viernes, 30 de octubre de 2015

Mrs. Robinson - The Lemonheads




Vamos a cerrar el mes de Octubre con nuestra ración mensual de versiones. Hoy escuchamos la que posiblemente sea la más famosa de las muchas  que se han realizado del mítico tema del duo neoyorkino. Corre a cargo del grupo estadounidense The Lemonheads que imprimieron más ritmo, y poco más, al temazo de Simon y Garfunkel. 

"Mrs. Robinson" es un tema casi tan mítico como la película a la que pone banda sonora y que, irremediablemente, nos viene a la cabeza  cada vez que suena.

Sin embargo no fué compuesta expresamente  para el film. Cuando, en 1967, Mike Nichols se encontraba preparando "El graduado", deseaba que la banda sonora contara con algun tema de Simon y Garfunkel y el productor de la película le encargo a Paul Simon que compusiera tres canciones para que las escuchara Nichols.

Simon se encontraba en esos momentos en una gira por Europa por lo que, cuando llegó la hora de mostrar sus composiciones sólo disponía de una canción que había dedicado a la exprimera dama Eleanor Roosvelt, al jugador de beísbol Joe DiMaggio y a toda una época.

Cuando el director escuchó el tema le dijo a Paul: "Amigo, ahora la canción es sobre Mrs. Robinson no sobre Mrs. Roosvelt"

De cualquier manera lo cierto es que esa canción quedará ligada para siempre a la pasión que despierta en el joven Ben Braddock, la seductora y aún deseable señora Robinson, que para volver a sentirse joven, y para olvidar la desatención que sufre por parte de su marido, seduce al recien graduado que asoma así al mundo al acabar sus estudios y se mete de cabeza en una relación prohibida que supone romper las reglas y el modo de vida que se le supone por su condición y escala social.

Disfrutemos de este tema y echemos a volar nuestros recuerdos por que, al fin y al cabo, ¿quien de nosotros no ha tenido alguna señora Robinson como objetivo de nuestras calenturientas y febriles fantasías adolescentes?


domingo, 25 de octubre de 2015

...Y dale! - Rosendo




Si…

Si guardas en tu puesto, la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca, las dudas que ellos tengan.


Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera.
Si engañado, no engañas,
Si no buscas más odio, que el odio que te tengan…
Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres,
si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.

Si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo.
Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.

Si tropiezas el triunfo, si llega tu derrota,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.

Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofismo del orbe encanallado.
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.

Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría,
tus ganancias de siempre, a la suerte de un día,
y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.


Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,
aun después de su fuga, de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada,
porque tú lo deseas y lo quieres, y mandas.

Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud.
Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera, llegue a hacerte la herida,
Si todos te reclaman y ninguno te precisa.


Si llenas un minuto envidiable y cierto,
de sesenta segundos que te lleven al cielo….
Todo lo de esta tierra, será de tu dominio,
y mucho más aún,
serás hombre, hijo mío.
                                                                       Rudyard Kipling


miércoles, 21 de octubre de 2015

Flor de jara - Luis Pastor




La flor de la jara
 
Yo amaba a aquella casa
sin vientos de desgracia.
Era como mi alegre
posesión transparente.

Como la flor blanquísima
que en los jarales brilla.
Tal vez yo por entonces
desdeñara a los dioses.

Pues ni ellos habitaban
en regiones tan claras.
Y así como un castigo
perdí lo que era mío.

Un fuego despiadado
prendió en aquellos campos.
Después no quedó nada.
Ni la flor de la jara.

 José Agustín Goytisolo

viernes, 16 de octubre de 2015

Joy to the world - Three dog night




Caperucita roja
Érase una vez una persona de corta edad llamada Caperucita Roja que vivía con su madre en la linde de un bosque. Un día, su madre le pidió que llevara una cesta con fruta fresca y agua mineral a casa de su abuela, pero no porque lo considerara una labor propia de mujeres, atención, sino porque ello representaba un acto generoso que contribuía a afianzar la sensación de comunidad. Además, su abuela no estaba enferma; antes bien, gozaba de completa salud física y mental y era perfectamente capaz de cuidar de sí misma como persona adulta y madura que era.
 
Así, Caperucita Roja cogió su cesta y emprendió el camino a través del bosque. Muchas personas creían que el bosque era un lugar siniestro y peligroso, por lo que jamás se aventuraban en él. Caperucita Roja, por el contrario, poseía la suficiente confianza en su incipiente sexualidad como para evitar verse intimidada por una imaginería tan obviamente freudiana.

