y la luz es limpia como la mirada de algunos seres humanos, y yo pienso en el pan y en las miradas mientras camino sobre la nieve.
Hoy es domingo y me parece que la mañana no está únicamente sobre la tierra sino que ha entrado suavemente en mi vida.
Yo veo el río como acero oscuro bajar entre la nieve. Veo el espino: llamear el rojo, agrio fruto de enero. Y el robledal, sobre tierra quemada, resistir en silencio.
Hoy, domingo, la tierra es semejante a la belleza y la necesidad de lo que yo más amo.
Corría el año 1982 cuando la canción que suena hoy en el blog, salía a la luz formando parte de "Volumen Brutal" que acabaría siendo considerado, por buena parte de la crítica musical, como la obra maestra del heavy metal español.
España vivía un momento convulso de su historia. Tras el fallido golpe de Estado del año anterior, las calles bullían con manifestaciones casi diarias contra el ingreso en la OTAN, de protesta contra el fraude alimentario del aceite de colza y a favor del empleo y de los derechos laborales de la clase trabajadora.
Existía en el ambiente una efervescencia cultural, política y social que alcanzaría el culmen con la victoria, en Octubre, del PSOE en las Elecciones Generales.
Entre otros mucho movimientos, el heavy rock patrio vivía su época dorada con nombres como Coz, Leño, Asfalto, Obús, Ñu y, por supuesto nuestros protagonistas de hoy, los míticos Barón Rojo. Estos grupos tenían como referente los grupos internacionales del rock clásico y eran la cabeza más visible de la situación de lucha, de contestación y de cambio que se respiraba entre la gente en general y entre la juventud en particular.
En su primer trabajo "Larga vida al rock'n'roll" ya se intuía que estábamos ante el grupo más prometedor del rock de habla hispana hasta la fecha y con su segundo album se acabarían confirmando todas las predicciones. Grabado en Kingsway Recording Studios de Londres bajo el auspicio de Ian Gillan (Deep Purple) y con un ingeniero de sonido, Bob Broglia, que había trabajdo con el propio Gillan y, entre otros muchos, con Jeff Beck y Uriah Heep, se editó también en inglés en el mercado anglosajón, donde triunfó especialmente en Inglaterra. La versión en español, por su parte, está repleta de lo que terminarían siendo verdaderos himnos del heavy rock hispano.
Concretamente el tema que nos ocupa es un homenaje a las bandas de rock clásico como AC DC, Whitesnake o Rainbow y en su estribillo menciona a algunos de los más célebres musicos de rock desaparecidos, todos ellos, en trágicas y oscuras circunstancias. Son solamente una muestra pero muy representativa de la historia del rock y de su leyenda negra.
Para mí siempre fueron un referente y banda sonora de una época maravillosa de mi vida. Sin embargo, me resistía a que sonaran pues uno de sus más ilustres miembros, José Luis Campuzano, bajista de la banda y letrista y cantante de muchos temas, últimamente se ha significado alineándose contra el gobierno y declarándose simpatizante de la ultraderecha.
Es cierto, como dice Sherpa, que el rock se ha caracterizado por su actitud rebelde contra el orden establecido y que no tiene que ser de izquierdas (aunque sea lo habitual y, por otra parte, lo natural) y que debe luchar contra el poder, pero alinearse con la ultraderecha y enarbolar la bandera del fascismo no te convierte en rebelde sino en reaccionario... y en fascista.
Sea como fuere, la música consigue superar casi todas las barreras, por tanto, que suene que atruene este himno y que durante un rato sólo importe el rock and roll.
Aún se oye el estruendo de los disparos de la guerra en las montañas como se oye aún los gemidos del amor de los cuerpos que se desnudan y aman en los lechos de la ciudad que en medio de la guerra se enfrentan a una dulce batalla como la que deberíamos tener y no esa que engendra muertos con la que se siembra la tierra aún en medio de la guerra hay que escribir el amor desde sus trincheras.
PIDO LA PALABRA
Pido la palabra para la libertad y la ternura para la justicia y la belleza para imaginación y la utopía para la lucidez y la locura para la rebelión y la pasión para la blasfemia y la herejía para la erótica y la onírica para los poetas y los niños para los locos y los suicidas para los convictos y los prófugos para los enamorados y los repatriados para los inmolados y los mártires para los solitarios y los solidarios para los proscritos y los derrotados para los refugiados y los apátridas para los prohibidos y los tristes para los inocentes y los cómplices para los malditos y los olvidados Pido la palabra para la poesía y el amor.
Antonio Acevedo Linares (Poemas de la guerra y la paz)
Qué alegría oírte de nuevo, Janis. Hace más de dos años que no visitabas nuestro humilde blog. Sabes que es una alegría inmensa para nosotros escuchar tu música.
Aunque, lo cierto, es que esta vez nos pone un poco triste escuchar la que acabaría siendo tu última grabación.
