Tengo pendiente la última película de Kennet Branagh. "Belfast". Confieso que solo he visto el inicio del film y me parece un arranque fantástico que me hace desear, más aún, verla cuanto antes.
Nos muestra imágenes de la ciudad que todos imaginamos al oír su nombre, con su parte vieja y los típicos barrios de mineros irlandeses que tantas veces hemos visto en el cine pero también nos asoma a una Belfast moderna, trabajadora, colorista y llena de vida mientras suena la maravilla que pone hoy banda sonora a mis desvaríos diarios.
Poco a poco se acerca a un mural con la cara de varios mineros irlandeses que reflejan su recio carácter, curtido en el trabajo y la lucha. La cámara se eleva sobre el muro y nos muestra la vida al otro lado, el color se torna en blanco y negro y nos transporta a agosto de 1969, donde se desarrolla la dramática historia que estoy deseando ver.
No he podido ver estas imágenes sin que me parezca una metáfora del fin del verano, con su color y su vida relajada, sin horarios ni obligaciones, luego, poco a poco, se va acercando el muro de septiembre tras el que comienza nuevamente la rutina, los horarios, las obligaciones laborales y/o académicas y todo ello con la pérdida de luz y el retorno al blanco y negro que nos trae el otoño y el inevitable y posterior invierno.
En fin, la vida y su curso habitual, pero al igual que en el cine, la música siempre ayuda a sobrellevar el duro retorno y la vuelta a la "normalidad".
¡Salud, que disfrutéis la música del león de Belfast y que tengáis un plácido retorno a la vida diaria!
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