Queda prohibido ¿Qué es lo verdaderamente importante? Busco en mi interior la respuesta, y me es tan difícil de encontrar. acostumbrada a enmascarar lo que no entiende, aturdida en un mundo de falsas ilusiones, donde la vanidad, el miedo, la riqueza, la violencia, el odio, la indiferencia, se convierten en adorados héroes. cómo entre tanta mentira se puede vivir, es cada uno quien se tiene que responder, aunque para mí, aquí, ahora y para siempre: Queda prohibido llorar sin aprender, levantarme un día sin saber qué hacer, tener miedo a mis recuerdos, sentirme sólo alguna vez. Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quiero, abandonarlo todo por tener miedo, no convertir en realidad mis sueños. Queda prohibido no demostrarte mi amor, hacer que pagues mis dudas y mi mal humor, inventarme cosas que nunca ocurrieron, recordarte sólo cuando no te tengo. Queda prohibido dejar a mis amigos, no intentar comprender lo que vivimos, llamarles sólo cuando les necesito, no ver que también nosotros somos distintos. Queda prohibido no ser yo ante la gente, fingir ante las personas que no me importan, hacerme el gracioso con tal de que me recuerden, olvidar a toda la gente que me quiere. Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo, no creer en mi dios y hacer mi destino, tener miedo a la vida y a sus castigos, no vivir cada día como si fuera un último suspiro. Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme, olvidar los momentos que me hicieron quererte, todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse, olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente. Queda prohibido no intentar comprender a las personas, pensar que sus vidas valen más que la mía, no saber que cada uno tiene su camino y su dicha, pensar que con su falta el mundo se termina. Queda prohibido no crear mi historia, dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida, no tener un momento para la gente que me necesita, no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita. |
lunes, 29 de junio de 2020
Gimme some lovin' - The Spencer Davis Group
viernes, 26 de junio de 2020
Échame a mí la culpa - Albert Hammond
La culpa es de uno
Quiza fue una hecatombe de esperanzas
un derrumbe de algun modo previsto
ah pero mi tristeza solo tuvo un sentido
todas mis intuiciones se asomaron
y por cierto me vieron
hasta aqui habia hecho y rehecho
mis trayectos contigo
hasta aqui habia apostado
a inventar la verdad
pero vos encontraste la manera
una manera tierna
y a la vez implacable
de desahuciar mi amor
con un solo pronostico lo quitaste
de los suburbios de tu vida posible
lo envolviste en nostalgias
lo cargaste por cuadras y cuadras
y despacito sin que el aire nocturno lo advirtiera
ahi nomas lo dejaste
a solas con su suerte
que no es mucha
creo que tenes razon
la culpa es de uno cuando no enamora
y no de los pretextos
ni del tiempo
hace mucho muchisimo
que yo no me enfrentaba
como anoche al espejo
y fue implacable como vos
mas no fue tierno
ahora estoy solo
francamente
solo
siempre cuesta un poquito
empezar a sentirse desgraciado
antes de regresar
a mis lóbregos cuarteles de invierno
con los ojos bien secos
por si acaso
miro como te vas adentrando en la niebla
y empiezo a recordarte.
Mario Benedetti (Uruguay, 1920-2009)
martes, 23 de junio de 2020
Animal instinct - The Cranberries
sábado, 20 de junio de 2020
I don't want to miss a thing - Aerosmith
¿Qué haces aquí?
un adiós contundente, al acostarme,
cuando pude por fin cerrar los ojos
y olvidarme de ti y de tus argucias
de tu insistencia, de tu mala baba,
de tu capacidad para anularme.
Creía que te había dicho adiós
del todo y para siempre, y me despierto
y te encuentro de nuevo junto a mí,
dentro de mí, abarcándome, a mi vera,
invadiéndome, ahogándome, delante
de mis ojos, enfrente de mi vida,
debajo de mi sombra, en mis entrañas,
en cada pulso de mi sangre, entrando
por mi nariz cuando respiro, viendo
por mis pupilas, arrojando fuego
en las palabras que mi boca dice.
de mis ojos, enfrente de mi vida,
debajo de mi sombra, en mis entrañas,
en cada pulso de mi sangre, entrando
por mi nariz cuando respiro, viendo
por mis pupilas, arrojando fuego
en las palabras que mi boca dice.
Y ahora, ¿qué hago yo?, ¿cómo podría
desterrarte de mí o acostumbrarme
a convivir contigo? Empezaremos
por demostrar modales impecables.
Buenos días, tristeza.
Amalia Bautista (Madrid, 1962)
miércoles, 17 de junio de 2020
Sweet Jane - Velvet Underground
Nosotros somos la gente
Nosotros somos la gente sin tierra,
somos la gente sin tradición,
somos los que no saben morir tranquilamente y en paz,
somos los pensamientos de tristezas
al final de los mañanas,
somos las mofas de los gobernantes
y los bufones de los reyes.
