Steve Ray Vaughan nació en Texas y, aunque sus padres no se dedicaban a la música, eran grandes aficionados y llevaban a menudo al pequeño Stevie a conciertos y así nació su pasión. Cuando tenía 8 años le regalaron una guitarra y desde ese momento, aunque siempre quiso tocar la batería, se dedicó a convertirse en uno de los más grandes guitarristas de todos los tiempos.
Su estilo, influenciado por Ottis Rush, Albert King y Jimi Hendrix, entre otros, consiguió que el blues en los años 80 volviera a estar en lo más alto, lugar que había abandonado para dejar sitio a otros estilos.
Su primera banda se llamó The Blackbirds y con ella consiguió su primer concierto en un club de la zona y decidió dedicarse por completo a la música, abandonando incluso sus estudios secundarios. En 1974, en una casa de empeños, consiguió una muy desgastada Fender Stratocaster que se convertiría en su famosa Number One a la que modificó a su gusto para tocar más cómodo.
En 1978, junto al bajista Tommy Shannon y al batería Chris Layton, formó el que sería su último y definitivo grupo al que llamarían Double Trouble. Empezaron a hacer giras hasta que en 1979 consiguieron acudir al San Francisco Blues Festival.
En 1982 tocan en una fiesta privada de los Rolling Stones y el cénit de su carrera llegaría en julio de ese mismo año cuando tocaron en el Festival de Jazz de Montreux donde grabaron un disco en directo con el nombre de Stevie Ray Vaughan: Live at Montreux en el que se incluyeron esta actuación y una posterior en 1985. Se publicó en 2001 y está considerado como uno de los mejores discos de blues de la historia.
Esa actuación en Montreux le abrió las puertas de la gloria y a partir de ahí comenzó una carrera meteórica. En 1983 colabora con David Bowie en Let's dance y rechaza la propuesta de este para tocar en la gira de presentación del álbum para grabar el que sería el primer, y más exitoso disco de Double Trouble, Texas Flood.
La canción que ambienta hoy el blog forma parte de ese disco y es una de las más icónicas canciones del genio de Dallas.
El 27 de agosto de 1990 actuó junto a nada menos que Eric Clapton que lo había invitado a tocar con él. Steve aceptó la invitación y resultó una actuación memorable tras la cual, Clapton cedió a Steve su sitio en el helicóptero que debía llevarlos de vuelta. Minutos después de su despegue, la aeronave se estrellaba contra el suelo acabando con la vida de todos sus ocupantes. La música en general y el blues en particular perdían a uno de sus más insignes valedores y representantes.
Steve Ray Vaughan vivirá para siempre mientras alguien, en algún lugar, disfrute con su blues veteado de rock and roll y su rock mechado de blues.
¡Salud y a disfrutar de la música de SRV con orgullo y alegría!
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