La sopa fría por antonomasia, al menos en España, es el gazpacho. Bebida/comida sobre todo veraniega que tiene casi tantas variantes como personas que lo elaboran, por lo que resulta complicado dar una receta estándar, aunque haya al menos cuatro ingredientes que no faltan en casi ninguna de ellas, a saber, tomate, aceite, vinagre y sal.
En la literatura, a lo largo del tiempo, son numerosas las referencias a este alimento típicamente español y altamente refrescante, a la par que nutritivo.
Por ejemplo el sin par Sancho Panza en el Quijote, subido a su burro y dispuesto a dejar de ser el gobernador de la ínsula de Barataria, nos deja dicho: “Abrid camino, señores míos, y dejadme volver a mi antigua libertad: dejadme que vaya a buscar la vida pasada, para que me resucite de esta muerte presente. Yo no nací para ser gobernador […] Mejor me está a mí una hoz en la mano que un cetro de gobernador, más quiero hartarme de gazpachos que estar sujeto a la miseria de un médico impertinente que me mate de hambre”.
Por su parte, el doctor Gregorio Marañón, en su libro "El alma de España", nos deja estas palabras acerca de la sopa fría protagonista de la entrada de hoy: "...el gazpacho, sapientísima combinación de todos los simples alimentos fundamentales para una buena nutrición que, muchos siglos después, nos revelaría la ciencia de las vitaminas. La vanidad de la mente humana venía considerando el gazpacho como una especie de refresco para pobres o menos grato al paladar, pero desprovisto de propiedades alimenticias. Las gentes doctas de hace unos decenios maravillábanse de que con un plato tan liviano pudieran los segadores afanarse durante tantas horas de trabajo al sol canicular. Ignoraban que el instinto popular se había adelantado en muchas centurias a los profesores de dietética y que, exactamente, esta emulsión de aceite en agua fría, con el aditamento de vinagre y sal, pimiento, tomate mojado, pan y otros ingredientes, contiene todo lo preciso para sostener a los trabajadores entregados a las más rutinarias labores. Con el vino, que casi nunca falta, su eficacia se acentúa y si pudiera añadírsele un buen trozo de carne podría considerarse el gazpacho como un alimento muy próximo a la perfección."
Ignoro si M Clan estaban pensando en el gazpacho, murciano, por supuesto, cuando compusieron la canción que suena, aunque sospecho que tiene algún componente metafórico, relacionado con el amor, que la aleja del plano gastronómico.
No obstante, estáis invitados todos a una ración de este refrescante alimento, que os hará bien al cuerpo, máxime con las temperaturas que estamos soportando en los últimos días; de la parte más espiritual se encarga, como siempre, la música.
¡Salud, gazpacho y sombra!
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