Desiderata
nobles ideales, la vida está llena de heroísmo. Sé sincera contigo mismo, en especial no finjas el afecto, y no seas cínica en el amor, pues en medio de todas las arideces y desengaños, es perenne como la hierba. Acata dócilmente el consejo de los años, abandonando con donaire las cosas de la juventud. Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja de las adversidades repentinas, más no te agotes con pensamientos oscuros, muchos temores nacen de la fatiga y la soledad. Sobre una sana disciplina, sé benigna contigo misma. Tú eres una criatura del universo, no menos que las plantas y las estrellas, tienes derecho a existir, y sea que te resulte claro o no, indudablemente el universo marcha como debiera. Por eso debes estar en paz con Dios, cualquiera que sea tu idea de Él, y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones, conserva la paz con tu alma en la bulliciosa confusión de la vida. Aún con todas sus farsas, penalidades y sueños fallidos, el mundo es todavía hermoso. Sé cauta. Esfuérzate por ser feliz. |
El blog del Comandante Ternura
Más temprano que tarde, surgirá la revolución pendiente
miércoles, 27 de marzo de 2024
Daughter - Pearl Jam
sábado, 23 de marzo de 2024
It's been awhile - Staind
Mis nervios desafinan con la misma frecuencia que mis primas. Si por casualidad, cuando me acuesto, dejo de atarme a los barrotes de la cama, a los quince minutos me despierto, indefectiblemente, sobre el techo de mi ropero. En ese cuarto de hora, sin embargo, he tenido tiempo de estrangular a mis hermanos, de arrojarme a algún precipicio y de quedar colgado de las ramas de un espinillo.
Mi digestión inventa una cantidad de crustáceos, que se entretienen en perforarme el intestino. Desde la infancia, necesito que me desabrochen los tiradores, antes de sentarme en alguna parte, y es rarísimo que pueda sonarme la nariz sin encontrar en el pañuelo un cadáver de cucaracha.
Todavía, cuando llovizna, me duele la pierna que me amputaron hace tres años. Mi riñón derecho es un maní. Mi riñón izquierdo se encuentra en el museo de la Facultad de Medicina. Soy poliglota y tartamudo. He perdido, a la lotería, hasta las uñas de los pies, y en el instante de firmar mi acta matrimonial, me di cuenta que me había casado con una cacatúa.
Las márgenes de los libros no son capaces de encauzar mi aburrimiento y mi dolor. Hasta las ideas más optimistas toman un coche fúnebre para pasearse por mi cerebro. Me repugna el bostezo de las camas deshechas, no siento ninguna propensión por empollarle los senos a las mujeres y me enferma que los boticarios se equivoquen con tan poca frecuencia en los preparados de estricnina.
En estas condiciones, creo sinceramente que lo mejor será tragarse una cápsula de dinamita y encender, con toda tranquilidad, un cigarrillo.
Oliverio Girondo (Buenos Aires, 1891-1967)
martes, 19 de marzo de 2024
Sometimes you can't make it on your own - U2
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Ley de vida Es ley de vida, lo cual no significa que sea fácil. Cuesta ver envejecer a tus padres. Porque sabes de sus viejas privaciones, de lo delgados que se vuelven los bolsillos de las familias con dos hijos y una casa, del cansancio acumulado tras los ojos. Porque sabes de eso y lo demás, los malabares a la hora de las compras, las tardes fatigadas cosiendo rodilleras, las horas difíciles en que se asomaron al balcón de sus renuncias para mirar lo que dejaban, la vela apagada de las aspiraciones. Porque sabes de eso hoy han regresado el tiempo y la nostalgia a hacer un comunicado conjunto para devolverte esas imágenes lejanas de tu infancia con ellos como telón de fondo. Las horas con tu madre en el museo, su insistencia en que apreciaras lo importante, el arte, la palabra, la ayuda en los deberes. La difícil escarcha en el cristal, la lucha de tu padre cada mañana, las cintas de cassette del cielo de tu infancia. Y jamás pidieron nada a cambio. Nunca alzaron la voz, nunca pedirán cuentas para que jamás te enteres de que el mundo no les dio lo que esperaban. Hoy, cruzados los 70, duele ver que el desgaste hizo su trabajo y que las fuerzas ya no acompañan del mismo modo que las ganas. Y lo entiendes: crecer también es comprender los sacrificios que otros asumieron para que tú caminaras ligero por la acera de tu infancia. Y también entiendes que te toca velar su cansancio, pues se han ganado el brazo de apoyo, el viaje que nunca pudieron hacer. Y entiendes también que ha llegado la hora de devolver lo que nunca te pidieron, haciendo llevadera su carga, suavizando la fatiga acumulada tras los ojos. Parece ser que por fin llega el momento más importante de tu vida: ganarte de una vez aquello que ellos nunca te cobraron. Es ley de vida. Marwan Abu-Tahoun Recio (Madrid, 1979) |
