Somos cinco mil
Somos cinco mil aquí.
En esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil.
¿Cuántos somos en total
en las ciudades y en todo el país?
Somos aquí diez mil manos
que siembran y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!
Seis de los nuestros se perdieron
en el espacio de las estrellas.
Un muerto, un golpeado como jamás creí
se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse todos los temores,
uno saltando al vacío,
otro golpeándose la cabeza contra el muro,
pero todos con la mirada fija de la muerte.
¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroísmo.
¿Es éste el mundo que creaste, Dios mío?
¿Para esto tus siete días de asombro y trabajo?
En estas cuatro murallas sólo existe un número que no progresa.
Que lentamente querrá la muerte.
Pero de pronto me golpea la consciencia
y veo esta marea sin latido
y veo el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona lleno de dulzura.
¿Y Méjico, Cuba, y el mundo?
¡Qué griten esta ignominia!
Somos diez mil manos que no producen.
¿Cuántos somos en toda la patria?
La sangre del Compañero Presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas.
Así golpeará nuestro puño nuevamente.
Canto, que mal me sales
cuando tengo que cantar espanto.
Espanto como el que vivo, como el que muero, espanto.
De verme entre tantos y tantos momentos del infinito
en que el silencio y el grito son las metas de este canto.
Lo que nunca vi, lo que he sentido y lo que siento
hará brotar el momento...
Víctor Lidio Jara Martínez (Lonquén,1932-Santiago de Chile,1973)
El 16 de Septiembre de 1973, tras ser sometido durante varios días a brutales torturas e interrogatorios, era asesinado por los secuaces del golpista y dictador sanguinario Augusto Pinochet.
Sus últimos días los pasó internado en el estadio de Chile y fue donde escribió el poema que acompaña la voz de Víctor en la entrada de hoy. El texto fue circulando de un preso a otro hasta que uno de ellos pudo sacarlo al exterior y se convirtió en un símbolo de denuncia de lo que pasaba en Chile en esos fatídicos días.
Su música y su espíritu de rebelión y lucha por la justicia serán eternos.
Su música y su espíritu de rebelión y lucha por la justicia serán eternos.
¡Salud y lucha contra el fascismo, siempre!
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