Y LLEGARON LOS TIEMPOS OSCUROS
en que todas nuestras conquistas fueron destruidas
por las hordas de ciegos mercenarios
al servicio del poder del dinero/
una vez más la esperanza
tuvo que buscar refugio en la cueva más honda
para evitar que la codicia la arrasaraborrando su memoria/
y hubo que guardar silencio,
lejos de las cosas,
de manera que el silencio nos devolviera
la conciencia sencilla del amor
y el sentido cabal de la palabra/
parecía ya todo perdido/
pero la vida es más fuerte que la muerte,
si le damos aliento/
la vida renace en medio de la roca más dura
con hojitas de hierba
besadas por gotas de rocío
antes de que salga el sol
tras las montañas/
y con ese hilo de vida
se empieza a tejer
la trama de un futuro
más allá de este tiempo mezquino
que desgrana los días fríos del invierno
mientras los especuladores se reparten
la comida de los niños hambrientos/
porque la vida necesita ser
y se abre paso/
y ¿ qué si no
es esa sonrisa que se abre en tu boca
e ilumina de golpe a todas las estrellas?/
por eso desde mi viejo corazón te digo
que no es invencible la codicia,
que el amor es más fuerte
si le dejas/
y que así como entonces fue posible
también hoy
mujeres y hombres unidos como hermanos
levantarán todos juntos, codo a codo,
la bandera inmortal
de la Justicia”.
Fernando Lamata (Madrid, 1954)
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