Cuando abrió los ojos, una terrible punzada le recorrió el cerebro. Su cabeza estaba a punto de estallar.
La noche anterior el vino había sido mucho y el cordero escaso.
Un poco desinquieto, recorrió el cuarto con la mirada buscando su bolsa; la encontró en el suelo junto a su manta. La cogió y miró en su interior. Aún contenía varias monedas de plata de las treinta que recibió poco antes de la cena.
Una ligera sensación de angustia y remordimiento le atenazó por un momento, pero se repitió a sí mismo que debía hacerlo y, ¡que coño, ya estaba hecho!
Comenzó a sentirse mejor cuando se dió cuenta que todo estaba saliendo según lo planeado, aunque muy pocos entenderían su acción.
Tras dar buena cuenta de un poco de pan ácimo y unos restos de pescado de tres días, salió a la calle y tomó el camino de Magdala.
Respiró hondo y una sonrisa asomó a sus labios al pensar que la mujer de sus sueños, por fín, sería suya.
Comandante Ternura
«Historia es, desde luego, exactamente lo que se escribió, pero ignoramos si es exactamente lo que sucedió»
Enrique Jardiel Poncela
«El pasado es lo que realmente ocurrió; la historia no es sino lo que alguien escribió»
A. Whitney Brown
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