Te llaman porvenir porque no vienes nunca. Te llaman: porvenir, y esperan que tú llegues como un animal manso a comer en su mano.
Pero tú permaneces más allá de las horas, agazapado no se sabe dónde. ... Mañana! Y mañana será otro día tranquilo un día como hoy, jueves o martes, cualquier cosa y no eso que esperamos aún, todavía, siempre.
Somos los hombres huecos somos los hombres rellenos apoyados uno en otro la mollera llena de paja. ¡Ay! Nuestras voces resecas, cuando susurramos juntos son tranquilas y sin significado como viento en hierba seca o patas de ratas sobre cristal roto
en la bodega seca de nuestras provisiones
Figura sin forma, sombra sin color, fuerza paralizada, gesto sin movimiento; los que han cruzado con los ojos derechos, al otro Reino de la muerte nos recuerdan —si es que nos recuerdan— no como perdidas almas violentas, sino sólo como los hombres huecos los hombres rellenados.
II
Ojos que no me atrevo a encontrar en sueños en el reino de sueño de la muerte esos ojos no aparecen: ahí, los ojos son luz del sol en la columna rota ahí, hay un árbol meciéndose y las voces son en el canto del viento más lejanas y más solemnes que una estrella que se apaga.
No me acerque yo más en el reino de sueño de la muerte revístame yo también de tan deliberados disfraces pelaje de rata, piel de cuervo, palos cruzados en un campo comportándome igual que el viento sin acercarme más…
En nombre de quienes lavan ropa ajena (y expulsan de la blancura la mugre ajena).
En nombre de quienes cuidan hijos ajenos (y venden su fuerza de trabajo en forma de amor maternal y humillaciones) .
En nombre de quienes habitan en vivienda ajena (que ya no es vientre amable sino una tumba o cárcel).
En nombre de quienes comen mendrugos ajenos (y aún los mastican con sentimiento de ladrón).
En nombre de quienes viven en un país ajeno (las casas y las fábricas y los comercios y las calles y las ciudades y los pueblos y los ríos y los lagos y los volcanes y los montes son siempre de otros y por eso está allí la policía y la guardia cuidándolos contra nosotros).
En nombre de quienes lo único que tienen es hambre explotación enfermedades sed de justicia y de agua persecuciones condenas soledad abandono opresión muerte.
Yo acuso a la propiedad privada de privarnos de todo.
En mayo de 1983 se publicaba el tercer álbum de Barón Rojo, disco que estaba llamado a ser la consagración total del grupo y su lanzamiento a nivel internacional.
Tras el rotundo éxito de sus dos primeros trabajos, especialmente del segundo "Volumen brutal", del que se llegaron a vender más de 200.000 copias (una auténtica barbaridad si pensamos en un grupo de rock en español en la España de los 80).
Tras su actuación en 1982 en el festival de Reading y algunos conciertos en Inglaterra y América Latina, se pensó que era el momento de dar el salto al mercado internacional y demostrar que un grupo de rock español podía competir y alcanzar el nivel de los más grandes y, para ello, el primer paso era grabar el disco en un estudio de gran nivel que permitiera alcanzar un sonido digno de lo que eran, el mejor grupo de rock del país y lanzarse a conquistar el planeta entero.
"Metalmorfosis" se grabó en Battery Studios, en Londres, donde habían grabado grupos de la talla de Deff Leppard y Iron Maiden. En realidad eran los mismos míticos estudios Morgan que, en los años 70, habían acogido grabaciones de Led Zeppelin, Jethro Tull, Elton John y Black Sabbath, entre otros muchos, y que habían sido comprados por el holding de empresas Zomba, del que formaba parte Robert John Lange, productor de AC DC.
Era una forma de matar dos pájaros de un tiro, conseguir un sonido con calidad y conseguir abrirse paso en una de las grandes empresas que, en ese momento, controlaban buena parte del mercado internacional del rock.
El objetivo se cumplió a medias, pues aunque el sonido está al nivel de los mejores discos de heavy metal de la época y, posiblemente, sea el mejor disco de Barón Rojo, consiguiendo un gran éxito en nuestro país, gira y concierto multitudinarios incluidos, la repercusión internacional, por diversas razones que otro día trataremos en detalle, no estuvo a la altura esperada.
Aunque siguieron grabando discos con gran éxito, aunque ninguno alcanzó el éxito de Metalmorfosis ni Volumen brutal, lo cierto es que el Albatros del Barón fue, poco a poco, perdiendo altura en su vuelo hasta que a finales de 1989 se recogió definitivamente en su hangar a coger polvo soñando con lo que pudo ser y no fue.
El tema de hoy es una de las grandes baladas del heavy nacional y es un homenaje a esos seguidores que acompañan al grupo allá donde vayan, que portan unos valores que representan, más allá del amor al heavy y a sus ídolos, una auténtica forma de entender la vida.
Vieja señora de la polka y de Mahler, yo vengo buscando a la madre de Rembrandt, a la que creó a Goethe y a los carnavales, la que tumbó a tiranos e inventó la imprenta.
No soy de la Europa de los tercios de Flandes, de la banca suiza ni el tercer imperio, la que mató a sus hijos en el campo de Marte y tenía respuesta para cada misterio.
Vengo del secreto de la Monalisa, de los días azules de Antonio Machado,
le rezo a los templos que no tienen prisa y siempre perdonan mi mayor pecado.
Yo soy de la Europa de los cabarets, la que nunca quemó ni a libros ni a herejes ni decidió las guerras a la hora del té o fabricó la troika del tejemaneje.
Yo soy europeo del mayo francés de abril, de Portugal, de los claveles, de quienes no llegan a fin de mes pero dan la cara cada quince eme.
Más de Fellini que del Vaticano, prefiero el sirtaki a bailar la oca, un vals de Viena y no alzar la mano y al lado del Támesis besarte en la boca.
Alma de clochard y de buquinista, soy una novela de Georges Simenon. sólo amo las banderas de los anarquistas y el sí de las niñas que antes dicen no.
Soy el pianista del ghetto judío, un moro en Venecia, un turco en el Rhin, y viajo en el tren donde iban los mios que ahora de nuevo se tienen que ir.
Yo soy la Alhambra y los puentes de Praga, un helado que sabe a menta y limón, un jipi que vende pulseras de alpaca frente al banco central de la corrupción.
Te regalaré el anillo del nibelungo, la tiara del Papa, las islas del Sena, con tal de que cambies el rumbo del mundo y el sueño de Europa merezca la pena.
aunque yo soy complicado la gente de casa pobre y corazón millonario.
La que todavía suda, la que se rompe las manos, la que se juega la vida
por el pan de sus hermanos.
Me gusta la gente simple que al vino le llama vino, la que al pan le llama pan y enemigo al enemigo.
La que se da por entero
y no tiene intermediarios la que comparte conmigo
el respeto a los milagros.
Me gusta la gente simple, que se levanta temprano, porque hay que limpiar la calle, pintar el frente al mercado, bajar del camión la fruta, repartir los telegramas, servir el café, la sopa, pescar, embolsar la papa, cortar el árbol preciso
para hacer una guitarra con la que un día el cantor,
caminará por la patria contando la gente simple, que sin ella no hay nada, ni siquiera la milonga que en el mundo me declara.
Me gusta la gente simple que hace la silla y la mesa, los zapatos de mi madre, el vestido de Teresa.
La que ríe fácilmente, la que fácilmente llora, la que inocente confía que un día cambien las cosas.
Me gusta la gente simple aunque yo soy complicado.
Facundo Cabral (La Plata,1937 - Ciudad de Guatemala, 2011)