miércoles, 18 de junio de 2025

La nuit n'en finit plus - Petula Clark




Nuestra noche

Quisiera perseguir algún poema
que hablase de mis noches, nuestra noche,
la misma noche cálida de rostros conocidos,
en el mismo rincón, ya no hace falta
preguntar lo que bebe cada uno.

Escribir, por ejemplo, puedo cerrar los ojos
y todo sigue igual, abro despacio
la puerta fría de color madera,
intimidad con humo de luz almacenada,
y risas en el fondo,
y una voz que denuncia mi costumbre
de llegar siempre tarde.

Escribir, por ejemplo, son ahora
mucho menos frecuentes estas noches,
y recuerdan inviernos negociados
con renta de amistad,
y tienen algo
de temblor fugitivo.
Las caras han cambiado, saben cosas
y se parecen más a nuestras vidas.

Escribir, por ejemplo, que los ojos,
cuando pasa la noche y en la calle
duele la luz del alba,
tienen otra manera de mirarse,
un modo más avaro de pensar
en los años, los meses, las semanas,
los días y las horas.

Noche eterna, tal vez
será mejor llamarte reincidente.

Luis García Montero (Granada, 1958)

sábado, 14 de junio de 2025

Little wing - Jimi Hendrix





Polvo de estrellas

De polvo de estrellas
estamos hechos. De la materia
del corazón
de alguna estrella, ya dispersa en el cosmos
y aún viva en la memoria de su viaje de luz.
De la unión de ese rastro que se enciende en nosotros
y su compacta sombra. Del tiempo
que reencauza e imanta:
Un instante de fuego que contiene a la noche,
un espejo de asombro y su amoroso trazo
en la furtiva vastedad, en lo oscuro, es nuestro aliento breve
en la cohesión del orbe. Del núcleo de una estrella
y su irradiado centro;
de su ígnea levedad,
su suave soplo.

Coral Bracho (Ciudad de México, 1951)


martes, 10 de junio de 2025

Country house - Blur




La ciudad

Dices: “Iré a otra tierra, hacia otro mar,
y una ciudad mejor con certeza hallaré.
Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado,
y muere mi corazón
lo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez.
Donde vuelvo los ojos solo veo
las oscuras ruinas de mi vida
y los muchos años que aquí pasé o destruí”.

No hallarás otra tierra ni otro mar.
La ciudad irá en ti siempre. Volverás
a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez;
en la misma casa encanecerás.
Pues la ciudad es siempre la misma. Otra no busques -no la hay-
ni caminos ni barco para ti.
La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la tierr
a.

Konstantino Kavafis (Alejandría, 1863-1933)

viernes, 6 de junio de 2025

Memorias de la carretera - Miguel Ríos




En el año 2008 se publicaba el disco que contiene la canción que suena hoy en el blog.

Se llamó "Solo o en compañía de otros" y se anunció como una especie de despedida del rockero granadino. En palabras del propio Miguel, supone "una especie de larga vuelta al ruedo como si fuera la última, ahora que las carreteras se ensanchan y mi tiempo se contrae. Supongo que, anímicamente, estoy completando el círculo que empecé hace mucho tiempo versionando los éxitos de los viejos rockeros que nunca mueren, y que se está cerrando, cantando con algunos de los muchos hijos del rock and roll con los que he compartido música, emociones y algún pequeño vicio a lo largo del camino."

Aunque no se dijera abiertamente, era un especie de despedida cerrando un círculo que había empezado 46 años atrás. Un año después de publicar el disco, inició una gira, con el mismo nombre del tema de hoy, que iba a poner punto y final a su dilatada trayectoria artística. La gira duró dos años y al final de esta comenzó un nuevo tour que se llamaría "Bye, bye, Ríos" que aseguraba que sería la definitiva.

Algunos discos y conciertos después, incluyendo colaboraciones en diversos homenajes y causas benéficas, en mayo de 2021, anuncia nuevo disco y posterior gira de presentación, incumpliendo, una vez más, su tan anunciada retirada. 

Y es que está claro que los viejos rockeros, algún día morirán, pero nunca se retiran y permanecerán encima del escenario y en contacto con su público hasta su último aliento.

La letra de la canción que suena es del propio Miguel y la música es de Carlos Raya y en ella nos cuenta la vida de los músicos durante las grandes giras, viviendo de hotel en hotel y recorriendo gran cantidad de kilómetros de carreteras de todo tipo, de la misma manera que lo había hecho anteriormente en la exitosa "Blues del autobús".

Siempre es un placer comprobar que el gran Miguel Ríos no se ha retirado y poder disfrutar de su extraordinaria voz y de su inagotable energía. 

¡Salud, sed bienvenid@s, hij@s del rock and roll, disfrutando y sintiéndolo hasta el último día!


