jueves, 4 de abril de 2019

Frío - Alarma



Germán Tena y Modesta Tena, formaron parte de la legión de extremeños que a finales de los años 50 y en la década de los 60 del siglo pasado tuvieron que abandonar su tierra en busca de oportunidades para ellos y, sobre todo, para sus hijos.

El día que iniciaron su particular éxodo y abandonaron Benquerencia de la Serena, su pueblo, les acompañaba el pequeño Manuel Tena Tena que iniciaba así su odisea en busca de su particular Ítaca.

Se crió en el barrio madrileño de Lavapiés, donde tomó contacto con la música. Formó parte de Cucharada y Alarma, antes de continuar carrera en solitario, pero sobre todo formó parte y se sumergió en esa especie de frenesí cultural y exaltación del individuo frente al sistema que fué la llamada Movida Madrileña.

Como todo lo que hizo en su vida, para bien o para mal, lo hizo guiado por la pasión y se implicó al máximo, compartiendo días y, sobre todo, noches con sus compadres Antonio Vega, Antonio Flores y Enrique Urquijo.

Ante esta nómina de compañeros de fatigas y noches sin fin, surge un adjetivo al pensar en Manolo, y es superviviente, como el mantra que llevaba tatuado en su antebrazo en caracteres japoneses.

Superviviente de la música, de la movida y de una serie de subidas y bajadas, de caídas y recaídas, de tiempos de luces y tiempos de sombras que amenazaban con tragárselo para siempre.

En 1992 le llegó su gran éxito con una canción, Sangre española, que en principio la compuso para otro y que al final la grabó el mismo y que formó parte de un disco con el mismo título del que acabó vendiendo cerca de 800.000 copias.

Dice Joaquín Sabina (amigo/enemigo de Manolo) en una de sus canciones que "será mejor que aprendas a vivir sobre la linea divisoria que va del tedio a la pasión"; en vivir sobre esa linea, nuestro protagonista de hoy se convirtió en todo un maestro.

Tras sucesivos periodos de silencio y reapariciones, incluso con grabaciones nuevas, en 2015 grabó su último álbum que se llamó "Casualidades" (ironías del destino, estuvo a punto de llamarse "La vida por delante") y cuando parecía que aquella sería su epifanía definitiva, el destino le negó para siempre la posibilidad de hacer otra vez honor a su adjetivo favorito y no sobrevivió a un cáncer que se lo llevó para siempre el 4 de Abril de 2016.

La canción que suena en la entrada de hoy es de 1985 y forma parte del disco "En el lado oscuro", del grupo Alarma. Es un auténtico himno que ha sido versionado en numerosas ocasiones por artistas de toda edad y condición y que parece ser que narra un viaje, innumerables viajes, un tránsito vital, un descenso a los infiernos, sin moverse de un sucio y sórdido cuarto con una jeringuilla aguijoneando el brazo.

¡Salud y que disfrutéis de la música de un genio, de un verdadero superviviente, de un auténtico extraño en el paraiso!


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