miércoles, 5 de febrero de 2020

Wild thing - The Troggs




«Le dije a usted, cuando me pidió permiso para ejercer de escritor en el pueblo, que era mejor que hiciese lo que hacen los otros sudamericanos, que unos días van en bici y otros huelen bien. 

Son cosas vistosas, no hacen mal a nadie y llaman la atención lo justo, sin armar escándalo.

Pero parece que a usted lo que le gusta, precisamente, son los escándalos y las extravagancias.

De entrada se casó usted con la Padington, que había estado casada otras tres veces cuando había muchas que no se habían casado ninguna y usted podía haber elegido.

Después se compró un sombrero espantoso y anduvo con él todo el invierno; un sombrero que no nos gustaba a nadie. Lo tengo yo hablado con todo el pueblo; ¡pregunte, pregunte por ahí si quiere!

A nadie nos gustaba aquel sombrero.

Y ahora, para rematar, me dicen estos amigos que ha escrito usted “Luz de Agosto”, la novela de Faulkner, de William Faulkner. ¿No podía usted haber plagiado a otro? ¿Es que no sabe que en este pueblo, es verdadera devoción lo que hay por Faulkner?»

Cabo Gutiérrez

 

«Letanías de los que están en los cielos. Por los querubines».

«Dadnos, santos del cielo, claridad de juicio».

«Por los serafines».
«Dadnos, santos del cielo, rigor científico».

«Por los tronos».
«Dadnos, santos del cielo, un cuerpo de doctrina».

«Por las dominaciones».
«Dadnos, santos del cielo, mucho discernimiento».

«Por las virtudes».
«Dadnos, santos del cielo, la capacidad de relativizar».

«Por las potencias».
«Dadnos, santos del cielo, una visión global bastante aproximada».
  

Rogativas en la plaza delpueblo



Te moriste divinamente, ¡que irse, que apagarse, con que parsimonia!
Ya eres leyenda y una epopeya cuando te juntes con otros allá arriba.
Todos te llevamos en el corazón.
¡Ójala pudiéramos todos hacer flashback al 24 de Agosto de 1947 o a otro día en que todavía estuvieras entre nosotros!
Yo, y otros muchos, hemos pensado que nos interesaría ser como tú, un intelectual
Todos somos contingentes pero tú eras necesario.
En este pueblo es verdadera devoción lo que hay por ti.
Ahora esto será un sindiós.


Aquí y ahora me declaro firme y perpetuo seguidor de una de tus máximas:
"¿Cómo no voy a ser antisistema? Por honradez, coño, por decencia"


José Luis Cuerda, in memorian




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