domingo, 26 de febrero de 2017

Hollow talk - Choir of young believers



Recientemente he tenido la oportunidad de ver las tres temporadas de las que consta, por el momento, la serie "El puente", y me ha parecido extraordinaria y muy recomendable.

La serie arranca con la aparición del cadáver de una mujer justo encima de la raya que dibuja la frontera entre Suecia y Dinamarca, en el puente que une ambos paises de manera que, al estar una parte en un pais y la otra en el otro, la investigación será llevada a cabo por un policía de cada pais.

Es ahí donde aparecen los dos principales protagonistas, la inspectora sueca Saga Noren y el detective de la policía danesa Martin Rohde. Aunque a lo largo de la serie irán forjando una relación bastante fuerte tanto en lo profesional como en lo personal, lo cierto es que son muy distintos y al principio la situación no resulta muy cómoda para ninguno de ellos.

Saga  es casi un robot, con escasa empatía emocional, estricta seguidora de las normas y con un pasado que poco a poco se va desvelando y que resulta, cuanto menos, oscuro.

Por su parte, Martin, es totalmente opuesto a ella. Los daneses son conocidos como los latinos del Norte y nuestro hombre representa a ese arquetipo, mujeriego, con un gran sentido del humor, sarcástico e irónico y que no duda en saltarse las normas si con ello consigue avanzar en la investigación del caso.

La investigación nos lleva a tocar temas de mucha importancia para los paises escandinavos como son  las desigualdades sociales y el ecologismo, al mismo tiempo que nos desvela algunas miserias y zonas de sombra, echando así por tierra esa visión idílica que a menudo se tiene desde el resto de paises europeos del modo de vida nórdico.

Otro elemento protagonista de la serie, de hecho da título a la misma, es el puente de 
Øresund/Öresund, que une las ciudades de Copenhague (Dinamarca) y Malmö (Suecia) y que constituye una auténtica obra maestra de la ingeniería, que cruza el estrecho del mismo nombre, en el Mar Báltico y que facilita el traslado continuo de nuestros protagonistas de un pais a otro durante el desarrollo de la investigación, simbolizando la unión entre sus dos paises y sus dos personajes.

Por cierto, indagando un poco en internet para conocer aspectos de la construcción y financiación de esta maravilla arquitectónica, me surgió la duda de si en nuestro pais seríamos capaces de realizar una obra así. Con toda seguridad nuestra ingeniería civil sería capaz de construirlo (algunos de sus elementos  fueron construidos en Puerto Real) pero nuestra clase política, sin temor a equivocarme, haría que el precio final resultase escandaloso e infinitamente mayor a las arcas del Estado que el puente sueco-danés (no entraré en más detalles pues, tristemente, todos sabemos como funciona esto...)

Esta producción sueco-danesa escrita por Hans Rosenfeldt y dirigida por Henrik Georgsson, consigue que la atmósfera y la ambientación en la que se desarrolla el relato, nos sumerja de lleno en la idea , y esta sí se corresponde con la realidad, que todos tenemos de estos paises, con escasas horas de sol, días sombríos y fríos y colores grises y apagados.

La canción de la entrada de hoy, que suena en los títulos de crédito de la serie, contribuye a sumergirnos en esa atmósfera gris y sombría del Norte de Europa.

¡Salud, que disfrutéis de la música y que la vida os permita tender puentes, siempre!


miércoles, 22 de febrero de 2017

Somebody to love - Jefferson Airplane



La canción de hoy constituye el mayor éxito del grupo californiano que suena hoy en el blog y se convirtió en todo un himno del movimiento hippie y de la contracultura de los años 60 y 70 del siglo pasado.

El llamado verano del amor estuvo repleto de LSD, revolución y experimentación y al ritmo de temas como éste, una partida de locos maravillosos soñaba y creía firmemente que con el amor y la música se podría cambiar el mundo. ¡Bendita y necesaria ingenuidad!

Una sencilla canción de amor que nos traslada un mensaje con toda la fuerza de una forma de ver y entender el mundo:

«¿No quieres a alguien a quien amar? ¿No necesitas a alguien a quien amar? Más vale que encuentres a alguien a quien amar…»

Poco a poco va subiendo la intensidad del deseo de amor y acaba convirtiéndose casi en un grito de angustia, conscientes de que el amor es el antídoto contra los venenos que corrompen la civilización actual en su desenfrenada carrera en pos de lo único que le importa, el maldito dinero.

Y es que, cómo decía John Lennon, el amor es querer ser amado, el amor es pedir ser amado, el amor es necesitar ser amado.

Pues eso,que necesitéis amar y ser amados durante toda vuestra vida y que encontréis a alguien que necesite vuestro amor y que os ame eternamente.