De camino a casa de su abuela, Caperucita Roja fue abordada por un lobo que le preguntó qué llevaba en la cesta.
-Un saludable tentempié para mi abuela, quien, sin duda alguna, es perfectamente capaz de cuidar de sí misma como persona adulta y madura que es -respondió.


-No sé si sabes, querida -dijo el lobo-, que es peligroso para una niña pequeña recorrer sola estos bosques.
Respondió Caperucita:
-Encuentro esa observación sexista y en extremo insultante, pero haré caso omiso de ella debido a tu tradicional condición de proscrito social y a la perspectiva existencial -en tu caso propia y globalmente válida- que la angustia que tal condición te produce te ha llevado a desarrollar. Y, ahora, si me perdonas, debo continuar mi camino.


Caperucita Roja enfiló nuevamente el sendero. Pero el lobo, liberado por su condición de segregado social de esa esclava dependencia de pensamiento lineal tan propio de Occidente, conocía una ruta más rápida para llegar a casa de la abuela. Tras irrumpir bruscamente en ella, devoró a la anciana, adoptando con ello una línea de conducta completamente válida para cualquier carnívoro. A continuación, inmune a las rígidas nociones tradicionales de lo masculino y femenino, se puso el camisón de la abuela y se acurrucó en el lecho.

Caperucita Roja entró en la cabaña y dijo:

domingo, 11 de octubre de 2015

A million miles away - Rory Gallagher



Es innegable el poder que tiene la música para hacernos viajar al pasado haciéndonos vivir, de nuevo, momentos que por algún motivo nos han marcado y tenemos asociados a alguna canción.

Pero ¿qué ocurre cuando escuchamos una canción por primera vez? Supongo que quedará almacenada en el subconsciente para poner banda sonora a futuros recuerdos.

Sé que para muchos de vosotros se podría considerar un sacrilegio lo que voy a decir, pero tengo que confesarlo, hasta hace unos días jamás había escuchado la música de Rory Gallagher. 

Había oido hablar de él y buscando música para el blog me tropecé con esta pedazo de canción (una más) y con esta forma tan personal de hacer sonar la guitarra.

Espero que dentro de mucho tiempo, cuando escuche este tema recuerde la primera vez que la oí y me confirme una vez más que el gran B.B. King tenía razón cuando afirmaba que la mejor forma de viajar es la música.

Si no la mejor, es una muy recomendable  forma de viajar, no sólo en el tiempo sino también en el espacio... disfrutad del viaje que nos propone Rory, espero que os resulte agradable, aunque sea un viaje muy largo... a millones de millas de distancia.


martes, 6 de octubre de 2015

Far, far away - Wilco



Noche de lluvia


Llueve... Espera, no duermas,
estáte atento a lo que dice el viento
y a lo que dice el agua que golpea
con sus dedos menudos en los vidrios.

¡Cómo estará de alegre el trigo ondeante!
¡Con qué avidez se esponjará la hierba!

¡Cuántos diamantes colgarán ahora
del ramaje profundo de los pinos!

Espera, no te duermas. Escuchemos
el ritmo de la lluvia.
Apoya entre mis senos
tu frente taciturna.
Yo sentiré el latir de tus dos sienes
palpitantes y tibias,
como si fueran dos martillos vivos
que golpearan mi carne.

Espera, no te duermas. Esta noche
somos los dos un mundo,
aislado por el viento y por la lluvia
entre la cuenca tibia de una alcoba.

Espera, no te duermas. Esta noche
somos acaso la raíz suprema
de donde debe germinar mañana
el tronco bello de una raza nueva.

                                              Juana de Ibarbourou


viernes, 2 de octubre de 2015

Who's loving you - Dani Wilde



Programación Festival

Por sexto año consecutivo, el blues acude a su cita con Cáceres. Organizado por la asociación Amigos del blues, las piedras de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad se empapan del espíritu blusero que rezuman todas y cada una de las actuaciones del Festival Internacional de Blues.

Este año, uno de los platos fuertes es la británica Dani Wilde que en 2012 publicó el disco "Juice me up" en el que se incluye la canción que nos pone banda sonora.

Disfutad de la música en directo y recordad lo que decía B.B. King: "¿El mejor método para viajar? La música"