Hablemos, parlem
Hablemos sin cuchillos en las manos
hablemos sin quemarnos las banderas
con razones, sin sangre en las aceras
con libertad, sin ira, como hermanos.
Hablemos de palabras, no de idiomas
digamos "te respeto", "no te vayas"
sin ver puntos finales donde hay comas
sin ver desiertos donde solo hay playas.
La justicia consiste en ser iguales
la igualdad, en poder ser diferentes
la esperanza, en querer mover montañas
que aprendan a pensar en nuestra gente
abrir ventanas, sin romper cristales,
hay sitio para todos en España.
Benjamín Prado
Sirvan estos versos como reivindicación de la importancia de hablar y, sobre todo, de escuchar.
Serrat con su música y su palabra consigue que, habiendo nacido y crecido en Extremadura, a más de 500 kilómetros de la orilla del Mare Nostrum, consideres al Mediterráneo como algo propio que llevas dentro de tí, con el que te identificas y que forma parte de tu cultura y de tu forma de vida.
El mar Mediterráneo como símbolo de unión y de comunicación entre pueblos, entre personas, como puerta permanentemente abierta a la entrada de otras visiones y culturas, como medio de mestizaje entre iguales, de intercambio y de convivencia, enriqueciendo lo propio sin que ello suponga una pérdida de su esencia sino, más bien al contrario, un valor añadido.
Como decía Mahatma Gandhi «No quiero mi casa
amurallada por todos lados ni mis ventanas selladas. Yo quiero que las culturas
de todo el mundo soplen sobre mi casa tan libremente como sea posible. Pero me
niego a ser barrido por ninguna de ellas».
¡Salud, diálogo y música...siempre!
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