El pasado 26 de Noviembre cumplió 80 años Anna Mae Bullock, más conocida como Tina Turner.
Con su marido Ike formó una pareja de éxito en lo musical y de auténtico infierno en lo personal. El ínclito Ike resultó ser una auténtica "joya" como ser humano y le hizo pasar a la buena de Tina un auténtico infierno de drogas, malos tratos y vejaciones y agresiones físicas continuas.
Por fin, en 1976, Tina se hartó y mandó a la mierda a Ike y a todo lo que representaba y sola y sin dinero comenzó una nueva vida.
No le resultó sencillo pero al final logró remontar el vuelo tanto en lo personal como en lo profesional y en la década de los ochenta y primeros noventa alcanzó el cénit de su carrera con grandes éxitos en la música e incluso alguna incursión en el séptimo arte.
Resulta curioso que en esa década de éxito cada vez que tenía ocasión de escuchar, pero sobre todo de ver, a Tina Turner, ignorante de su trayectoria como persona y llevado en volandas por la ignorancia y la inconsciencia propias de la edad y las hormonas, me quedaba hipnotizado por el movimiento de sus caderas y de sus infinitas piernas.
Hoy, conocedor de su terrible trayectoria vital, sigo disfrutando de su música y del movimiento de sus caderas y sus interminables piernas pero la miro como un ejemplo de lucha contra la violencia contra la mujer y de que cuando más terrible parece una situación, siempre hay que conservar la esperanza, pues si se quiere y con el apoyo de algún amigo, se puede salir y mirar al mundo, de nuevo, a la cara y a los ojos sin vergüenza y sin miedo.
Tina Turner en este tema del año 1984, incluido en su disco de gran éxito "Private dancer", en cierta manera nos habla de las situaciones vividas por ella y se pregunta ¿qué tiene que ver eso con el amor?
Pues eso, ¡salud, que disfrutéis del amor verdadero y de la música de esta diosa de ébano y que su lucha os inspire y os ayude!