Nosotros somos la gente sin ningún derecho,
somos los que solo han conocido mentiras y desesperación,
somos la gente sin país ni voz ni espejo,
somos la mirada cristalina devuelta a través
de la densidad e inmensidad de una nación bersérker,
somos las víctimas del manifiesto indecible de la ausencia
de profundidad del completo y pesado vacío.
Nosotros somos la gente sin dolor
que ha ido más allá del orgullo nacional y la indiferencia
hacia una parodia del instinto,
somos la gente desesperada más allá de la emoción
porque desafía al pensamiento,
somos la gente que concibe nuestra destrucción
y la lleva a cabo legalmente,
somos los insectos del pensamiento de otra persona,
una casualidad del día, de la noche, del espacio y de Dios,
sin raza, nacionalidad ni religión,
nosotros somos la gente, y la gente, la gente.
Lou Reed
Traducción: Enrique Gutiérrez Miranda
somos la gente sin país ni voz ni espejo,
somos la mirada cristalina devuelta a través
de la densidad e inmensidad de una nación bersérker,
somos las víctimas del manifiesto indecible de la ausencia
de profundidad del completo y pesado vacío.
Nosotros somos la gente sin dolor
que ha ido más allá del orgullo nacional y la indiferencia
hacia una parodia del instinto,
somos la gente desesperada más allá de la emoción
porque desafía al pensamiento,
somos la gente que concibe nuestra destrucción
y la lleva a cabo legalmente,
somos los insectos del pensamiento de otra persona,
una casualidad del día, de la noche, del espacio y de Dios,
sin raza, nacionalidad ni religión,
nosotros somos la gente, y la gente, la gente.
Lou Reed
Traducción: Enrique Gutiérrez Miranda
sábado, 13 de junio de 2020
Everytime you go away - Paul Young
"Lluvia fina" de Luis Landero (Alburquerque, 1948)
miércoles, 10 de junio de 2020
Uptown girl - Billy Joel
Ya hemos hablado en el blog del neurocientífico holandés, Jacob Jolij, profesor de la Universidad de Groningen, y de su estudio donde hace un ranking de las canciones que nos hacen sentir bien.
Aplicando lo que él llama el índice FGI (Feel Good Index) establece una clasificación de las canciones que despiertan en nosotros una sensación de bienestar y felicidad. En el año 2017 sonó en el blog la canción que ocupa el nº 1 y hoy estamos escuchando la que ocupa la tercera posición.
"Uptown girl" forma parte del disco de 1983 que Billy Joel tituló "An innocent man", que supone su noveno álbum de estudio y en el que el músico de Nueva York rinde un tributo a la música de su infancia, mezclando diferentes estilos que le han acompañado en sus inicios en la música y la vida.
Nuestra canción de hoy nos narra una historia de amor tan vieja como el mundo y el hombre. En este caso se trata de un obrero de barrio que se enamora de una chica de la alta sociedad que nunca ha salido de su círculo social y ni siquiera imagina que pueda haber gente como nuestro chico de clase baja.
Este intentará que conozca su realidad y se dé cuenta que, más allá del dinero, hay una vida donde importan otras cosas como el amor y sentirse bien.
Esto, según el profesor Jolij (por mi parte coincido con él), es lo que consigue la música que suena hoy en el blog, hacernos sentir bien que, al fin y al cabo, es de lo que se trata.
¡Salud y amor, que os sintáis siempre bien!
domingo, 7 de junio de 2020
Starless - King Crimson
No han visto las estrellas
ni una sola, ni una
de todas las criaturas de este mundo
desde que las arenas rozaron el viento por primera vez.
Ni una sola, ni una,
ni una bestia de entre todas las bestias se ha parado
en el prado o la llanura o la colina
y ha conocido la emoción de mirar esos fuegos;
nuestras almas admiran lo que ellas, ¡oh, ellas!, jamás han conocido.
Durante cinco mil millones de años han salido volando girando alrededor de las esferas
pero ni una sola vez en todos esos años
un león, un perro o un pájaro que atraviesa el aire
ha mirado hacia allí, ¡oh, mira! Ha mirado hacia allí, ¡ah Dios!, a las estrellas;
¡Oh mira, mira allí!
Es como si nunca hubieran existidoni el universo ni el sol ni la luna ni la simple luz de la mañana.
Su tragedia era muda y ciega, y aún lo sigue siendo.
¿Nuestra percepción?
Sí, ¿la nuestra? Averiguar lo que somos ahora.
Pero piénsalo, después elige…di, ¿a quién?
