Recorramos la escalera sabiendo que al final nos espera el ansiado objetivo, pero sin dejar de disfrutar cada peldaño.
Seamos conscientes de la altura a la que nos encontramos, sin perder de vista el próximo escalón y sin olvidar ninguno de los anteriores.
Luchemos por alcanzar la cima, disfrutando de cada paso anterior y siendo conscientes de que todos quedarán grabados en nuestra memoria y pasando a formar parte de nosotros y de nuestro subconsciente.
Habrá momentos buenos que queramos recordar para siempre y habrá otros totalmente prescindibles que querremos enterrar en el olvido, pero todos formarán parte de nuestra particular escalera al cielo.
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