martes, 3 de junio de 2025

A thousand kisses deep - Leonard Cohen




Besos

Mis besos lloverán sobre tu boca oceánica
primero uno a uno como una hilera de gruesas gotas
anchas gotas dulces cuando empieza la lluvia
que revientan como claveles de sombra
luego de pronto todos juntos
hundiéndose en tu gruta marina
chorro de besos sordos entrando hasta tu fondo
perdiéndose como un chorro en el mar
en tu boca oceánica de oleaje caliente
besos chafados blandos anchos como el peso de la plastilina
besos oscuros como túneles de donde no se sale vivo
deslumbrantes como el estallido de la fe
sentidos como algo que te arrancan
comunicantes como los vasos comunicantes
besos penetrantes como la noche glacial en que todos nos abandonaron
besaré tus mejillastus pómulos de estatua de archilla adánica
tu piel que cede bajo mis dedos
para que yo modele un rostro de carne compacta
idéntico al tuyo
y besaré tus ojos más grandes que tú toda
y que tú y yo juntos y la vida y la muerte
del color de la tersura
de mirada asombrosa como encontrarse en la calle con
uno mismo
como encontrarse delante de un abismo
que nos obliga a decir quién somos
tus ojos en cuyo fondo vives tú
como en el fondo del bosque más claro del mundo
tus ojos que tú no conoces
que miran con un gran golpe aturdidor
y me inmutan y me obligan a callar y a ponerme serio
como si viera de pronto en una sola imagen
toda la trágica indescifrable historia de la especie
tus ojos de esfinge virginal
de silencio que resplandece como el hielo
tus ojos de caída durante mil años en el pozo del olvido
besaré también tu cuello liso y vertiginoso como un tobogán inmóvil
tu garganta donde la vida se anuda como un fruto
que se puede morder
tu garganta donde puede morderse la amargura
y donde el sol en estado líquido circula por tu voz y tus venas
como un cogñac ingrávido y cargado de electricidad
besaré tus hombros construidos y frágiles como la ciudad
de Florencia
y tus brazos firmes como un río caudal
frescos como la maternidad
rotundos como el momento de inspiración
tus brazos redondos como la palabra de Roma
amorosos a veces como el amor de las vacas por los terneros
y tus manos lisas y buenas como cucharas de palo
tus manos incitadoras como la fiebre
o blandas como el regazo de la madre del asesino
tus manos que apaciguan como saber que la bondad existe
besaré tus pechos globos de ternura
besaré sobre todo tus pechos más tibios que la convalescencia
y que pesan en el hueco de mi mano como la evidencia
en la mente del sabio
tus pechos pesados fluidos tus pechos de mercurio solar
tus pechos anchos como un paisaje escogido definitivamente
inolvidables como el pedazo de tierra donde habrán
de enterrarnos
calientes como las ganas de vivir
con pezones de milagro y dulces alfileres
que son la punta donde de pronto acaba chatamente
la fuerza de la vida y sus renovaciones
tus pezones de botón para abrochar el paraíso
de retoño del mundo que echa flores de puro júbilo
tus pezones submarinos de sabor a frescura
besaré mil veces tus pechos que pesan como imanes
y cuando los aprieto se desparraman como el son
en los trigales
tus pechos de luz materializada y de sangre dulcificada
generosos como la alegría de aceptar la tristeza
tus pechos en donde todo se resuelve
donde acaba la guerra la duda la tortura
y las ganas de morirse
besaré tu vientre firme como el planeta Tierra
tu vientre de llanura emergida del caos
de playa rumorosa
de almohada para la cabeza del rey después de entrar a saco
tu vientre misterioso cuna de la noche desesperada
remolino de la rendición y del deslumbrante suicidio
donde la frente se rinde como una espada fulminada
tu vientre montón de arena de oro palpitante
montón de trigo negro cosechado en la luna
montón de tenebroso humos incitante
tu vientre regado por los ríos subterráneos
donde aún palpitan las convulsiones del parto de la tierra
tu vientre contráctil que se endurece como un brusco
recuerdo que se coagula
y ondula como las colinas
y palpita como las capas más profundas del mar océano
tu vientre lleno de entrañas de temperatura insoportable
tu vientre que ruge como un horno
o que está tranquilo y pacificado como el pan
tu vientre como la superficie de las olas
lleno hasta los bordes de mar de fondo y de resacas
lleno de irresistible vértigo delicioso
como una caída en un ascensor desbocado
interminable como el vicio y como él insensible
tu vientre incalculadamente hermoso
valle en medio de ti en medio del universo
en medio de mi pensamiento
en medio de mi beso auroral
tu vientre plaza de todos
partido de luz y sombra y donde la muerte trepida
suave al tacto como la espalda del toro negro de la muerte
tu vientre de muerte hecha fuente para beber la vida
fuerte y clara
besaré tus muslos de catedral
de pinos paternales
practicables como los postigos que se abren sobre
lo desconocido
tus muslos para ser acariciados como un recuerdo pensativo
tensos como un arco que nunca se disparará
tus muslos cuya línea representa la curva del curso de los tiempos
besaré tus ingles donde anida la fragilidad de la existencia
tus ingles regadas como los huertos mozárabes
translúcidas y blancas como la vía láctea
besaré tu sexo terrible
oscuro como un signo que no puede nombrarse sin tartamudear
como una cruz que marca el centro de los centros
tu sexo de sal negra
de flor nacida antes que el tiempo
delicado y perverso como el interior de las caracolas
más profundo que el color rojo
tu sexo de dulce infierno vegetal
emocionante como perder el sentido
abierto como la semilla del mundo
tu sexo de perdón para el culpable sollozante
de disolución de la amargura y de mar hospitalario
y de luz enterrada y de conocimiento
de amor de lucha a muerte de girar de los astros
de sobrecogimiento de hondura de viaje entre sueños
de magia negra de anonadamiento de miel embrujada
de pendiente suave como el encadenamiento de las ideas
de crisol para fundir la vida y la muerte
de galaxia en expansión
tu sexo triángulo sagrado besaré
besaré besaré
hasta hacer que toda tú te enciendas
como un farol de papel que flota locamente en la noche.


Tomás Segovia (España, 1927-México, 2011)