¡Salud y a disfrutar del amor ... y de la música!


sábado, 18 de febrero de 2017

Back to black - Amy Winehouse



Abraza la oscuridad

La confusión es el dios
la locura es el dios

la paz permanente de la vida
es la paz permanente de la muerte

la agonía puede matar
o puede sustentar la vida
pero la paz es siempre horrible
la paz es la peor cosa
caminando
hablando
sonriendo
pareciendo ser

no olvides las aceras,las putas,
la traición,
el gusano en la manzana,
los bares, las cárceles
los suicidios de los amantes

aquí en Estados Unidos
hemos asesinado a un presidente y a su hermano,
otro presidente ha tenido que dejar el cargo

la gente que cree en la política
es como la gente que cree en dios:
sorben aire con pajitas
torcidas

no hay dios
no hay política
no hay paz
no hay amor
no hay control
no hay planes

mantente alejado de dios
permanece angustiado

deslízate


Charles Bukowski


martes, 14 de febrero de 2017

Mary Jane's last dance - Tom Petty



Lo que comenzó de una manera casual, ha terminado por convertirles en una pareja de hecho, al menos en nuestro blog.

Él ha aparecido en varias ocasiones por aquí, pero ella en las dos veces que ha sobrevolado esta página, lo ha hecho al ritmo de la música de él.

Para completar su particular trilogía, Amelia realiza su última travesía por el blog acompañada por la música y la voz de Tom Petty.

Amelia Earhart, junto con su copiloto Fred Noonan, desaparecieron en 1937 mientras intentaban dar la vuelta al mundo a bordo de su aeroplano llamado Electra, en lo que supone uno de los mayores misterios de la aviación.

La última comunicación por radio la situaba en el Océno Pacífico en una zona próxima a Papúa Nueva Guinea, después de eso, nada se volvió a saber de ellos. Hay varias teorías que se apoyan en distintas pruebas y testimonios, pero creo que jamás sabremos nada  a ciencia cierta.

Alguna de las teorías llega a afirmar que Amelia y Fred sobrevivieron al accidente y que fueron apresados por los japoneses que los acusaron de espías. Serían asesinados posteriormente aunque hay algunos que incluso creen que regresaron a Estados Unidos y que vivieron muchos años más bajo nombres falsos.

En fin, todo ello forma parte del misterio y la leyenda. Lo que siempre quedará como real es la determinación y las ansias de aventura de esta pionera de la aviación, a la que me gusta imaginar en su aeronave con sus gafas de piloto y su pañuelo ondeando al viento mientras escucha a todo volumen alguna canción de Tom Petty, por ejemplo el temazo que suena en la entrada de hoy.

Este tema me gustaría dedicarlo a todas las mujeres que derribando prejuicios y desafiando los convencionalismos y la moral de su época, se atrevieron a luchar y a ser las primeras en intentar algo que estaba "reservado a los hombres".

¡Volad alto disfrutando del vuelo y de la música!

viernes, 10 de febrero de 2017

Lucky man - Emerson, Lake & Palmer



Soy un tipo con suerte
que seguramente no merezco.

No se me ha muerto
todavía
casi nadie
(Salvo mi abuelo Antonio
que cambió mi miedo a la noche
por su amistad con las estrellas

1 hijo que no llegó a nacer del todo
cuando yo tenía menos de 20 años
y el pelo y el miedo
más largos
que ahora

y un amigo
Gonzalo Torrente Malvido
mayor que yo
y más golfo que yo
Y que sabía de literatura mucho más que yo
y que
contra todo pronóstico
amaba mis novelas ).

Soy un tipo con suerte
porque la primera vez que intenté seriamente suicidarme
a la rotunda edad de once años
la fina capa de hielo
que cubría aquel brazo del río patagónico
no se rompió.
Y crucé de un lado al otro.
Y me puse a saltar en el medio del río.
Y después de un rato me fui a casa
porque estaba dispuesto a suicidarme
pero no a sentirme un pelotudo
para siempre.
(Aun me siento así algunos inviernos)

Soy un tipo con suerte
porque la siguiente vez que lo intenté
con casi 13
me llevé las pastillas
y una coca cola al baño
y un libro para disimular.

Y mientras esperaba a quedarme
sólo en casa leí un poco
y luego un poco más.
Y se me mezcló el personaje femenino del libro
con una chica del barrio.
Mayor.
Inalcanzable.
Y con unas tetas legendarias.
Y así fue que cambié el suicidio por la masturbación
toda esa tarde
y todas las tardes que siguieron.
Y no me suicidé
pero casi muero de agotamiento ese verano.


