lunes, 26 de abril de 2021

Hey Joe - The Jimi Hendrix Experience




EL DÍA QUE JIMI HENDRIX MATÓ A DIOS

No hay peor muerte que la de morir por alguien
que no estaba dispuesto a dar su vida por ti.
No hay peor muerte que la de morir por alguien
que no estaba dispuesto a dar su vida por ti.
Recogiste todas tus cosas, que también eran las mías,
y sin lloros, arrepentimientos ni reproches,
—«Este cepillo de dientes es mío»,
«Yo compré la colcha»,
«Debiste quererme más»—,
le diste un portazo a la vida,
a mí, que era tu vida, dejando encerrados
en un cuartucho trece meses de un nosesabequé
que solamente se vive una vez,
como el exacto segundo anterior a palmarla,
y decidiste que preferías morir sola
en una ciudad sin ventanas a ningún crisantemo,
en un funeral solitario donde sólo te velaba tu pasado conmigo.
La mejor forma de enfrentarte al mundo es hacerlo sola.
La mejor forma de enfrentarte a la soledad es la muerte.
Aún me querías.
No puedes alejarte del amor de tu vida
moviendo el culo de esa forma.
Pero tú eras así, sin coherencia, sin dos más dos es igual a cuatro.
A cuatro patas la vida se veía mejor, pero tú eras así,
inesperada como un infarto,
imprevista como un embarazo,
espontánea como una erección...
Tú eras así.
Yo me conformaba,
el amor personalizado siempre es más caro que el de fábrica.
El precio que pagué por amarte me dejó en bancarrota.
No quiero rescates, que se joda Alemania.
No quiero rescates, que se joda Alemania.
No quiero rescates, que se joda Alemania.
Cuentan que el mismísimo Jimi Hendrix
fue capaz de matar a Dios
en un solo de guitarra.
Dime,
¿por qué no iba yo a estar dispuesto a morir por ti?

Miguel Gane (Rumanía, 1993)

No hay comentarios: