Estamos metidos hasta el cuello en la vorágine de la Navidad. Ciertamente es complicado no verse enredado por el "espítiru navideño" que lo inunda todo.
Supongo que es lo que les ocurrió a todos los músicos que nos acompañarán en lo que queda del mes de diciembre; en algún momento de sus carreras, arrastrados por la fiebre navideña, grabaron, con mayor o menor fortuna, su canción navideña, a veces incluso discos enteros.
Es el caso de los míticos Lynyrd Skynyrd, cuando en el año 2000 grabaron un album de canciones navideñas llamado igual que la canción que ambienta la entrada de hoy.
Aunque cuando grabaron el disco apenas quedaban dos o tres componentes de la formación original, el sonido sigue siendo bastante fiel al rock sureño que inspiró la inmortal y dulce Alabama.
Con una banda golpeada por la tragedia a lo largo de su vida, incluyendo un accidente de aviación en el que murieron tres de sus componentes y su "road manager", comenzamos nuestra particular ruta navideña que, como digo, incluirá varias incursiones de grandes músicos en la "melosa y edulcorada" celebración de la Navidad, a través de la música que, a pesar de todo conserva intacta, en la mayoría de los casos, el alma y las señas de identidad de cada uno de ellos.
Que la música consiga que mantengamos intacto nuestro espíritu rebelde y nuestra mirada revolucionaria hacia un mundo manifiestamente mejorable, y nos mantenga alejados de la espiral consumista que nos asaltará durante las próximas semanas.
Supongo que es lo que les ocurrió a todos los músicos que nos acompañarán en lo que queda del mes de diciembre; en algún momento de sus carreras, arrastrados por la fiebre navideña, grabaron, con mayor o menor fortuna, su canción navideña, a veces incluso discos enteros.
Es el caso de los míticos Lynyrd Skynyrd, cuando en el año 2000 grabaron un album de canciones navideñas llamado igual que la canción que ambienta la entrada de hoy.
Aunque cuando grabaron el disco apenas quedaban dos o tres componentes de la formación original, el sonido sigue siendo bastante fiel al rock sureño que inspiró la inmortal y dulce Alabama.
Con una banda golpeada por la tragedia a lo largo de su vida, incluyendo un accidente de aviación en el que murieron tres de sus componentes y su "road manager", comenzamos nuestra particular ruta navideña que, como digo, incluirá varias incursiones de grandes músicos en la "melosa y edulcorada" celebración de la Navidad, a través de la música que, a pesar de todo conserva intacta, en la mayoría de los casos, el alma y las señas de identidad de cada uno de ellos.
Que la música consiga que mantengamos intacto nuestro espíritu rebelde y nuestra mirada revolucionaria hacia un mundo manifiestamente mejorable, y nos mantenga alejados de la espiral consumista que nos asaltará durante las próximas semanas.
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