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martes, 3 de marzo de 2020

Mar antiguo - El último de la fila




El mar de los antiguos

No volverá jamás el mar de los antiguos
a rebañar las costas creadas por sus olas.
Un año de ancho, una vida de largo,
se sumió en la honda bocanada del fondo.


Con él las bandas de Erik el Violento
y la pacífica vela de otro ladrón, fenicio,
doblaron para siempre ese horizonte blando
y abajo el precipicio que los tragó
a todos como se cierra un libro.

Ni el ceñudo pirata que un día fue
estatura y bronceado y sombra,
ni el traficante sofocado bajo tricornio y títulos,
tuvieron el poder de detener
aquellas otras olas que se llaman horas;
menos el múltiple ahogado, ése sin nombre,
puede asomar la cabeza ahora
para su intrépido persistir
bajo la luna, a solas.
Ah mar de Eneas y de Ulises
que no eras éste y eras
la cuna del delfín y las especias
y el camino del oro y siempre, lo Otro.
Qué portugueses y españoles eran
cuando eran los que eran en el mar.
¡Y el junco de esa otra historia, la ignorada,
que salía a él bajando de los ríos
como una rama armada de astrolabio,
con hombres amarillos bajo la tensa seda
guardando sus secretos, sus caminos y sus signos!
Veo entre peces voladores
cabalgar la trirreme del romano
y al bajel del griego salir de la zozobra;
todas esas ambiciones que iban tras las Hespérides
encalladas en el arrecife del Minuto.
Y la Sirena, el paganismo de a bordo
recubierto de escamas y colocado fuera,
y el oficial Leviatán del Viejo Testamento
condensados en la ballena blanca
que surcó todavía, en mil ochocientos y tantos,
el querido inolvidable mar de los antiguos.


Luis Benítez (Buenos Aires, 1956)

jueves, 26 de marzo de 2015

Far from any road - The Handsome family




La canción de Cassilda

A lo largo de la orilla rompen olas turbulentas,
los soles gemelos se hunden tras el lago,
las sombras se alargan en Carcosa

Extraña es la noche donde brotan las negras estrellas,
y extrañas lunas orbitan a través de los cielos,
pero aún más extraña es la perdida Carcosa

Las canciones que las Híades han de entonar,
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado en la sombría Carcosa

Canción de mi alma, mi voz está muerta,
muere tú, sin ser cantada, como lágrimas derramadas
se secará y perecerá en la perdida Carcosa


                                                   El Rey de Amarillo Acto 1, Escena 2
                                                    ( Robert W. Chambers )


“A mi parecer, no hay nada más misericordioso en el mundo que la incapacidad del cerebro humano de correlacionar todos sus contenidos. Vivimos en una plácida isla de ignorancia en medio de mares negros e infinitos, pero no fue concebido que debiéramos llegar muy lejos. Hasta el momento las ciencias, cada una orientada en su propia dirección, nos han causado poco daño; pero algún día, la reconstrucción de conocimientos dispersos nos dará a conocer tan terribles panorámicas de la realidad, y lo terrorífico del lugar que ocupamos en ella, que sólo podremos enloquecer como consecuencia de tal revelación, o huir de la mortífera luz hacia la paz y seguridad de una nueva era de tinieblas."
                                             
                                               La llamada de Cthulhu (H.P. Lovecraft )