¿A los nacidos de la salvaje Tierra, habitantes de un espacio
que tan pronto se mira se borra y queda ciego
como si sus milagros no hubieran existido?
¿Extensas órbitas de penetrante luz, fuego y escarcha,
que nada más mirarlas ya se pierden?
¿O a nosotros, de carne delicada, con los ojos nuevos de Dios
que suben y comprenden y rastrean los cielos?
Nosotros observamos la deriva de las estaciones en la marea lunar
y sabemos del paso de los años, recordando lo muerto.
Oh, sí, quizás algunos pájaros alguna que otra noche
han sentido la salida de Orión y han virado sus vuelos
y han girado hacia el sur
porque llevaban cartas estelares impresas en sus dulces
sueños genéticos…
O así parece.
¿Pero ven? ¿Pero de veras ven y se percatan?
Y, percatándose, ¿es que acaso desean tocar esas hogueras,
alargarse hasta que la poderosa frente de un hombre de la altura de Lamarck
golpee terremotos, impacte contra la superficie de la luna,
después de Marte, después de los anillos de Saturno?;
y, alargándose, ¿pretenden enseñar
al resto de las bestias cómo
volar con sueños en lugar de con sus viejas alas?
Así que, piénsalo: ¡somos los primeros! Los únicos
a los que Dios ha honrado con su ascensión de soles.
Para nosotros, como regalo: Aldebarán, Centauro, el doméstico Marte.
Despierta, dice Dios. Mira hacia allí. Ve a cogerlas.
Las estrellas. Oh, Señor, muchas gracias. ¡Las estrellas!
Ray Bradbury (EEUU, 1920-2012)
jueves, 4 de junio de 2020
Everyday is like sunday - Morrisey
Malditos domingos
Ahora que hemos venido a entender
que los domingos
no son otra cosa que la nostalgia de los sábados.
Mañanas de luz festiva y tardes grises,
donde dos manos se aprietan sin fuerza en unos cines.
Tienen la tristeza de la mirada del culpable los domingos por la tarde.
Se parecen demasiado a las renuncias,
a palabras que se pronuncian con poco que decir,
sin energía que las lleve.
Poseen un cuarto propio en la cabeza del poeta,
los aprovecha y los odia,
como su desasosiego
paralizante e inspirador.
Quizás el domingo un paseo por el centro.
Quizás un buen libro en el Retiro o la promesa de una semana mejor.
Pero toda vuelta a casa,
vuelve a convertirlo en un epílogo
en un tétrico desfile de fantasmas.
No hay manera.
Hay que aceptarlo.
Es imposible salvar los domingos de la literatura.
Ahora que hemos venido a entender
que los domingos
no son otra cosa que la nostalgia de los sábados.
Mañanas de luz festiva y tardes grises,
donde dos manos se aprietan sin fuerza en unos cines.
Tienen la tristeza de la mirada del culpable los domingos por la tarde.
Se parecen demasiado a las renuncias,
a palabras que se pronuncian con poco que decir,
sin energía que las lleve.
Poseen un cuarto propio en la cabeza del poeta,
los aprovecha y los odia,
como su desasosiego
paralizante e inspirador.
Quizás el domingo un paseo por el centro.
Quizás un buen libro en el Retiro o la promesa de una semana mejor.
Pero toda vuelta a casa,
vuelve a convertirlo en un epílogo
en un tétrico desfile de fantasmas.
No hay manera.
Hay que aceptarlo.
Es imposible salvar los domingos de la literatura.
Marwan
lunes, 1 de junio de 2020
The old man down the road - John Fogerty
POEMA DE CUMPLEAÑOS
Alguien dijo que un año
Karmelo C. Iribarren |
Razón no le faltaba.
Para qué contar años.
Contemos utopías, esperanzas, amores,
incluso desamores.
Pero, para qué años.
La vida son instantesy etapas. Nunca años.
La vida son segundos
que empujan a segundos.
Para qué llevar cuentas
de estas muertes minúsculas
y además anunciadas,
estas muertes en vida
que crecen con nosotros
y se agotan
cuando ya se han usado, emborronando pulsos,
certezas y almanaques.
¿Porque qué recordamos
de lo que dura un año?
Recordamos seis días
o siete, como mucho.
A lo sumo un viaje,
dos sonrisas, tres llantos.
¿Y qué recordaremos
cuando pase la vida?
¿Una luz o una sombra
en ese año?
¿Una celebración o una tristeza?
Para qué contar años.
Mejor contar los libros que leímos,
las personas que amamos,
los sueños que logramos hacer nuestros.
Y cuando nos pregunten
¿qué edad tienes?,
sepamos responder:
la edad exacta.
José Manuel Díez "Duende Josele"
Suscribirse a:
Entradas (Atom)