La vida es vinagre y rosas
y en momentos de bajón,
de depresión, de saudade,
escuchar esta canción
es pócima milagrosa
para todas las edades.
Escuchando estas estrofas,
y con gran atrevimiento,
voy a rendir homenaje
a ese simpar personaje
que es el flaco de Jaén,
¡con su permiso, maestro!
La negra noche me envuelve,
la de las dos mil esquinas,
y en calle melancolía
como el más chulo del barrio
está el maestro Sabina.
Tan joven y tan viejo
y haciendo honor a su fama
está bien acompañado:
Tolito, su primo el Nano
Mónica, Violeta y Juana.
A las seis de la mañana
entre gran jolgorio, entran
al café de Nicanor
y vislumbran entre el humo
al aprendiz de pintor.
A la orilla de la chimenea
ahora que aprieta el frío
miro tus ojos de gata
¡venga ese güisqui sin soda!
¡Nicanor, ese cubata!
El hombre del traje gris
se está quedando en pelotas
¡no pongas boleros tristes!
bailaremos rock and roll,
rock and roll de los idiotas.
Nicanor pone la radio
frecuencia seis nueve G
suena el blues de la escalera
suena el hotel, dulce hotel
y con la frente marchita
suena don Carlos Gardel.
El flaco fuma y rebusca
redención entre tus muslos
mientras silba una canción,
una canción muy hermosa,
la más hermosa del mundo.
Comandante Ternura
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