Corría octubre del año 1970 cuando grabaste, a capella, la canción que suena y al final se incluiría en tu último disco "Pearl".
Todo comenzó, unos meses antes, casi como una broma; estabas con tu amigo Bob Neuwirth, y algunas personas más, en un bar de Nueva York antes de una actuación y llevabas varios días con una cancioncilla en la cabeza que comenzaba con una frase que le habías oido al músico Michael McClure, “Come on, God, and buy me a Mercedes Benz”.
Comenzaste a entonar la letra y fue saliendo la canción que nos ocupa hoy. Le dijiste a Bob que fuera anotándola en una servilleta y en un rato quedó casi completa.
Luego, por sorpresa, le anunciaste a tu banda que la tocarías en el concierto. Poco después, en el escenario del Capitol Theater, comenzaste a cantar la letra sin tocar tu guitarra y la banda, poco a poco, empezó a acompañarte improvisando. El resultado fue espectacular.
Esa misma noche llamaste a McClure y le pediste permiso para incluir su frase en la canción. A este no le importó y, al final, en el disco aparece como coautor junto a ti y a Neuwirth.
Al final de las sesiones de grabación de "Pearl", quisiste que todo el mundo escuchara tu nuevo tema y quedó grabado, aunque sin ninguna intención ni objetivo particular.
Cuatro días después nos abandonaste para siempre y Mercedes Benz se incluiría como homenaje a ti en el que acabaría siendo un disco póstumo.
No sé por qué te cuento todo esto, si tú lo sabes de sobra, al igual que sabes que el tema acabaría convirtiéndose en un auténtico himno en el que reflexionas sobre si lo material nos proporciona la felicidad. No sé, me gusta pensar que sonríes mientras lo escuchas y nosotros somos felices escuchando tu voz.
Tu espíritu nos posee cuando escuchamos tu música y nos haces sentirnos más libres; recuerda Janis que siempre serás la dueña de un trocito de nuestro corazón.
Viejos piratas, sí, ellos me robaron y me vendieron a barcos mercantes minutos después me sacaron del agujero más cruel Pero mis manos se hicieron fuertes por la mano del todopoderoso
nos levantamos triunfalmente en esta generación Todo lo que siempre he tenido son canciones de libertad ¿No nos ayudarás a cantar estas canciones de libertad? Porque es todo lo que tengo, canciones de redención.
Emancípate de tu esclavitud mental nadie salvo nosotros mismos podemos liberar nuestras mentes No tengas miedo de la energía atómica porque ninguno de ellos puede detener el tiempo Cuánto tiempo más mataran nuestros profetas mientras nos quedamos mirando a otro lado Alguien dijo esto es sólo una parte debemos llenar el libro
¿No nos ayudarás a cantar estas canciones de libertad? Porque es todo lo que tengo, canciones de redención canciones de redención, canciones de redención.
Emancípate de tu esclavitud mental nadie salvo nosotros mismos podemos liberar nuestras mentes No tengas miedo de la energía atómica porque ninguno de ellos puede detener el tiempo Cuánto tiempo más mataran nuestros profetas mientras nos quedamos mirando a otro lado Alguien dijo esto es sólo una parte debemos llenar el libro
¿No nos ayudarás a cantar estas canciones de libertad? Porque es todo lo que tengo, canciones de redención Todo lo que tengo, canciones de redención estas canciones de libertad, canciones de libertad.
Redemption song (Bob Marley)
El pasado día 6 hubiese cumplido 77 años. Lo imagino con sus rastas blancas, su rasta tam con los colores de la bandera de Jamaica y, por supuesto, con su canuto entre los dedos, inundando el mundo con su humo y su música, llenándolo todo de ansias de igualdad y de justicia social.
Recorrer un cuerpo en su extensión de vela es dar la vuelta al mundo atravesar sin brújula la rosa de los vientos islas golfos penínsulas diques de aguas embravecidas No es tarea fácil –si placentera– no creas hacerlo en un día o noche de sábanas explayadas. Hay secretos en los poros para llenar muchas lunas.
III
Repasa muchas veces una extensión encuentra el lago de los nenúfares acaricia con tu ancla el centro del lirio sumérgete ahógate distiéndete no te niegues el olor la sal el azúcar los vientos profundos cúmulos nimbus de los pulmones niebla en el cerebro temblor de las piernas maremoto adormecido de los besos.
VII
Traspasa la tierra del fuego la buena esperanza navega loco en la juntura de los océanos cruza las algas ármate de corales ulula gime emerge con la rama de olivo llora socavando ternuras ocultas desnuda miradas de asombro despeña el sextante desde lo alto de la pestaña arquea las cejas abre ventanas de la nariz.
VIII
Aspira suspira muérete un poco dulce lentamente muérete agoniza contra la pupila extiende el goce dobla el mástil hincha las velas navega dobla hacia Venus estrella de la mañana —El mar como un vasto cristal azogado— duérmete náufrago.