sábado, 30 de agosto de 2025

It's a livin' thing - Electric Light Orchestra




Una mañana de miércoles

Hace una mañana gris,
opaca, triste. Estoy
en un bar, con un café, sentado
junto al cristal que da a la calle.
La música —suave, lejana, indiscernible—
acompaña sin pedirte nada
a cambio, ni siquiera que la escuches.
Cae una llovizna suave
—y un poco torcida— que hace
que algunos de los viandantes
no se la tomen muy en serio
y se resistan a abrir el paraguas.
Aquí dentro sólo estamos el camarero y yo,
y ahora mismo esto es lo más cercano
a un pequeño paraíso en la tierra.
Me siento casi como en el compartimento
de un tren. Si lo fuera
yo tendría un billete
hasta la última estación.

Karmelo C. Iribarren

jueves, 28 de agosto de 2025

Nadie - Los Madison




Nadie está solo

En este mismo instante
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado
tan sólo por amar
la libertad. Ignoro
dónde vive, qué lengua
habla, de qué color
tiene la piel, cómo
se llama, pero
en este mismo instante,
cuando tus ojos leen
mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios
para no denunciar
a los amigos. ¿Oyes?
Un hombre solo
grita maniatado, existe
en algún sitio. ¿He dicho solo?
¿No sientes, como yo,
el dolor de su cuerpo
repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre
bajo los golpes ciegos?
Nadie está solo. Ahora,
en este mismo instante,
también a ti y a mí
nos tienen maniatados.

José Agustín Goytisolo (Barcelona, 1928-1999)

lunes, 25 de agosto de 2025

A face in the crowd - Tom Petty



He aprendido a decir tu nombre mientras duermo

“El día que te fuiste entendí que no te volvería a ver. Ibas teñida de rojo por el sol de la tarde, por el crepúsculo ensangrentado del cielo. Sonreías. Dejabas atrás un pueblo del que muchas veces me dijiste: “Lo quiero por ti; pero lo odio por todo lo demás, hasta por haber nacido en él.” Pensé: “No regresará jamás; no volverá nunca."
Pero los caminos de ella eran más largos que todos los caminos que yo había andado en mi vida y hasta se me ocurrió que nunca terminaría de quererla.
Ese sueño que eres tú todavía dura. Durará siempre, porque siento como que estás dentro de mi sangre y pasas por mi corazón a cada rato.
He aprendido a decir tu nombre mientras duermo. Lo he aprendido a decir entre la noche iluminada. Lo han aprendido ya el árbol y la tarde… y el viento lo ha llevado hasta los montes y lo ha puesto en las espigas de los trigales. Y lo murmura el río… “

Juan Rulfo,  “Cartas a Clara”

miércoles, 20 de agosto de 2025

Two princes - Spin Doctors




Cantemos al dinero

Cantemos al dinero
con el espíritu de la navidad cristiana.
No hay nada más limpio que el dinero,
ni más generoso, ni más fuerte.
El dinero abre todas las puertas;
es la llave de la vida jocunda,
la vara del milagro,
el instrumento de la resurrección.
Te da lo necesario y lo innecesario
el pan y la alegría.
Si tu mujer está enferma puedes curarla,
si es una bestia puedes pagar para que la maten.
El dinero te lava las manos
de la injusticia y el crimen,
te aparta del trabajo,
te absuelve de vivir.
Puedes ser como eres con el dinero en la bolsa,
el dinero es la libertad.
Si quieres una mujer y otra y otra, cómpralas,
si quieres una isla, cómprala,
si quieres una multitud, cómprala.
(Es el verbo más limpio de la lengua: comprar.)
Yo tengo dinero quiere decir me tengo.
Soy mío y soy tuyo
en este maravilloso mundo sin resistencias.
Dar dinero es dar amor.

Jaime Sabines

sábado, 16 de agosto de 2025

Get down - Gilbert O'Sullivan

 

MARGARET: Claro que tú siempre has poseído una gran cualidad: la indiferencia total... Sabes jugar, sin que te importe perder o ganar la partida... y ahora que la has perdido... Bueno, perdido no... Ahora que te has retirado del juego, tienes el extraño encanto del que ha renunciado a todo. Tu aspecto es tan indiferente... tan frío... que te envidio. (Se oye una música en la lejanía y el ruido de los que están jugando al croket, mezclado con el canto de un pájaro. La luna acaba de salir blanca, con un leve reflejo rojizo.) Están jugando al croket... La luna acaba de salir... (Volviéndose hacia BRICK.) Eras un enamorado maravilloso... tan dulce... tan suave... Tu manera de amar era irresistible. Te mostrabas tan seguro y tan indiferente a la vez... Todo lo hacías con la mayor naturalidad... Con una calma perfecta... como si cedieras el paso a una señora o la ayudaras a sentarse a la mesa, sin sentir el menor deseo por ella. Para ti el amor no tenía más importancia que todo eso y, sin embargo, era precisamente eso, tu indiferencia lo que te hacía más atrayente. Si pensara que no me ibas a volver a amar, que nunca más ibas a tenerme entre tus brazos para besarme, bajaría corriendo a la cocina, cogería el cuchillo más grande que encontrara, y me lo clavaría en el corazón... te lo juro, como también te juro que yo no abandono la partida tan fácilmente. Continuaré en la lucha hasta el último segundo, y venceré. Estoy segura. ¿Sabes cuál es la mayor victoria de una gata sobre un tejado de zinc caliente? Resistir en él todo el tiempo que le sea posible, hasta el último segundo. (Se oyen voces de los que juegan al croket. BRICK levanta la cabeza y escucha las voces. MARGARET va a sentarse a su lado.) Por favor, Brick, dime lo que estabas pensando antes cuando me mirabas. ¿Pensabas... en Skiper?... Perdóname. No puedo callar más. (BRICK se levanta y va hacia el bar. Llena un vaso y lo vacía de un trago. Ella se levanta y le sigue.) Callando no se arreglan las cosas. Es como atrancar la puerta de una casa que está ardiendo para impedir que salga el fuego. Por eso, cuando encerramos dentro de nosotros una idea, ésta sigue creciendo, creciendo, creciendo como el fuego, hasta que nos ahoga...

Tennessee Williams

La gata sobre el tejado de zinc caliente (fragmento)

sábado, 2 de agosto de 2025

Why can't I touch it? - Buzzcocks




El amor imposible

Tal vez el reloj no actuó con exactitud.
Tal vez no fue el país,
ni el bar,
ni la noche adecuada.

No nos encontramos cuando debimos,
los peros que hay entre nosotros
son tan grandes, tan nucleares.

No se trató de valentía,
fue una cuestión de supervivencia:

te hubiera dicho que sí
toda la vida
excepto cuando había que hacerlo.

Tampoco se trató de tener miedo
a las consecuencias,
sino de entender que
una montaña no se puede escalar
yendo cuesta abajo,
un libro no se puede escribir
sin saber leer.

Aunque estamos guapísimos juntos,
somos un imposible.

Ojalá hubiese sido otro
el lugar y el momento,

ojalá hubiésemos jugado
sin nada que perder,

y ojalá que la vida
nos hubiese cruzado en otro punto,

uno en el que bajarse del barco
no conllevara hundirse,
uno en el que ahora o nunca
solo hubiese podido ser ahora,
un punto donde abrir una puerta

no implicase

cerrar todas las demás.


Miguel Gane (Rumanía, 1993)