.
En las librerías de viejo.
En la catedral de Burgos.
Búscala en tu ordenador.
En las alcantarillas.
En los hospitales.
En las guarderías.
En las piscinas y en las tripas de los peces.
Búscala en las gasolineras.
En los palacios.
En el barrio chino.
Búscala en los bares.
En los rascacielos.
En las cuevas.
Búscala en la selva.
Búscala en los ojos de la gente.
Búscala en ti.
Búscala sin descanso.
Y no la encuentres nunca.
¿Qué harías después, eh?
Iván Rojo
Por todas partes.
En los cajones de tu casa.
En las estanterías de Carrefour.
Búscala en la playa, entre las algas negras.
En las tapas de los yogures.
En tus bolsillos.
Búscala en los bosques.
En las madrigueras.
En las ciénagas.
Escarba.
Húndete.
Mánchate.
Búscala en los campos de fútbol.
En las librerías de viejo.
En la catedral de Burgos.
Búscala en tu ordenador.
En las alcantarillas.
En los hospitales.
En las guarderías.
En las piscinas y en las tripas de los peces.
Búscala en las gasolineras.
En los palacios.
En el barrio chino.
Búscala en los bares.
En los rascacielos.
En las cuevas.
Búscala en la selva.
Búscala en los ojos de la gente.
Búscala en ti.
Búscala sin descanso.
Y no la encuentres nunca.
¿Qué harías después, eh?
Iván Rojo
No hay comentarios:
Publicar un comentario