La deuda está saldada,el veredicto dicho,
las furias aplacadas,
la peste está detenida.
Los destinos hechos;
gira la llave y traba la puerta,
dulce es la muerte para siempre.
Ni elevadas esperanzas, ni antiguos disgustos,
ni odios mortales, pueden entrar.
Todo está ahora seguro e inalterable;
ni los dioses pueden sacudir el Pasado;
moscas – a la puerta adamantina
clausurada para siempre.
Nadie puede volver allí,-
ni un ladrón muy atildado,
ni Satán con un truco espléndido
puede filtrarse por la ventana, fisura o agujero,
para anudar o desatar, agregar lo que faltaba,
insertar una página, fraguar un nombre,
mejorar o terminar lo que está cerrado,
alterar o enmendar un hecho eterno.
Ralph Waldo Emerson
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