Un tipo con suerte porque me fui  muy pronto de casa
y cambié el mapa de regreso
por una libreta llena de versos que aun no entiendo.

Y aunque nunca he vuelto
sigo yendo
que es otra forma de volver.

Soy un tipo con suerte porque a los 23
me dijo un joven médico que no llegaría a los 30
si no dejaba de beber.
Y me asusté 10 días.
Y  a los 15 volví a beber.
Y años después
al pasar por mi tierra me contaron
qué él había muerto a los 29.
El hijo de puta nunca había bebido.







Soy un tipo con suerte porque he amado a mil sirenas
aunque casi ninguna supiera nadar en la bañera.
Y algunas la llenaron de pirañas
cuando yo ya no estaba.

Porque escribo lo que vivo en sueños
Y hay gente que los sueña al leerlos.



Porque hace casi un año morí en Francia
Y resucité días más tarde en Madrid
solo porque no puedo verte llorar
por mi culpa si no es de risa
o placer.

Soy un tipo con suerte
porque
cuando cualquiera diría
que ya no me quedaban fichas
aposté la única que me importaba
a la cantidad de veces que parpadeas para frenar la lluvia.
Y no he dejado de acertar
desde esa noche
que empezamos a querer sin saber
al aprendernos.

El día que se me acabe la suerte,
si te vas,
hazlo como si siguiera rodando la ruleta
y tu número estuviera a punto de salir otra vez.

O mejor
no te vayas.

Y como cada lunes de la vida
sigamos haciendo saltar la banca
sin salir de la cama.

Para seguir siendo un tipo con suerte
Solo me hace falta hacerte falta.

Y no mirar atrás.
Y volver  a apostar todo mi capital a tus pestañas

Y no preguntar
nunca
por
el número que salga.


                   Carlos Salem (1959, Buenos Aires)

martes, 7 de febrero de 2017

Poison - Alice Cooper



                                             El miedo global


Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
Los que no trabajan tienen miedo
de no encontrar nunca trabajo.
Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo de caminar
y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar
y el lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares,
los militares tienen miedo a la falta de guerras.

Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre
y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones, miedo a la policía.
Miedo a la puerta sin cerradura,
al tiempo sin relojes,
al niño sin televisión,
miedo a la noche sin pastillas para dormir
y miedo al día sin pastillas para despertar.
Miedo a la multitud,
miedo a la soledad,
miedo a lo que fue
y a lo que puede ser,
miedo de morir,
miedo de vivir...


                      Eduardo Galeano


sábado, 4 de febrero de 2017

Children of the revolution - T. Rex



Recientemente he vuelto a ver "Billy Elliot", una extraordinaria película de Stephen Daldry del año 2000, que cada vez que la veo me cautiva un poco más y que contiene algunas escenas verdaderamente emotivas que, sí lo confieso, consiguen que se me escapen algunas lagrimillas de emoción.

En 1984, Billy Elliot es un niño de 11 años que vive con su padre, su hermano y su abuela en un pueblo minero del condado de Durham, donde el gobierno de Margaret Thatcher está aplicando una dura política contra la huelga de los mineros.

Entre los más activos huelguistas están el padre y el hermano de Billy, cuya familia pasa un momento económico difícil debido a la ya larga huelga en la que reivindican condiciones económicas y laborales dignas para los mineros del condado.

Billy se dedica a cuidar de su abuela y a visitar la tumba de su madre con la que tenía una relación muy especial.

Su padre, siguiendo la tradición, apunta a Billy a clases de boxeo y es ahí, el gimnasio es compartido con los alumnos de ballet, donde nuestro joven amigo descubre que lo que realmente quiere hacer es bailar.

Comienza una lucha contra los convencionalismos, los estereotipos y contra las mentes cerradas de su padre, hermano y de casi todo el pueblo. Incluso a veces tiene que luchar contra sí mismo, pues llega a dudar de si estará haciendo lo correcto dejándose llevar por su sueño y luchando contra el ambiente hóstil en el que se encuentra inmerso.

Sólo Georgia, la profesora de ballet y su amigo homosexual Michael, le muestran su apoyo. Billy conserva una carta que le escribió su madre en la que le anima  a que sea él mismo en todo momento. Esa carta es la que lo anima a seguir con su particular revolución para tratar de cambiar las cosas por que, como dijo alguien alguna vez, la revolución comienza por uno mismo.

Al final consigue convencer a su padre y, con el apoyo de todo el pueblo, es capaz de hacer realidad su sueño.

La historia cuenta con una extraordinaria banda sonora donde, entre otros muchos, suena el temazo de los T. Rex que ambienta nuestra entrada de hoy.

¡Salud, que disfrutéis la música y la película y no dejéis que nada ni nadie os aparte de vuestros sueños!