El pasado 20 de octubre murió Tony Lewis bajista y voz principal del grupo británico The Outfield.
En 2014 había muerto John Spinks, guitarrista y compositor. Los dos, junto con el baterista Alan Jackman, constituían la formación original de la banda.
Con su primer disco tuvieron un éxito arrollador en los Estados Unidos, que se prolongaría durante unos años hasta 1989 cuando comenzaron a perder popularidad. Ni en su país, Inglaterra, ni en el resto de Europa, lograron igualar el éxito alcanzado en el mercado norteamericano.
Tras la publicación de su tercer trabajo el batería abandonó el grupo, que siguió como dúo y publicarían dos discos más para disolverse en 1992.
En 1998 volvieron a grabar y posteriormente, con la vuelta de Alan a la batería, grabarían varios álbumes más aunque ninguno lograría gran éxito. Tanto juntos como por separado, y a pesar del mayor o menor reconocimiento del público y de la crítica, siguieron cultivando su pasión por hacer y tocar música hasta el fin de sus días.
El tema que suena formaba parte de su álbum más exitoso, el primero, llamado Play deep y tiene un sonido muy ochentero, característico de la banda, que los llevaría a telonear a Journey y Starship en su gira promocional.
Es un ejemplo más de esa típica canción que todos hemos escuchado alguna vez, que somos incluso capaces de tararear pero sólo unos pocos serían capaces de nombrar al grupo que la toca. Una historia que no por triste deja de ser bastante habitual en la historia de la música.
La canción, según Lewis y Spinks surgió en una tarde que tocaban juntos y no les llevó mas de 20 minutos, nos cuenta la búsqueda de un amor de una noche para amortiguar la soledad que siente por la ausencia de su novia y como la chica lo rechaza para que se mantenga fiel a la chica ausente.
¡Salud, que disfrutéis del viaje en el tiempo que os propongo junto a The Outfield!