Que no, que no es reabrir heridas,
que no se pueden reabrir las heridas que nunca se cerraron.
Que sí, que había que hacerlo para, así sí, empezar a cerrar esas heridas.
Que no, que no supone nada si lo comparamos con lo que cuesta mantener,
por ejemplo, a todos los zánganos reales y a los bancos.
Que sí, que la monarquía nos cuesta mucho más y además de anacrónica,
nos vino impuesta como herencia del sátrapa momificado.
© Eneko |
que esto es solo un paso, que ahora empieza todo.
Que sí, que hay que levantar todas las cunetas para
recuperar a todos los que mataron
las huestes del asesino, enterrarlos con la tricolor y que,
¡por fin! descansen en paz.
Que no, que no era una preocupación acuciante de los españoles
(al menos, no de los que tienen bien enterrados a sus muertos).
Que sí, que hay muchísimos españoles que querían que se hiciese
por la dignidad de los muertos en defensa de la república,
por la dignidad de todos los muertos en defensa de la libertad.
Que no, que aunque no pudimos con él y murió de viejo en su cama, como otros muchos hijos de puta,
no podía seguir en un mausoleo siendo ensalzado como si de un héroe se tratara.
Que sí, que se remueva en su tumba y que no descanse en paz por toda la eternidad,
ahora toca sacar el franquismo de las instituciones, donde nunca ha dejado de estar.
Que no, que ya no tenemos que esperar más.
Que sí, que ha llegado el día en el que el sol de la libertad comienza a disipar
las tinieblas del miedo y la niebla del silencio.
Que sí, que en un día como hoy me acuerdo de muchas personas que no han podido
ver brillar este sol y que merecían ser testigos de lo que ocurrió ayer en este país.
Que no, que su lucha no ha sido en vano, que la historia no borrará su recuerdo.
¡Va por ellos!
¡Salud y república, siempre!
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