Ellos tienen códigos y decretos,
tienen prisiones y fortalezas
(¡sin contar sus reformatorios!),
tienen carceleros y jueces
que hacen lo que les mandan por treinta dineros.
Sí, ¿Y para qué?
Acaso piensan que nosotros, como ellos,
seremos destruidos?
Su fin está cercano, y se darán cuenta
de que nada podrá ayudarlos.
Tienen periódicos e imprentas
para combatirnos y enmudecernos
(¡sin contar sus gobernantes!).
Tienen profesores y sacerdotes
que hacen lo que se les ordena por treinta monedas.
Sí, ¿y para qué?
¿Será que tienen miedo a la verdad?
Su fin llegará pronto, y notarán
que nada podrá ayudarlos.
Ellos tienen tanques y cañones,
granadas y ametralladoras
(¡sin contar sus cuarteles!).
Tienen policía y soldados,
que por poco dinero están prestos a todo.
Sí, ¿Y para qué?
¿Es que tan poderosos somos sus enemigos?
Ellos piensan que pueden detener
su propio hundimiento, impedirlo.
Pero un día, y será cercano,
verán que nada podrá ayudarlos
y de nuevo, bien alto, gritarán: ¡Deteneos!
Pero ya, ni el dinero ni los cañones
podrán salvarlos.
Bertolt Brecht (Alemania, 1898-1956)
No hay comentarios:
Publicar un comentario