viernes, 15 de marzo de 2024
El lado oscuro - Jarabe de palo
mirarte
quererte como sos
mi táctica es
mi táctica es
hablarte
y escucharte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
Mario Benedetti
lunes, 11 de marzo de 2024
Transcendental blues - Steve Earle
Marzo desnivelado por las cifras del desaliento. Marzo de muerte, triste marzo de trenes y extrarradios marchitos, marzo de sueños rotos y niños deshabitados, de pronombres sin nombre, de apellidos quebrados y relojes sin hora, marzo de los teléfonos enmudecidos. Mi ciudad asolada. Mis tierras y mis trenes, asolados, mis ojos y mis manos y mis brazos, asolados. Muerte sembrada bajo la luz de un Madrid lateral hecho de andenes periféricos, de seres menesterosos, de mujeres crecidas en la sombra diaria del tiempo inabarcable del trabajo, de hombres cultivados en el silencio anónimo de las factorías, de humildes bachilleres y de párvulos, de viejos azorados por noticias de muerte, de bares conmovidos por la niebla y la sangre, de juguetes sin niño, de huérfanos sin ira, de vacías acequias, de fogatas sin lumbre. Madrid de hospitales, de lutos y de marzo. Capital de la niebla y del dolor. Ciudad de los estanques del silencio. Madrid desbaratado y mío. Madrid nuestro. Como los muertos, nuestro. Dueño de un mes de marzo descolorido y turbio, pero nuestro. Entre muertos y lágrimas, es más nuestra y cercana la ciudad. También más triste. Manuel Rico |
jueves, 7 de marzo de 2024
My baby just care for me - Nina Simone
Yo tenía cinco años. La maestra escribió en la pizarra: "Todos los hombres son mortales". Sentí un enorme alivio, un gran regocijo.
Esa tarde, cuando salí del colegio, corrí a mi casa y abracé muy estrechamente a mi madre.
"Qué suerte Mamita, tu no te vas a morir nunca!" le dije, arrebatadamente.
"¿Qué?" preguntó mi madre, sorprendida.
Me separé apenas de ella y le expliqué:
-La maestra escribió en la pizarra que los hombres son mortales.
¡Y tú eres mujer!. Por suerte, eres mujer, dije y volví a abrazarla.
Mi madre me separó tiernamente de sus brazos.
-Esa frase, querida mía, incluye a hombres y mujeres.Todos y todas moriremos algún día.
Me sentí completamente consternada y desilusionada.
-Entonces, ¿por qué no escribió eso?: "Todos los hombres y mujeres son mortales" pregunté.
Bueno- dijo mi madre, en realidad, para simplificar, las mujeres estamos encerradas en la palabra "hombres".
-¿Encerradas?- pregunté. ¿Por qué?
-Porque somos mujeres- me contestó mi madre.
La respuesta me desconcertó.
Y por qué nos encierran? le pregunté.
Es muy largo de explicar, respondió mi madre. Pero acéptalo así. Hay cosas que no son fáciles de cambiar.
-Pero si digo "todas las mujeres son mortales", ¿también encierra a los hombres?
-No- contestó mi madre. Esa frase se refiere sólo a las mujeres.
Me entró una crisis de llanto.
Comprendí súbitamente muchas cosas y algunas muy desagradables, como que el lenguaje no era la realidad, sino una manera de encerrar a las cosas y a las personas, según su género, aunque apenas sabía qué era género: además de servir para hacer faldas, el género era una forma de prisión.
Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941)
domingo, 3 de marzo de 2024
Brighter days - Blessing Offor
Vendrán tiempos mejores pero no nos importan, la vida es el presente, el instante que late, los minutos de hoy y de mañana. Quienes nos venden la fábula de futuros mejores y lejanos, de aguantar los mordiscos por un "quizá mañana", son los de siempre, ellos. Los que robaron almas, tiempo, trabajo, besos, vidas y palabras y nunca saborearon carestías, asperezas, vacío, pobreza y desamparo. Vendrán tiempos mejores pero serán ahora, la vida es estar juntos, el instante en la calle, los días de encontrarnos y de reconocernos. Quienes nos venden la trampa de que sigamos mudos y obedientes, de aguantar la historia entera por un "quizá mañana", son los dueños de todo o casi todo, los que mataron a Peter Pan, Corto Maltés, John Silver y hasta al capitán Ahab y su ballena, la imaginación de nombrar el porvenir, la libertad del pan, el amor a destajo, la hermandad de los hombres, las mujeres, los perros, las estrellas. Vendrán tiempos mejores pero habrá que lucharlos, como siempre contigo y también con el otro, la otra, el extranjero, la extraña y el que fuimos, y brindar con memoria y con buen vino por el tiempo de hoy, por ti, por mí, por los que llegan, por la tierra que da, el aire que regala, el sol que nos conmueve, y sobre todo por hoy, por no demorar nada, que la vida es ahora solamente. Que la vida es ahora, en este año. Ramón J. Soria (Jarandilla De la Vera, 1965) |
jueves, 29 de febrero de 2024
How you remind me - Nickelback
Amantes glaseados
de epifanía, y se les raspa la piel
con el filo de un cuchillo.
