La canción, que alcanzó gran popularidad a finales de los setenta y principios de los ochenta,nos habla de la famosa calle londinense en la que Sir Arthur Conan Doyle situó la vivienda del famosísimo Sherlock Holmes, y que puede considerarse un templo de la música pues en ella existen dos tiendas dedicadas, en exclusiva, una a Elvis Presley y la otra, como no, a The Beatles.Lo cierto es que es una buenísima canción, con un saxo excepcional, que ha sido utilizada en numerosas películas y series de televisión.
Por otra parte, supone una prueba más del poder de la publicidad y la televisión. Supongo que al bueno de Gerry no le resultaría muy agradable esta asociación de su música con un producto de consumo, pero lo cierto es que en cuanto suena la música me entran unas ganas locas de montarme en un barco y fumarme un cigarrillo.
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