viernes, 13 de noviembre de 2015

Immaculate fools - Immaculate fools



En los años 70 surgió el concepto de "decrecimiento" que basicamente sostiene que, dado que los recursos naturales son finitos, es impensable que se pueda mantener el actual sistema económico basado, fundamentalmente,  en el crecimiento constante de la riqueza material.

Recientemente buceando en la red me encontré con un video de una charla del escritor, politólogo y profesor universitario Carlos Taibo, donde hablaba del modo de vida esclavo y refería una anécdota que, parece ser recurrente en la literatura sobre el  decrecimiento. Una de sus muchas versiones es esta que transcribo y que creo que al menos debe hacernos reflexionar sobre el modo de vida y el sistema imperante en el primer mundo.

"En un pueblo de la costa mejicana, un paisano se haya adormilado junto al mar cuando un turista norteamericano se le acerca y comienzan a charlar.

En un momento determinado se produce el siguiente diálogo:

TURISTA: ¿Usted a qué se dedica?
MEJICANO: Yo soy pescador 

TURISTA: ¡Caramba! Un trabajo muy duro, ¿verdad?
MEJICANO: Muy duro, sí…

TURISTA: ¿Usted cuánto tiempo dedica a pescar cada día?
MEJICANO: Yo le dedico a la pesca dos o tres horas diarias.

TURISTA: ¿Qué me dice usted? ¿Y qué hace con el resto de su tiempo?
MEJICANO: Pues me levanto tarde, pesco un par de horas, juego un rato con mis hijos, echo la siesta con mi mujer y al atardecer salgo con mis amigos a tomar unas cervezas.

El turista un poco airado le dice al mejicano: Pero, ¿cómo es usted así? ¿Por qué no trabaja más? 

MEJICANO: Y, ¿para qué? 

TURISTA: Si trabajase más, en un par de años podría tener un barco más grande…
MEJICANO: Y, ¿para qué?

TURISTA: Más adelante podría abrir una factoría en este pueblo… 
MEJICANO: Y, ¿para qué?

TURISTA: Con el paso del tiempo montaría una delegación en el Distrito Federal…
MEJICANO: Y, ¿para qué?

TURISTA: Más adelante todavía, abriría oficinas en EEUU y Europa… 

MEJICANO: Y, ¿para qué?

TURISTA: Las acciones de su empresa cotizarían en bolsa…
MEJICANO: Y, ¿para qué?

TURISTA: Sería usted inmensamente rico…
MEJICANO: Y, ¿para qué?


TURISTA: Bueno pues no sé… cuando cumpliera usted 65 o 70 años, podría retirarse tranquilamente y venir a este pueblo a levantarse tarde, pescar un par de horas, jugar un rato con sus nietos, dormir la siesta con su mujer y al atardecer salir con sus amigos a tomar unas cervezas."


No sé vosotros, pero yo me siento más cercano al pescador que disfruta de la vida, aprovechando el momento y disfrutando de lo que tiene que el que vive persiguiendo la riqueza y la posición social olvidandose de vivir, aunque sea considerado un tonto, un tonto ingenuo e inmaculado que sueña con cambiar el mundo.

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