Se les quita toda la nostalgia y las palpitaciones
que aún provoquen y se lavan bien.
Si son recuerdos pequeños, cotidianos,
se dejan enteros,
si son grandes, llenos de pasión y alma,
se cortan en dos a lo largo.
Se meten en un cazo con el agua fría, la mantequilla,
el azúcar y la sal.
Se recorta un papel grueso, impregnado de ganas de librarse de ellos,
de confianza en el futuro,
y se mete dentro de la cacerola
tocando casi los sentimientos.
Se cuecen a fuego vivo
hasta que se haya consumado el dolor.
Cuando llega este momento
los recuerdos están a punto para ser olvidados.
Se sirven en fuente honda, acompañando al corazón
de la cocinera, salteado y con pimienta
con el filo de un cuchillo.
Se les quita toda la nostalgia y las palpitaciones
que aún provoquen y se lavan bien.
Si son recuerdos pequeños, cotidianos,
se dejan enteros,
si son grandes, llenos de pasión y alma,
se cortan en dos a lo largo.
Se meten en un cazo con el agua fría, la mantequilla,
el azúcar y la sal.
Se recorta un papel grueso, impregnado de ganas de librarse de ellos,
de confianza en el futuro,
y se mete dentro de la cacerola
tocando casi los sentimientos.
Se cuecen a fuego vivo
hasta que se haya consumado el dolor.
Cuando llega este momento
los recuerdos están a punto para ser olvidados.
Se sirven en fuente honda, acompañando al corazón
de la cocinera, salteado y con pimienta
Carmen Ciria (Soria, 1950)
domingo, 25 de febrero de 2024
Rebel Yell - Billy Idol
En 1921, con 24 años, el gran William Faulkner empezaba a trabajar en la Oficina Postal de la Universidad de Mississippi como administrador de correos. Se mantuvo en el puesto durante tres años a pesar de que no era, ni mucho menos, un empleado ejemplar y, sorprendentemente no lo despidieron sino que se marchó y renunció a su trabajo de forma voluntaria.
Durante su desempeño en la oficina de correos fueron continuos sus desprecios a compañeros y clientes, sus incumplimientos reiterados del horario laboral, extraviaba, cuando no destruía, cartas y envíos, jugaba a las cartas durante su jornada y se empeñaba continuamente en destruir cualquier atisbo de posibilidad de ser nombrado empleado del mes.
Después de una inspección casi no le quedó más remedio que renunciar a su puesto pero lo hizo con una carta fiel a su estilo y dejando una muestra de lo que sería su posterior trayectoria literaria.
Reproduzco a continuación la carta de renuncia al completo:
[Octubre, 1924]
Mientras viva en el sistema capitalista sé que mi vida estará influenciada por las demandas de la gente adinerada. Pero maldito sea si me pongo a las órdenes y la disposición del primer hideputa itinerante con dos centavos para invertir en una estampilla postal.
Esta, señor, es mi renuncia
[Firma]
¡Salud y que podáis hacer siempre lo que os de la gana sin las ataduras ni convencionalismos impuestas por la sociedad y el sistema!
jueves, 22 de febrero de 2024
Luciérnagas y mariposas - Lori Meyers
Mariposas en el estómago
Me he llenado de tu ausencia.
Y el sutil entramado del recuerdo devora mis entrañas.
Mariposas en el estómago, las que te esperan como yo impacientes.
Y es de todas la sensación más perdurable. La inquietud de sentirte cerca pero no aquí. Ni siquiera tu risa, ni siquiera tu aliento, ni el temblor de tus dedos despertando mi piel han podido en mi tanto.
Nada puede más que tu ausencia que el no tenerte cuando te siento en camino . El espacio vacío de tus brazos como un anillo de lo infinito en torno mío desboca todas las otras sensaciones. El círculo de luz de tu aura derramada en mis espacios sólo por la dulce condena de tener que extrañarte…
Alas de mariposa haciendo cosquillas en mis entrañas. Mi cuerpo sediento, estirado, tan abierto a tu ausencia, esperando el encuentro, tan en calma esperando la tormenta.....Esperándote…Mi cuerpo extendido como un campo barrido por el viento, sembrado de la electricidad que preanuncia los primeros relámpagos, aún sin verlos, aún sin el rugir del trueno. Aún sin tenerte….
Mi cuerpo deseante, esperando tu llegada. Millones de mariposas que pugnan por salir a tu encuentro.
Mi cuerpo, simplemente esperando tu cuerpo, estirado más allá de todos los límites posibles sólo por intentar atrapar más de tu cuerpo. Y bebérmelo todo, hasta volverme agua. Mi cuerpo tan cansado de ser polvo.
Mis mariposas cansadas de este encierro, más agitadas que nunca hoy que se saben casi libres…
Simplemente esperándote.
Pablo Neruda
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