Era tu cumpleaños, habíamos bebido y cenado la mitad de la noche con nuestro viejo amigo que se nos mostró al final en la forma de una cama que alcancé con zancada de borracho. Ya estoy cómodo y tibio, y soñoliento gracias al vino que dormita a mi lado. Me adormité, me dormí. Un abrazo rompió mi sueño, de repente, desde atrás, presionaba la extensión completa de nuestros cuerpos, tu empeine en mi talón, mis omoplatos contra tu pecho, no se trataba de sexo, pero podía sentir toda la fuerza de tu cuerpo apoyado, o abrazado, al mío, y encerrándome en ti, como si todavía tuviéramos veintidós cuando nuestra gran pasión todavía no se había transformado en algo familiar. Mi veloz sueño había borrado todas las intervenciones del tiempo y del espacio. Solo era consciente de la existencia de tu seguro, firme, seco abrazo. |
domingo, 26 de enero de 2025
The velocity of love - Suzanne Ciani
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